Prólogo

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"Quisiera comprender que estás muy lejos

Y que no te importa nada de lo que me pasa."

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Sé que lo que hice estuvo mal, pero te amo. Sábelo.
-Lo único que rescato es que pusiste "mal", pero sabes que maldad es poco Micaela.
-Estaba confundida, siempre lo estuve, solo que ahora lo sé.
-Confundida 15 meses? En esos 15 meses ¿te comiste a cuantos? 4 o 5? Y me decías te amo ja...
-Vas a ser el amor de mi vida y nunca te voy a olvidar.
- Golpe bajo. Terminamos hace 2 días y te comiste a Lucas, 2 días y tenes el descaro de decirme que me amas y aun más que no te vas a olvidar.
-Quiero hablar personalmente Al, tengo muchas cosas que decirte y hacerte entender.
-Yo no quiero hablar de frente con vos, hace 15 meses que te tendría que haber dichos cosas muy horribles, pero todavía siento algo que no se si es amor a pesar de todo no importa lo que hagas sigo siendo demasiado bueno para no decirte.
-¿Entonces no me vas a hablar más ni nada? ¿Realmente esto es el fin no?
-El fin tendría que haber sido las veces que te comiste a alguien, el 1er mes, el 3er, el 5to o hace 2 meses, esos meses tendrían que haber sido.
- No me pongas como la mala de la película Alejandro, vos no sus ningún santo.
-Vos y yo sabemos lo que te amo, pero se ve que mi amor no era lo mismo que el tuyo. Chau.
Alejandro borro la conversación, y entre lágrimas la bloqueo y la elimino.


Estaban todos los amigos de el para consolarlo, todos tratando de convencer que salga, pero él sabía que ese "Chau" de hace 3 días no marcaban el olvido, solo reforzaba el pensamiento.
-Vamos Ale, dale es sábado, hay birras y están Camila, Flor y Sol para pasarla bien. Los dos sabemos que te tienen ganas- le dijo Fran mientras se sienta con él en el sillón.
Alejandro solo se digno a sonreír y mirar hacia abajo pensando en lo que seria poder volver el tiempo atrás.
-Tengan cuidado con el sillón que mi madre me ahorca- respondio.
-Dale en serio Al, tendrías que dejarla ir porque seguro la flaca te dejo ir hace rato
-Decis "dejarla ir" y siento que es un ave idiota- se levanto y se dirigio hacia la cocina- digamos que voy a hacer caso al viejo dicho donde el tiempo te hace olvidar.

Se comenzaron a ir todos de su casa, todos al marcharse lo saludaban con un abrazo. Una vez que no había nadie subio las escaleras y se tiro en la cama viendo el peluche que Micaela le regalo cuando cumplieron 12 meses. <<Tenerte en mi cabeza es como una cicatriz, jamás la podre borrar>> pensó.
Apago las luces, y se acostó sabiendo que faltarían unos 20 minutos para poder dormir mientras pueda despegar su cabeza.


Lo olvidóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora