Cuando Katia llegó a casa Olga tenía todo preparado, tanto la comida como el salón lleno de globos de varios colores, a los lados de la gran televisión había varias carcasas de películas.
-¡¿Olga que le has hecho al salón?!-Lina bajo en pijama, se notaba en su voz que se acaba de despertar.
-¡Niña!, te parecerá bonito ¿no?, ¡despertarte a estas horas! ¡Eso no es propio de una señorita como tu! ¡Muchos móviles y cachivaches pero una no puede ayudar en los labores de la casa!
Lina rodó los ojos y volvió a su habitación para escuchar reggaeton mientras que se informaba sobre las nuevas tendencias de ropa.
Katia dejo escapar una pequeña risita.
-¡Señorita!, tu tres cuartos de lo mismo, sube ahora mismo a tu habitación y recoge todos los CDs del suelo- le regaño Olga divertida guiñando le un ojo.
Esta vez fue Katia quien rodó los ojos.
Unos cuantos discos de Green Day, Linking Park o Nirvana esparcidos por el suelo no le hacían daño a nadie.
Subió a su habitación y "recogió" a su manera (guardando todo debajo de la cama).
Se tumbó en la cama y de durmió.
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-¿A donde vas María?- el moreno con gorro le hablo asomándose por la puerta.
-¿¡Qué más te da Olivv!?
-Eres mi hermana y te quiero
-¿Qué quieres?- María se cruzó de brazos. Si en algo podía presumir era en que lo conocía muy bien, demasiado bien la verdad.
-¿Has visto la nueva bicicleta de la tienda que esta al lado del mercado?-María entendió todo con rapidez.
-No te pienso dejar dinero.
-Porfis.
-No- La chica cada vez se iba acercando más a la puerta principal.
-¡Por favor!
-¡Adiós!- le grito en la cara dejando un portazo detrás de ella.
-¡Esta me la pagas!- Olivv no se estaba dando cuenta de lo ridículo que se veía en ese momento gritándole a la puerta de madera por la que hace unos segundos había salido su hermana.
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Toc toc toc.
Silencio
El ruido de los nudillos de Alejandro tocando la puerta se repitieron.
Toc toc toc.
Silencio.
Otra vez.
Toc toc toc.
-¡¿¡¿¡QUÉ!?!?!- ladró Katia desde el otro lado de la puerta.
- Kat, Me voy ¿vale?, A Sina le está dando un ataque de asma, voy al hospital.- Alejandro tenía la cara pegada a la puerta cerrada de la habitación para que se le escuchará mejor.
-Esta bien, dile a Sina que se mejore.
Ni siquiera había despegado la cara de la cama.
-Por cierto Kat, alguien ha llamado al timbre preguntando por ti- continuo hablando Alejandro- era un chica.
-¡María!
Se levantó corriendo de la cama y se arregló el pelo como pudo, se había cambiado de ropa antes de quedarse sopa en la cama (multimedia).
Salió como una flecha hacia la puerta principal de la casa.
-Perdona Maria.-Se disculpó la recién llegada. La miro de arriba a bajo disimuladamente, llevaba un vestido de cuadros rosa y el pelo suelto recogido hacia atrás por una perqueña horquilla.
-No te preocupes, no he esperado tanto.
Silencio incómodo.
-¿Quieres pasar?
-Em, claro.
Maria pasó dentro de la casa, ya la había visto antes y no se sorprendió por la decoración de montaña moderna que tenía la vivienda.
Pasaron unos segundos, la invitada rebuscaba temas para romper el hielo, pero siempre llegaban al mismo sitio: silencio incómodo.
Estaban sentadas en el sofá en silencio cuando Olga entró a la sala.
-¡¡Hombre!!, ¡María!, ya has llegado, vienes un poco pronto.
-Si, le dije que viniera antes para matar el tiempo.
Olga se quedó en silencio. Era la primera vez que Katia la veía de esa manera.
-Chicas salir un rato, aún falta mucho para que las demás vengan- En realidad Olga no lo estaba sugiriendo, más bien lo estaba ordenando. Las guió a las dos hacía la puerta empujandolas suavemente.
Las cerro la puerta en la cara.
-¿Qué bicho le ha picado?-miró a la cara a María- ¿a dónde vamos?
-No lo se....¿conoces la guarida?
-Claro
-¿Enterita?- En la cara de la chica se había dibujado una sonrisa picara que daba a entender que ocultaba algo.
Katia la entendió.
-¡Vamos!
Y echaron a correr por la carretera.
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-¿Qué pensáis de Katia?- los chicos estaban sentados en la guarida;era una mina abandonada. La habían decorado con luces, sillones y demás accesorios.
-Ee-s simpa-pa-ti-ti-ca
-Es guapa.
Todos miraron a Jorgo. Este sólo se encogió de hombros.
-Olvidemos lo que acaba de decir Jorgo- continuo hablando Olivv.- a mi me parece un poco cabezota, y es bastante egocéntrica y...
Todos dejaron de mirar al morenos con gorro y se centraron en la persona que estaba detrás de el.
-y... Está detrás de mi.
-Muy bien Olivv, puedes estar tranquilo, ya he comprobado que no es el gorro el que no te dejar pensar bien, es la falta de tu cerebro el que te provoca ese inmenso retraso.
-¿¡Quién te crees para hablarle así al jefe!?
-No te preocupes Hannes, me lo merecía por haberla insultando a sus espaldas- "¿Le acabo de insultar, por que no me la devuelve?", pensó Katia- la próxima vez le diré a la cara que es estúpida.
Katia sonrió y pensó "ahí esta".
-¡¿Estúpida yo?! ¿Tu te has visto?
Olivv la iba a contestar, pero lo interrumpieron.
-¡¡¡¡¡Callaos ya!!!!!- grito María- yo que pensaba que podríamos estar tranquilos. Vámonos Katia.
La pelirroja asintió y siguió a su amiga.
-Te has pasado Oli.-le regaño Kai- has empezado a insultarla, es nueva y no tiene amigos, tu ni siquiera la conoces, ¿por qué la juzgas?.
Olivv rodó los ojos.
-¿Te pones de su parte?
Kai no hizo caso.
-Tienes que disculparte- ordeno el paralítico.
El chico no dijo nada, tan sólo salió de la guarida.
-De verdad que no entiendo absolutamente nada- admitió Frank con una bolsa de patatas en la mano.
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-Pido perdón, mi hermano a veces puede ser muy invecil.
-Oh, no te preocupes Maria. Vamos a mi casa, seguro que Olga ya terminado de hacer lo que quiera que esta haciendo.
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Los Cocodrilos: el asesinato
Fiksi PenggemarHace menos de una semana estuve viendo "Los cocodrilos", son tres peliculas alemanas sobre una pandilla de amigos que resuelven los casos que los mayores no pueden. Sinceramente os la recomiendo, por que recalca el valor de los amigos y de su valios...