﹝LLUVIA﹞

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Estaba recargado en su auto cuando vio aparecer a Kuroko, vistiendo unos jeans, camisa a cuadros color gris y vans.

—Hola, Akashi-kun.

El mencionado le lanzo unas llaves las que atrapo en el aire.

—Tú manejas —le sonrió antes de entrar por la puerta del copiloto.

Inhalo y exhalo aire antes de apretar las llaves en sus manos y entrar en el auto. Una vez en su lugar se colocó su cinturón, de reojo vio si su acompañante también lo llevaba, cuando vio que sí, reviso los espejos, los acomodo y después encendió el coche.

—¿Nervioso? —comento burlón.

—Solo un poco —empezó a salir del aparcamiento con cuidado—. Tengo miedo de arruinar tu auto.

—No te preocupes tengo, si le llega a pasar algo puedo comprarme uno y mejor —prendió la radio.

—Ahora me dieron ganas de chocarlo apropósito —torció una sonrisa.

Akashi sonrió de lado.

—Ya veremos si lo haces.

El conductor solo alzo las cejas escuchando la risa de su acompañante.

...

Las clases fueron normales, aunque más que clases parecía solo un paseo por la ciudad; al parecer Kuroko no manejaba nada mal, unos cuantos errores con la palanca y a la hora de estacionarse, pero nada de qué preocuparse, hasta que Akasho le surco una idea por su cabeza. Saco su celular, fingiendo estar escribiendo algo, miro por el espejo retrovisor y luego el semáforo, miro de reojo al su acompañante y, al ver que él se encontraba muy concentrado, decidió hacer lo siguiente. Grito. Sorprendiendo tanto a Kuroko que freno de golpe, provocando que sus cuerpos se hicieran para adelante y regresaran de nuevo a su asiento, aunque no fue lo mismo para el celular de Akashi que salió de su mano chocando con la radio y volando hasta los asientos de atrás. Kuroko sujeto con fuerza el volate y sintió como su cuerpo le temblaba de pies a cabeza. El sonido de los cláxones, la música sonando y gente gritando los envolvía, junto con sus respiraciones rápidas y sus corazones agitados. Akashi fue el primero en hacer ruido soltando una fuerte carcajada, Kuroko lo miro interrogante, frunció el ceño y lo empezó a golpear.

—Eres un idiota Akashi Seijuro —le golpeo en el hombro.

—Ya, ya, Tetsuya —comenzó a decir intentando esquivaba los golpes, hasta que pudo coger de las manos y lo miro a los ojos, que estaban a punto de soltar unas lágrimas; la risa de Akashi ceso, Kuroko aparto la vista y se zafo del agarre para seguir conduciendo —. Tetsuya lo siento, no quise...

—Ya no importa —le contesto serio.

—Claro que importa.

—No, no importa.

Akashi frunció el ceño y apretó con fuerza sus puños.

—Detén el auto —ordeno.

Pero le hizo caso.

—Tetsuya, detén el auto.

Soltando un fuerte suspiro Kuroko hizo lo que le pidió y cuando iba a preguntar el porqué lo abrazó.

—Aka...

—Perdón —le susurró al oído.

Kuroko se mordió el labio y luego rio levemente para corresponder el abrazo.

—No hay problema, Akashi-kun.

Se separó y lo miro a los ojos.

—¿Seguro?

El pequeño Kuroko #PremiosKnB2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora