U N O

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Benditos ojos
Que me miraban
Simulaban desdén
Que me ignoraba
Y de repente
Sostienes la mirada...

Era una mañana como cualquiera, mi despertador sonó a las 4.15 am, lo apague, abrí un ojo y gruñí por lo bajo. Lo admito, considero un crimen horrible tener que levantarse tan temprano. Aún así, si no me apuro me retrasare. Como de costumbre entre lo más rápido que pude al baño, el frío a esa hora me daba escalofríos, tomó mi shampoo trato de enjuagar mi cabello lo más rápido posible, lamentablemente es muy largo para terminar en 15 minutos mi baño. Me vestí lo más ágil que puedo, un Jean, una blusa y un abrigo casual, quería llevar tacones pero aún no me acostumbro a andar con ellos en la universidad, su sonido hacen llamar la atención y eso es lo mínimo que quiero hacer. Corrí por la escaleras a preparar mi desayuno, no era raro que en la cocina hiciera más frío que en el resto de la casa, y aún más penetrante con mi cabello mojado en los hombros. Cuando serví el plato con mi cereal favorito y un poco de leche. Mi primer bocado no era lo más deleitoso, la verdad el desayuno no era mi fuerte, a esa hora tenía de todo menos hambre.
-Eliana... ¿Ya desayunaste?- mi mamá hablo desde el tercer piso.
-Si mami, gracias - la verdad ella se preocupaba mucho por mi y eso se lo agradezco profundamente pero no quería que siguiera en su rutina de madre buena que le hace todo a sus hijos, por lo menos no quería ser igual a mis dos hermanos mayores. Además esto me hace sentir independiente y le da cierta libertad a mi vida.
Cuando subí ya mi papá estaba despierto.
- Buenos días papá
- Hola, ¿Cómo amaneciste?
- Bien papá, ¿Podrías llevarme rápido a la universidad? Creo que voy tarde.- le dije casi desesperada.
Él sólo asintió, creo que el sueño no le dejaba mover sus labios adormecidos. Le pregunté como estaba a mi mamá mi maquillaje, ella me revisó y me vio con nobleza, creo que aún no podía creer que su única hija le gustaba maquillarse, no era que fuera mi especialidad pero en cierta manera me concede una seguridad que de vez en cuando me hacía sentir mejor conmigo misma y hasta trataba de romper mi enorme timidez en algunos casos.
Mi vida volvía hacerse dispendiosa cuando me subía a la camioneta de mi padre, si bien mi papá no era el peor de todos,cuando quería ser un ogro y echarme las cosas en cara lo hacía, hace poco me habían robado el celular y para tener otro tuve que pedirle prestado, con el compromiso de que cuando entrara a la universidad se lo iba a pagar. Y así empezó mi primer día en sexto semestre, mi mamá regañó a mi padre porque él dijo que se pagaría de mi mesada y no tendría dinero para solventar mi vida en la universidad, me daba ira tener que rogar a mis padres por dinero y aún más a mi papá para poder vivir tranquilamente, definitivamente eso no era lo mío.
Cuando mis pensamientos se ahogaron en un profundo suspiro me di cuenta que había llegado a la universidad, me sentía con los pies pesados y cansados, no quería entrar aún, mis vacaciones eran largas pero no lo suficiente para recuperarse del anterior semestre.
-Bien, me avisas luego-dijo mi padre a modo de despedida, asentí con la cabeza y me bajé, caminé sin mirar a nadie en especial en eso oí que gritaban mi nombre y cuando giré, vi a mi amiga, corrección, mi única y mejor amiga corriendo hacia mí.
-Te envié mensajes, podrías al menos, no sé, ¿Responderlos?-dijo a modo de saludo, puse mis ojos en blanco y sonreí
-Mari tú y yo sabemos que con la tecnología no nos llevamos muy bien-dije mientras caminábamos.
-¿Qué clase tenemos?-preguntó y yo saque mi horario para confirmar
-Economía global-respondí y mi amiga fingió una arcada
-Aún no logro entender porque estudiamos esto?-comentó mordiendo una de sus uñas
- le contesté con una sonrisa,
- yo tampoco comprendo por porque no has leído a Travis aún-respondí
Automáticamente mi amiga comenzó a reír a carcajadas llamando la atención de más de una persona. La miré frunciendo el entrecejo y luego cuando cesó de reírse, la fulminé con la mirada.
-¿A qué se debe tu ataque de risa?-pregunté alzando una ceja
-¿Me lo preguntas enserio? Oye, amiga mía, que tu leas por-se calló como buscando la palabra, apoyando un dedo en la barbilla-ah sí... por placer, no significa que todas lo hagan ni que sea normal, ¿Lo sabías no?-comentó.
- ok, entiendo, pero cuando leas "Maravilloso desastre" y te enamores de él, no me vengas con comentarios ni enamoramiento.-le contesté sarcásticamente.
La mayoría de veces éramos las primeras en llegar y más el primer día de clase, nos gustaba tener asientos cómodos; lo sé era ñoño e infantil, pero aún así nos encantaba.
-Somos unas nerds por llegar tan temprano- le dije en tono gracioso a Mari lo cual contestó con una risa.
Empezaron a llegar todos y comenzamos a ver rostros conocidos, llegaron compañeras dando grandes saludos a todo salón, nosotros sólo levantábamos la cabeza y dábamos una sonrisa cordial.
-Voy a ir al baño- le comenté tranquilamente a Mari.
-Dale, te espero.
Cuando me vi en el espejo dije, por Dios! Tengo cara de zombie, mis ojeras eran muy notorias, más que de costumbre. Menos mal que mi madre dijo que me veía bien, si para un acto de halloween me veía bien. Respire profundo y arregle mi maquillaje como pude, cuando estuve satisfecha con el resultado, agarre mi cartera y salí, sentí que me empujaban y por más que lo intente no pude mantenerme en pie, caí sentada sobre mi trasero, cuando iba a ponerme en pie, alguien me tomó de la mano y tiró para arriba.
-Disculpa, no te vi-dijo una voz grave, abrí mis ojos y lo mire fijamente, no, definitivamente no lo conocía. Tenía en su rostro una sonrisa hermosa, aunque algo forzada, unos ojos llamativos, porque si, eran verdes pero además transmitían algo más, le solté la mano y alise mi ropa.
-No hay problema-contesté retomando mi camino, pero él volvió a hablar.
-Soy Sebastián-añadió y yo hice un gesto con la mano, mientras entraba al salón nuevamente.
Mari ya estaba hablando con Sofía, se rían, yo llegué y me di cuenta de la cara que debía traer por sus miradas atónitas que concordaron al mismo tiempo.
-Hola, ¿Qué te pasó? Te noto nerviosa - me preguntó Sofía. Si efectivamente estaba temblando, aunque desconocía el porqué
-No nada, sólo me tropecé al salir del baño.
Mari no pudo evitar reírse para entre sí y la miré con cara de maldad, la verdad me causó gracia haberles comentado, pero realmente lo que me tenía pensativa era ese chico, era el hombre más guapo que había visto en la universidad, si bien había visto varios chicos lindos, pero sin duda este era el rey de todos.
-Buenos días chicos cómo están?. Llegó el profesor y calló mis pensamientos.
-Buenos días-Respondemos todos como quien gime de dolor por volver a la rutina de siempre.
Volví mi mirada alrededor y vi que estaban mis cuatro amigas en fila, Mari como siempre a mi lado, luego Sofía con la alegría que siempre la caracterizaba, seguida de Camila y por último Diana acomodándose de afán porque como era de costumbre llegaba tarde a la primera hora.
Cuando salimos todas nos saludamos con efusión, sólo hablamos de nuestras vacaciones mientras llegamos a la otra clase.
-¿Vieron eso chicas?.preguntó diana de sorpresa a todas.
-¿Que? ¡Cuéntanos!- preguntó Cami.
-Al chico que está en la entrada del otro salón, está buenísimo-añadió con media sonrisa
Cami , Mari y yo nos reímos mientras Sofi y Dí iban hacia la entrada del salón.
-Di, siempre revisando que chicos están por ahí- comentó Cami con gracia.
Cami era la única de las cinco que tenía novio, Julián , lo quería mucho y cada vez que le hablaban de otros chicos no ponía atención o sólo reprochaba con risas.
Mari y yo salimos a comprar algo antes de que llegara el profesor, cuando vimos a Sofi y Di hablando suave. Las asuste por detrás y no pude evitar reírme al brinco que habían dado.
-Oye, no nos distraigas, ¿Acaso no ves que estamos viendo a esa hermosura de chico?- espetó Sofía.me reí pero cuando salí a ver, quede sorprendida, ese chico de verdad era guapo, casi tan guapo como con el me había tropezado horas antes.
-Uhss-dijo mari sorprendida-Está mejor de lo que imaginaba.
Si de verdad era lindo, tenía el porte de chico malo y mirada sexi que podía engatusar a cualquiera. Lo dejamos de ver cuando nos fulminó con una mirada desafiante pero divertida. Me sentí halagada por el gesto pero supuse que ese comportamiento era normal por su aspecto.
Regresamos con Mari a clase y ya no estaba el chico, entramos y el profesor nos miró con una sonrisa delatora.
-Buenas noches, señoritas-Dijo el profesor sonriendo, yo conteste cordialmente mientras Mari lo miraba mal, ella sí era la mejor en eso, no podía ocultar cuando alguien le caí mal o soltaban comentarios flojos como este.
Otra vez los minutos pasaron, rapidísimo y ya había terminado mis clases.
Me senté en el bus pensativa, llevando todos mis recuerdos a la mente, me reí sola al recordar cómo Mari y yo nos habíamos caído el mismo día, sólo que la mía había sido más vergonzosa porque todos estaban afuera esperando a su respectivo profesor, y de repente me encontré pensando en ese chico, nunca lo había visto, tenía los ojos más hermosos que he podido ver y me arrepiento de no voltear, de mostrarme más cordial en ese instante.
Por lo menos sabía que se llamaba Sebastián.Sonreí.
Llegué a mi casa y vi a mamá en la cocina.
-Hola mami. Le dije dándole un beso en la mejilla.
-Hola hija, ¿Qué tal tu primer día?
-Bien, nada raro sólo que me caí he hice el ridículo-Le dije a mi mamá casi riéndome.
Ella me comprendía sabía que era muy tímida pero un acontecimiento como ese me causa gracia después de contarlo a los demás, así que sonrío mientras me miraba con una mirada cálida.
-Iré a mi cuarto-comuniqué, mientras subía las escaleras. No podía quitarlo de mi cabeza, era algo inevitable, volvía una y otra vez a evocar su sonrisa. Llegue y me recosté en mi cama, me acordé de las palabras de Mari, y busqué mi celular. Tenía cinco mensajes de Mari, dos de So, uno de Cami y uno de Di, los leí y todos estaban envíados antes de la universidad, así que los dejé sin responder, me metí a mis redes sociales y nada nuevo, los mismos quejándose, los mismos alegres, los mismos enamorados, así que dejé mi celular donde estaba y me dedique a mi actividad favorita, tomé el libro que había quedado en mi mesa de luz y retome donde había dejado menos mal quedaban pocas hojas, en el primer día de universidad ya me habían dejado lecturas y pequeñas consultas.
Cuando termine ciudades de papel, quede un poco desilusionada por el final, aunque realmente el libro me gustó mucho por los divertido y auténtico de la historia. Cuando salí de la historia de Quentin y Margo; mi mama me estaba llamando a almorzar.
-Hice lo que más te gusta-me comunicó, y efectivamente tenía frente a mi un plato de spaguettis boloñesa.
-Definitivamente eres la mejor mami, muchas gracias se ve riquísimo-Le comenté lo más entusiasmada posible.
El día pasó sin mayor acontecimiento traté de adelantar trabajos para no empezar a correr los fines de semana. Le hablé a Mari por whatsapp y me acordé que desde que tenía smartphone yo no había usado mucho y aproveché para utilizarlo ya que Mari sí estaba muy activa en esto.
-Hola, que haces amiguis?- escribí
Me contestó de inmediato.
-Hola, milagro! Ando leyendo lo de economía global y tú?
-Acabe de terminar de leerlo, estaba tedioso pero bueno.
-Si lo sé está horrible. Y junto con eso me envió un emoticon llorando.
Realmente éramos muy dramáticas con esto de los trabajos, nos gustaba la universidad pero empezar llenas de lecturas definitivamente era ahogante y aburrido.
Me acosté no sin antes revisar mis redes, era deprimente ver las fotos de los demás con sus parejas o comentarios irritantes como: que hermosa eres, desearía conocerte mejor.... bla bla... resopló, patéticos no?.
Si de algo estaba segura es que nunca me fijaria en un hombre por muy simpático y lindo que fuera si era uno de esos chicos plásticos o malos que se divierten con los sentimientos de las demás chicas, no estaría dispuesta a pasar por eso, aunque la verdad ya estaba acostumbrada, siempre supe que era inmune a ese tipo de chicos por que no era ni la más linda y menos la más extrovertida y divertida de mi facultad. Si bien uno que otro chico me miraba tenía que estar muy bien vestida y maquillada para eso, mi cuerpo no era perfecto, siempre fui acuerpada y nunca me sentí bien con eso, pero ¿Qué más da, era feliz a pesar de no tener un hombre en mi vida.
Antes de caer dormida vino a mi cabeza Sebastián, me sentí ridícula y tonta, nos tropezamos,se disculpó, me dijo su nombre y de la forma más brusca me fui,era un desastre delante de los hombres excepto de ciertos compañeros que tenía en mi facultad y era porque me sentía cómoda con ellos y los conocía bien.
-YA TE ESCUCHÉ-grité la mañana siguiente, creo que todo mis vecinos me escucharon gritándole de mala gana a mi despertador.
Me levanté, como siempre mi rutina helada de todas las mañanas, un baño caliente y luego salir al viento helado de la madrugada.
En esos momentos quería ahorcar al rector de la universidad como se le ocurría a ese anciano dejar las clases tan temprano.
Cuando ya estaba lista, levanté a mis padres.
-Buenos días pequeña-Dijo mi padre.
-Hola, ¿Como amanecieron?-Dije lentamente a los dos.
-Bien, ¿Qué hora es?- preguntó mamá dándome una sonrisa de recién levantada.
-Tranquila estoy bien de tiempo-dije
-Bueno, vamos-añadió mi papa.
Cuando llegué a la universidad no había nadie, como siempre llegaba temprano, me aproxime al baño a ver si podía mejorar mi aspecto con un poco de lápiz ya que se me había olvidado aplicarlo en casa.
Apenas saqué mi celular ya tenía un mensaje de Mari preguntándome donde estaba, le respondí que en el baño y me escribió que ya iba a llegar. Cuando estuve lista llegó Mari, le pregunté qué tal estaba de aspecto y asintió con una risa fingida, ella no le iba el cuento de maquillarse y Camila tampoco sólo que ella sí podía decírmelo directamente lo hacía, en cambio Mari me conoce muy bien y sabe que hace parte de la comodidad y seguridad en mi.
Llegamos al salon, nos hicimos atrás cómodamente, empezaron a llegar todos y sin más preámbulos estaba escuchando al profesor de macroeconomía tres con su introducción, y presentación del programa. Luego de esto pregunto a cada uno que su nombre, porque estudiaba economía, y que enfoque piensa darle a la carrera cuando salieramos; cuando llegó mi turno le conteste que me gustaba por el carácter social que esta llevaba consigo y no sólo estaba centrada en modelos sino en el el bienestar común y que esto era un factor importante si queríamos que las cosas cambiarán en el país. El asintió con una sonrisa y supe que le habría agrandado.
