Londres
Daniel desayuna todas las mañanas a las 8:09 a.m en la caferia Cafe in the crypt, en la mesa en diagonal a él, se sienta una muy apuesta muchacha que, casi siempre, viste el mismo vestido salmon. Cada tanto sus miradas se cruzan, todos los días, sin faltas a las 8:09 se encuentran sin planearlo, ni decir ninguna palabra, solo cruzan sus miradas desde cada extremo del lugar.