–Zoe, nos tenemos que ir en 5 minutos, por favor estate preparada–dijo mi padre desde el marco de la puerta cogiendo la ultima maleta que quedaba.
Bueno, aquí me encuentro mudándome otra vez,la tercera vez para ser exactos, hacia un pueblo en el que pasan cosas extrañas, pero teniendo en cuenta que yo me transformo en mujer lobo los dias de luna llena, no creo que me asuste nada.
Estaba bajando las escaleras cuando uno de los escalones de madera se rompió, casi llego al sótano y cuando miro hacia la puerta me encuentro a mi padre riéndose de mi, y yo con toda la dignidad que me quedaba me levanto y me dirijo al taxi.
Al final estuve durante todo el viaje escuchando música o durmiendo, cuando llegue ya era casi de noche y para decir verdad este pueblo de noche no da muy buena espina, estaba mirando por la ventana e inconscientemente mire a un árbol y vi unos ojos amarillos que me miraban y sentí un escalofrío. Cuando llegamos a nuestra nueva casa ya estaba casi todo amueblado asi que llegamos y lo primero que hice fue ir a mi habitación; era un poco mas grande que la anterior de Inglaterra y era de color azul era muy bonita, me fui a tumbar a la cama, que era de matrimonio y al final me que de dormida.
Al dia siguiente me desperté por la mierda del despertador, porque, ¿adivinar que? Empiezo el instituto hoy... Vaya mierda, primero me tengo que mudar y para colmo al día siguiente de venir tengo que ir al instituto.
Me levante como pude de la cama, porque estaba realmente cansada pero me vesti me baje a desayunar y luego me fui andando, ya que el colegio quedaba muy cerca de mi casa.
Cuando entre a clase sentí un olor, un olor muy conocido para mi, ya que soy una mujer lobo
Mire a todos lados y me encontré con la mirada de un chico, estuvo durante toda la hora hablando con el chico que estaba al lado suya y mirándome de vez en cuando, como si estuviesen cuchicheando.
Al acabar la hora salí de clase rápido, pero el chico que antes me miraba me paro.
–¿Que quieres? Tengo prisa–dije.
–Tranquila fiera–dijo riéndose.
–Eso debería de decir lo mismo de ti–dije seria, pero no me pude aguantar la risa por la cara que puso.
–Que dices...–dijo, claramente, mintiendo.
–Deberías aprender a mentir mejor, lobito– y me fui en dirección a mi taquilla. Pero cuando llegue otra vez esos dos estaban al lado mío.
–Como sabes que soy un...–hizo señas como si fuese un lobo y yo me hice la tonta.
–¡Aaaa! Dices un subnormal – dije y el otro se empezó a reír.
–Me refiero a un... Hombre lobo...–dijo lo ultimo susurrando.
– Lo siento lobito, me tengo que ir a historia, espero no verte en todo el dÍa – dije yéndome hacia allí.
–Que mala suerte, porque tenemos historia ahora.–dijo con una sonrisa cínica.
Llegue y me senté al final de la clase pero estos dos se sentaron uno al lado y el lobito delante, enserio, estos chicos son muy pesados.
"El lobito", me gusta ese mote, le llamare asi para hacerle de rabiar, y su amigo sin nombre, me miraron y antes de decir nada llegó el profesor.
–De esta no te salvas - dijo echándose un poco hacia atrás.
–Ya veremos - dije acercándome a el para luego prestar atención al profesor.
La clase fue totalmente aburrida, era la primera clase y ya me quería ir del colegio, el profesor eran de esos típicos que llevan toda su vida aquí.
Me giro y me encuentro al chico de al lado mirándome fijamente poniendo caras raras, como de pregunta.
–Que miras? Necesitas una foto?– dije bruscamente.
El chico al escucharme se cayo de la silla del susto y yo me empece a reir.
–Stiles, ¿algo que compartir con las clase?–dijo el profesor parando la clase.
–No, estoy bien – dijo levantándose y sentándose otra vez en la silla.
– Eres muy patoso– dije susurrando y cesando ya mi risa.- Me recuerdas a una vieja amiga.-dije suspirando nostálgica, echaba de menos a Sam, no la habia visto en bastante tiempo.
No me volvieron a hablar en todo lo que quedaba de clase y al final el timbre sonó y pudimos salir. Cuando salí alguien me llamo.
–Eh! No tan rápido, tenemos que hablar – dijo el lobito.
-No tenemos nada de que hablar tu y yo, lobito.-dije yendo hacia la clase de química.
-¿Puedes dejar de llamarme así?-dijo desesperado.
-¿Cómo, lobito?
-Oh, no te hagas la tonta, lo sabes perfectamente.
-Bueno tu olor se huele desde por lo menos 2 kilómetros.
-¿Y huele a?
-¿De verdad quieres saberlo?-dije con una ceja levantada.
-Me hago una idea.-dijo por fin con una sonrisa.-Hemos empezado con mal pie, soy Scott, Scott Mcall.
-Soy Zoe, Zoe Smith.
