1. Fue un placer tropezar contigo.

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Era una mañana fresca, con el sol resplandeciente atravesando por la ventana. Daniel, con los ojos medio abiertos, se dio cuenta de que faltaba poco para la seis de la mañana, se levanto sobresaltado de su cama, y fue a arreglarse, al terminar, bajo a la cocina donde se encontraban sus padres.

- Buen día hijo, ¿Cómo amaneces? – dijo su madre, poniéndole un plato con panqueques y miel, en la mesa.

- Bien ma, por cierto, hoy llegare tarde – respondió el, sentándose a comer.

- ¿A dónde iras? – pregunto su padre, mientras leía el periódico.

- I... Iré al callejón – respondió el, con un trozo de panqueque en la boca.

Su padre lanzo el periódico y le dijo con voz furiosa: - Te prohibí que fueras a ese lugar, por tu bien.

- No me interesa, mi vida es el Break, y luchare para llegar a las ligas mayores, y hoy tengo que ir a practicar, lo siento, y si no te gusta, me voy de la casa – respondió con voz alterada, en el momento que añadió con voz tranquila – Mama, se me quito el hambre, me voy, te quiero – retirándose de la cocina.

- Adiós hijo, ¡CUÍDATE! – le grito su madre, con voz preocupada.

- Ya no se que hacer para sacarlo de ese lugar, ya ni siquiera le presta atención a Fer – dijo el padre de Daniel, el Sr. Bruno.

- Querido, Alejandro nunca ha querido a Fernanda, solo esta con ella por ti, y eso muy bien lo sabes – dijo la madre de Daniel, Jade, quien lo llamaba por su segundo nombre.

Ambos guardaron silencio por unos minutos, hasta que Bruno dijo.

- ¡MUDARNOS! Esa es la solución.

- ¿Qué? ¿Estas loco? Hemos vivido aquí mas de dieciséis años, no me iré a ningún lado, y se que Alejandro me apoyara – dijo Jade, con voz furiosa.

- Tienes que ayudarme a sacar a su hijo de allí, es por su bien – dijo el.

- Su hobby es el Break, y lo apoyare, aunque no me guste ese lugar, se que mi muchacho no esta haciendo nada malo – añadió Jade – Confió en el, y no me iré de aquí.

- Tendrás que irte, ya tome mi decisión – dijo Bruno, con voz altanera.

- ¿Disculpa? Eres mi esposo, no mi jefe, de hecho, ni siquiera por mi madre me dejo hablar de tal manera tan posesiva – añadió – Dije que no me iré, y así será, me iré a donde mi madre, ya Alejandro decidirá a donde irse, me canse de ser tu esclava, ¡Me quiero divorciar! – dijo Jade, subiendo las escaleras.

Bruno, al escuchar tal oferta, se entristeció y bajo los hombros, pero a la vez levanto su rostro y dijo. - ¿Quieres divorciarte? Esta bien, nos divorciaremos, pero luego no quiero que me busques, porque... - su voz fuerte bajo de tono y una lágrima corrió por su mejilla – no estaré.

Al cabo de unos minutos, Bruno escucho un sonido de algo tropezando por las escaleras, al asomarse noto que era Jade, tratando de bajar unas maletas, al llegar al ultimo escalón.

- Me voy, espero no lo hayas tomado a juego, pasare por Alejandro a la preparatoria, ya el decidirá con quien se quedara – dijo Jade, con voz firme, y los ojos hinchados de tanto llorar, al mismo tiempo que iba dirigiéndose a la puerta.

Bruno, aguantando las lágrimas, respondió.

- Adios, luego te llamo para el papeleo del divorcio.

Jade abrió la puerta de su auto, metió todas sus maletas y se introdujo en el. Ella bajo el vidrio, y encendió el auto, empezaba a salir en retroceso, cuando...

- Jade ¡ESPERA! – dijo con voz desesperada – añadió – Yo... Yo te amo.

- Ya es tarde - dijo ella, mientras retrocedía para salir.

- Perdóname – dijo el, mientras se acercaba a el auto.

Ella subió el vidrio, y se fue. El veía el carro alejarse, con lágrimas en los ojos, se metió a su casa y solo se puso a beber. Al Jade llegar a casa de su madre y caer en sus brazos, rompió en llanto, mientras le contaba a su madre, se dio cuenta que ya era hora de salida de Alejandro.

- Adiós mama, quizás almuerce con Alejandro, nos vemos luego – dijo Jade a su madre

- Adiós hija, cuídate – respondió a Jade, besándole la mejilla.

Daniel recibió un mensaje de su madre que decía: "Hijo, tenemos que hablar, se que tienes practica pero, es importante lo que tengo que decirte, paso por ti al colegio, estaré en el estacionamiento, te amo, mama." Mientras Daniel leía el mensaje, caminaba por el pasillo, a lo que tropezó con una chica, a ella se le cayeron los libros, el se agacho para ayudar, y la miro, era morena, ojos cafés, de cabello rizado y baja estatura. Ella al verlo, sintió algo en el estomago. Era moreno, de ojos rayados, usaba brackets, y era mas alto que ella. Aunque... Todos lo eran en realidad.

- Disculpa, estaba distraído con mi celular – dijo Daniel.

- Tranquilo, no pasa nada – respondió ella. - ¿Eres nueva? Nunca te había visto.

- Si, un placer, Valentina Kleypas – dijo ella, dándole la mano.

- El placer es mio, mi nombre es Daniel Nolan, a tus servicios, ya me voy, pero si quieres mañana te enseño la escuela, ¿Te parece? – dijo el.

- Esta bien, nos vemos mañana, y disculpa mi torpeza, fue un placer – dijo ella, con voz tímida.

- Discúlpame tu a mi, y bueno, fue un placer tropezar contigo.

Mientras Daniel se acercaba a la puerta principal, una voz irritante dijo.

- Daniel, amorcito, ¿A dónde vas?

- Fernanda, déjame tranquilo, ya no te aguanto, no es tu problema a donde voy o de donde vengo, ya déjame en paz – dijo Daniel con voz molesta.

- Pero, cosito... - dijo ella.

- Esto se acabo, y desde ahora dime Daniel, chao, me están esperando – dijo el.

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2015 ⏰

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