Capitulo 157: Aprendí a defenderme.

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     Pov Susana:

     Aunque reconocía que había obrado muy impulsiva y había hecho mal, sabia que era lo único que podía hacer por Kendall. Intenté explicárselo a Logan mientras me llevaba a casa, pero aún parecía molesto.

     - Se que hice mal, lo digo por enésima vez... pero ¿qué podía hacer? Si Kendall llega a coger el coche y hubiera tenido un accidente, jamás me lo habría perdonado.

     Logan - Yo sólo te pedí que me esperaras... ¿y si nosotros no llegamos a aparecer en ese instante? Aquel tipo podría... arg no quiero ni pensarlo.

     - Espera Logan, para el coche...

     Logan - ¿Qué?

     - Que pares el coche un segundo.

     Logan - Pero es muy tarde y Dean...

     - Deja que yo me ocupe de explicarle a él lo que ocurrió, ahora tranquilo, para el coche, nada más será un minuto - No muy convencido, paró el coche. Me miraba sin saber a que venia todo esto.

     Logan - Te juro que no entiendo.

     - Mírame - frunció el ceño extrañado - tu sólo hazlo - me miró, aunque aún preguntándose a que venia todo eso - ¿me ves bien?

     Logan - Si claro, pero sigo sin entender.

     - Loggie yo ya no soy aquella niña enclenque que conociste hace años, yo ya crecí y me hice más fuerte... y a causa de las palizas que recibía a manos de mi marido, aprendí a defenderme, hice durante bastante tiempo algo de defensa personal, así que no soy tan débil como todos pensáis.

     Logan - ¿Así que sabes pelear?

     - Si y antes de venir hasta aquí, a Los Ángeles, me refiero, le rompí la nariz y el brazo a un tipo que quería robarme en el aeropuerto. Y eso que cargaba a Gabi.

     Logan - Me impresiona. Pero tienes razón, ya eres mayor y ya no necesitas que nadie te defienda... y menos yo.

     - Pero me guardas el secreto... en cierta manera me gusta que Dean aún crea que puede defenderme jajaj.

     Logan - Tu secreto está a salvo conmigo. Ahora ¿podemos seguir? Yo no quiero que tu novio la tome conmigo y piense que te rapté.

     - Está bien, vamos - Al menos cambió de actitud lo que quedaba hasta llegar a casa. Vi las luces apagadas, pero su moto estaba allí aparcada. Me despedí de Logan y entré sin hacer ruido. La única luz de una lámpara de mesa iluminaba un poco el salón y vi a Dean durmiendo en el sofá, con Gabi en brazos, también dormida. Me acerqué a ellos y me encantó aquella visión. Cogí a la niña intentando que él no despertara, pero al sentir que se la arrebataba abrió enseguida los ojos - Siento haberte despertado.

     Dean - ¿Dónde estabas? Es tarde.

     - Mañana te cuento, ahora vamos a la cama - Me siguió y tras dejar a la niña en su cuna me cambié para ir a dormir. Dean me miraba sonriendo desde la cama - ¿Por qué me miras así eh?

     Dean - Pienso en la suerte que tengo de estar contigo, eres lo mejor que me ha pasado en toda mi vida.

     - Harás que me ponga colorada si me dices esas cosas.

     Dean - Sólo digo la verdad. Anda ven aquí conmigo - retiró el edredón para que fuera con él - mira que me siento muy solo.

     - Jajaj, que bobo eres - me metí y tras taparme casi hasta la cabeza, me acurruqué abrazada a él.

     Dean - ¿Tienes frío?

     - Un poco... - Me abrazó más fuerte e hizo que le mirara, empezó a sonreírme coqueto y como si de un imán se tratara sus labios se pegaron a los míos, nos fundimos en el más apasionado de los besos. El frío empezó poco a poco a desaparecer. Sus manos empezaron a acariciar mi espalda lo que provocó que mi vello se erizara por esa sensación.

     Dean - Ya quiero que te conviertas en mi mujer, estoy deseando casarme contigo mi amor - me susurraba al oído entre besos y caricias.

     - Será muy pronto, pronto seré la señora de Dean Winchester.

     Dean - Eso suena genial. Te amo Su.

     - Y yo a ti Dean - Al acabar, el calor que desprendíamos hizo que hasta el edredón molestara, yo volví a ponerme la camisa del pijama pero Dean sólo estaba en boxers. Apoyé mi cabeza sobre su pecho y su respiración sonaba como una nana hasta que me quedé dormida. El llanto de Gabi a la mañana siguiente hizo que nos levantáramos de un salto los dos.


Cuando la nieve y el frio eran nuestros mejores amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora