El dragon que llora

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Cuenta le leyenda que si alguna vez te llegara a caer alguna gota del cielo en un día soleado, es algún dragón que esta llorando por la pérdida de alguien.

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Era una hermosa mañana de verano, los árboles se regocijaban en la brisa que les otorgaba el viento; los pájaros cantaban sus melodías mientras flotaban por el vuelo que estaban emprendiendo. Pero fuera de eso se encontraba una chica descansa recostada en el pasto de su patio, sus pies descalzos sentían las maravillas de las brisas de verano.

Tras unas largas horas decidió levantarse y regresar adentro, pero algo la detuvo de golpe, un ruido, una sensación, un llanto de alguien. Ella desconcertada volteo a ver de quien era el llanto pero no veía a nadie, empezó a cuestionarse si venía de afuera; sin pensárselo dos veses entró a su casa, se puso unos zapatos y salió a buscar al dueño de aquellos sonidos.

Busco por todos lados pero no encontró nada, se percató de que de hecho ya ni se escuchaba nada, ni siquiera un sollozó o alguna respiración agitada.

Sin tomarle mayor importancia de regreso a su hogar para realizar su rutina diaria.

Al día siguiente volvió a escuchar el mismo llanto, pero esta vez, la chica, salió en el momento en el que lo empezó a escuchar; buscó y buscó pero de nuevo no encontró a nadie, decepcionada regreso a los adentros de su hogar.

Así continuó los siguientes 6 días, hasta que por fin, un día de fin de semana pudo encontrar al dueño de aquel llanto.

Ese día ella ya estaba lista para encontrar de una vez por todas al dueño de los llantos que la dejaban intranquila, en el justo momento en el que empezó ella rápido salió de su casa. Escuchó con atención y lo siguió.

Al llegar al lugar donde se hacían más fuertes los sonido se detuvo y volteo a ver a su alrededor, no veía nada más que árboles y tierra, así que pensó que debió aver sido su imaginación, pero....durante tantos días se imagino aquel llanto? No, ni que estuviera loca.

Ella, sin rendirse empezó a caminar por sus alrededores hasta que por fin, no muy lejos escuchó unos sollozos de alguien. Con paso firme se hacerlo al lugar, detrás de un árbol sobresalía una blanca cabellera, esta se maravilló con tan bello color y se hacerlo lo más rápido que pudo, encontrándose así a un joven con la cara entre las piernas, estaba centrado en el piso, recargado en el árbol. El chico notó la presencia de aquella y levantó la mirada, cuando sus ojos chocaron la chica notó muchas cosas de las cuales no se avía percatado, primero que nada, aquel chico tenía rayos verdes en el cabello; segundo, sus ojos eran de un muy bello color verde esmeralda; y tercero, pero no menos importante, sus ropas eran de un color blanco como la nieve, como si nunca se hubieran manchado.

Aquellos dos jóvenes se quedaron viendo sin articular palabra alguna, hasta que ella valientemente decidió iniciar conversación, con una pregunta algo torpe para su gusto.

-por qué tu ropa es blanca?- preguntó curiosa

-por qué me puedes ver?- aquella pregunta desconcertó a la chica

-a que te refieres?- las dudas la carcomían por dentro

-me refiero a que...- aquel chico dejó las palabras en el aire y cambio el tema -como te llamas?

-que? Quien, yo?

-quien más, acaso vez a alguna otra persona por los alrededores?- dijo sarcástico

-no, sólo que...

-que?- dijo algo curioso

-creó que me pareces alguien muy extraño, por no decir extravagante- menciono ella muy sincera en cada palabra

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2015 ⏰

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