-Es todo un loco no?-Preguntó Mari al grupo cuando estábamos saliendo.
-Es divertido sólo espero que lo de hacer exámenes semanales también sea un chiste-comenté y varios asintieron con la cabeza
-Bueno, ¿Qué les parece si tomamos café antes de entrar a desarrollo? Esta bastante temprano,hay tiempo de sobra - preguntó Sofi a todas.
-Sí, me parece-contestó Di
-Yo quiero un té-Añadí a regañadientes.
-Tranquila sabemos que no te gusta el café-refunfuñó Cami
estaba aliviada porque Aunque el café no era de mis preferencias, tescuchar a la profesora hablar tanto me había dado sueño, así que fuimos, cuando salimos nos despedimos de Cami, Sofi y Di, ellas tenían clase de cultura, nos hubiera encantado estar todas pero cuando la inscribimos no había cupos así que con Mari y yo pactamos inscribirnos en filosofía, iba a ser extraño puesto que pocas veces estábamos solas en materias que veían todas las carreras, estábamos por llegar al aula cuando vimos a él chico guapo del que había hablado media universidad en el día de ayer cerca al salón de donde teníamos filosofía.
Como siempre tomamos lugares cómodos, y los más alejada posibles del profesor.
-Si viste, ¿No? Tal vez tenga clase acá. Sería un placer ver a ese guapeton dos días a la semana- Me dijo Mari con voz sensual y divertida. Asentí riendo.
-Por fin tenemos algo con que recrear la vista en esta universidad-añadió Mari. No era coqueta pero a veces decíamos cosas como esas para reinos entre nosotras.
No había ido al baño así que fuí, cuando salí no podía creerlo estaba ahí de pie, sonriendo con el otro chico, era él, Sebastián, crucé lo más rápido que pude por su lado y solo alcance a escuchar sus saludos
-Hola Daniel, ¿Preparado para otra clase?-dijo con voz autoritaria y divertida.
-Sebastián! ¡Pedazo de Idiota dónde estabas ayer, te espere como novia fea en clase de suelos y nunca llegaste!-reclamaba el otro, ahora sabía su nombre, información valiosa entre mis amigas.
Escuché una risa relevante pero linda, supose que era Sebastián respondiendo,
-Superalo imbécil, me gusta hacerme extrañar,cielo-le respondió y ambos rieron.
Me causa gracia su conversación, ciertamente tenía un grado infantil para mí.
Y de nuevo estaba allí en el salón,a los cinco minutos entraron estos dos simpáticos, seguidos del profesor.
No lo podía creer eran amigos y eran los más lindos de la clase por no decir que de la universidad completa. Todas cuchicheaban entre sí y los miraban con risitas coquetas, ellos eran inmunes o indiferentes.
De repente, me di cuenta de un pequeño detalle, las sillas de al lado nuestro estaban vacías y sólo esas estaban libres. Definitivamente no sería un día cómodo para mi.
Mari me miro con cara burlona.
-Tiene un amigo igual de guapo, justo para las dos, amiga, lo que nos recetó el médico-dijo burlándose de la penosa situación.
Ella no sabía lo que me había pasado el día anterior, le conté que me había caído, pero no como y mucho menos con quién me había tropezado. Entonces como si lo hubiera convocado mentalmente, Sebastián giró su rostro y me miró a los ojos, frunció el ceño.
-¿Te conozco?-susurró y sentí automáticamente los colores invadir mi rostro, y a Mari, comiéndome con la mirada.

N/A
Buenas somos Eli y Karen
aquí les dejamos nuestro primer capítulo
Al comienzo "Bendita tu luz" Maná
Aceptamos críticas
Besos :)

#En multimedia, Sebastián.

Tal vez... No fue coincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora