Mientras los mortales duermen.

Untitled Part 1

Capítulo I: Ravenwood.

¿Alguna vez ha sentido la sensación de impotencia que nos depara la muerte? Ese inmenso vacío que nos recuerda la verdad más grande que existe, la certeza de la nada. No hay nada mas paralizante ni aterrador. Sin vida, no hay nada. La muerte lo impregna todo, sobretodo si se la mira de frente. Y es que esos días hasta se podía sentir su aroma en el ambiente en las calles de Ravenwood, aquel pueblo pequeño en el que nunca pasaba nada hasta que apareció el, el caballero negro.

Todo tipo de historia circulaban esos días, y es que si, la gente es muy fantasiosa, la cual más absurda. Esa actitud me hacía sentir enfadada con el mundo. En vez de estar buscando a aquel psicópata se dedicaba a inventar fantasmas sobre su figura, fantasmas que yo misma habría creído de no haber conocido a dos de las víctimas. Siempre ocurre así, en el momento en el que conoces a una víctima dejan de ser fantasmas.

Mi nombre es Penny, tengo 16 años y vivo con mis padres en Ravenwood desde hace más de diez años. Vinimos aquí cuando mi hermano Jasón nació y el resto de mis humanos nacieron aquí. Ravenwood era un pueblo encantador hasta que una noche de hace casi un año y medio Savannah Manson desapareció. Desde ahí empezó el cuento de terror. Las chicas ya no podíamos salir solas.

-Penny, después del colegio vente directa a casa- me solia decirme mi madre- Tráete a Catherine contigo, os quedáis a comer y cuando llegue la acercamos a su casa.

- Señora Tyrell no se preocupe- le decía Catherine- No quiero ser una molestia, además yo sé cuidarme sola.

-Lo ves mama- le decía poniendo los ojos en blanco- No tienes porque preocuparte tanto, nosotras nos sabemos cuidar.

Y las dos nos reíamos como dos niñas ignorantes que no habían visto a un lobo feroz en su vida. Ah, Catherine.

Lo que peor llevaba era la actitud de darle más importancia de la que tenia, me molestaba que la gente del pueblo le mostrara demasiada atención. A diario se escuchaban comentarios como.

- Nadie puede creer que esto esté pasando, es como una pesadilla.

- ¿Quién podía imaginarlo? Alguien tan joven, con tanta vida por delante.

Yo y mis amigas no le teníamos miedo creíamos que éramos más inteligentes que el que lo único que buscaba era que la gente hablara de él, que le tuvieran miedo, y por eso si no hablamos de él y no le teníamos miedo, no se atrevería a hacernos daño.

- ¡Vamos chicas, prepararos!- nos gritaba Stacy-. Hoy es sábado, ¿Sabéis qué significa?

- ¡Noches de chicas! – exclamaba Joyce aun mas emocionada.

- Y ya sabéis nada de contarse a los padres- nos advertía.

Eramos imprudentes, temerarias. Pero también jóvenes y solo queríamos vivir, por eso casa sábado nos escapábamos para ir de fiesta.

- Catherine, dile a tu hermana que se venga- le insistía todas las semanas, pues realmente me agradaba esa chica

- No creo que quiera- me respondía.