Al abrir los ojos, ella pudo comprender que se encontraba en un lugar desconocido para ella. Debería haber sentido miedo, pero lamentablemente ella sabía que aquello iba a pasar y no había forma de negarse a ello.
Observó su alrededor, ya estaba anocheciendo. Sin muchas ganas bajó del coche y cerró la puerta, demasiado fuerte para el gusto de aquella mujer que se encontraba cerca de la puerta que no dudo en lanzarle una mirada de advertencia. Pero la joven la ignoró y se acercó a aquella casa.
La puerta se abrió, haciendo posible que aquella joven pudiera contemplar aquel lugar totalmente desconocido para ella. Aunque aquel sitio contenía cajas por doquier, algo típico de una mudanza, podía observar que era una casa mucho más bonita y con mucho más espacio comparada con el hogar que había tenido hasta ahora. Que la casa tuviera dos plantas ya era una buena razón para sorprender a la joven de cabellos rubio oscuro, mucho más al saber que esa planta era solamente para ella. No tardó mucho en subir corriendo por las escaleras, pero procurando de dejar la puerta abierta, ya que su madre se encontraba fuera y aún no tenía dominada el truco para abrir aquella puerta con esa dichosa llave.
La planta de arriba también podía ser llamada como "su habitación" porque era lo único que había arriba y era muchísimo mejor que la de abajo. La joven sintió que sólo con ver aquel cuarto podría perdonar a su madre, pero sabía que su perdón tenía un precio bastante alto. Alucinó con todo aquello que había en la habitación, una "Wii U", una televisión de plasma enorme, un portátil, un armario gigante, un espejo, peluches adorables de Pokémon diversos y, lo que no tardó en probar, una cama que parecía muy cómoda. Se lanzó a ella y pudo comprobar que estaba en lo cierto y, aunque estaba recién levantada, empezó a quedarse dormida de nuevo.
– ¡Serena, ayúdame con las cajas! – La voz de su madre le taladraba el cerebro, sin duda no le había perdonado aún. Decidió ignorarla, esperaba que al menos su madre tuviera un poco de sentido común y entendiera que ella necesitaba descanso y relajarse. Pareció que la entendió, pero de repente ella, Serena, escuchó otro gritó y se levantó enfadada.
– ¡Kalm, no me ignores! – Ahí comprendió que no se trataba de su madre. Serena, con mucha curiosidad, se asomó por su ventana.
Pudo observar a una joven con dos coletas, morena, con ropa llamativa y deportiva y con una gran energía que empezó a irritar a nuestra joven. No sabía que pasaba, pero comprendió que aquella persona llamada "Kalm" ignorase a la muchacha. Pero de repente la puerta de sus vecinos se abrió y un chico salió de ella. Serena lo observó anonadada. Y era normal, nunca había visto a un chico como él, en su anterior pueblo no había visto nunca a alguien así. El joven parecía tener la misma edad que ella, su cabello era azabache y parecía muy alto. El "observado por nuestra protagonista" suspiró mientras que la chica de las coletas montaba una mini-fiesta porque él al fin le había hecho caso.
– Xana, te había dicho que hoy iba a quedarme en casa. – Aunque Serena lo veía de lejos podía notar que ese muchacho estaba enfadado con la irritante joven.
– Pero Kalm, había quedado con Trovato y Beni y pensé que si te decía de venir se te iba a pasar la idea de quedarte en casa jugando a la consola esa. – Le decía Xana mientras ponía una cara parecida a un cachorrito que nunca había roto un plato. Serena se dio cuenta de que su ventana tenía muy buenas vistas, porque podía enterarse de todo sin ser descubierta. Kalm suspiró ya más enfadado que anteriormente.
– Xana, que tú seas alguien que no para por casa salvo por alimentarte y dormir no significa que todo el mundo lo haga. – Kalm se volteó y miró hacía su puerta, poco iba tardar en meterse dentro y volver a ignorar a su amiga. Xana se indignó y se cruzó de brazos.
– ¡Haz lo que quieras! – Empezó a caminar para salir del recinto de su casa, pero volvió a parar. Serena suspiró, era realmente una gran pesada. – ¡Pero que te quede que te he avisado! – Y se fue corriendo hacia la salida.
ESTÁS LEYENDO
En un lugar llamado Kalos.
Fiksi PenggemarSerena se acababa de mudar a Pueblo Boceto con la esperanza de iniciar una nueva vida y poder demostrarle a su madre que ella no estaba hecha para las carreras de Rhyhorn. Nunca pensó que iba a conocer a tantas personas, tampoco que sintiera todos a...