*
Volví a escuchar un ruido proveniente de la parte de abajo de mi casa y me sobresalte. Apague la luz de mi cuarto y baje lentamente las escaleras. No se veía nadie desde el interior de la casa. Baje del último escalón y entonces lo vi.Un extraño de cabello negro acaba de romper la ventana de mi cocina y se había introducido en la casa. Quise gritar pero él se percató de mi presencia y tapo mi boca con una de sus manos. Me asuste.
- Por favor no grites -Dijo en un tono suave. El reflejo de la luz de la cocina pegó en su rostro, era un chico que parecía tener mi edad, se veía amigable pero eso no quitaba el hecho que estuviera hecha un manojo de nervios en ese momento- Tienes que ayudarme.
Esta vez su voz sonó de un tono demandante.Quito lentamente su mano de mi boca y me jalo escaleras arriba.
- ¿Quien demonios eres tu? ¡Largo de aquí! -Grite abriendo la puerta de mi habitación sin despegar la mirada de aquel chico. Quería encerrarme en mi habitación. Tenía miedo y una pizca de confusión.
- No grites -Susurro molesto- Me van a encontrar y eso no nos conviene a ninguno de los dos.
- ¡Yo no tengo nada que ver contigo, largo! -Volví a gritar y al segundo me arrepentí. Los ruidos en la parte de abajo se hicieron presentes de nuevo.
El chico se alteró y me jalo hacia el interior de mi habitación. Cerró la puerta y la atoro con la silla de mi escritorio. Estaba buscando una salida y la encontró cuando vio el pequeño baño que había en mi habitación.
- ¿Hacia dónde llegamos con la ventana del baño? -Susurro.
- Hacia el patio trasero -Respondí- ¿Quienes son esos tipos? -Pregunte cuando escuche golpes provenientes de afuera de mi cuarto.
- Digamos que no les caigo bien -Dijo en tono divertido- Hace tres días los estafe, fueron tan idiotas que apenas hoy se dieron cuenta... Aun que no se cómo me encontraron.
- ¡No quiero un ladrón en mi casa! -Susurre exasperada y él de nuevo llevo sus manos a mi boca. Cuando vio que no ya no decía nada retiró sus manos- Llamare a la policía si no te vas ahora.
- No puedes hacer eso, ¿Sabes porqué? -Abrió la ventana del baño- Porque aún que no lo quieras te verás incluida en esto, ya que te podrían culpar por ser una cómplice, estas ayudando a un estafador a salir de aquí y eso te convierte en mi cómplice -Comenzó a salir de la ventana- ¿Me ayudarás a salir de aquí?
Y todo se vino abajo. ¿Que se supone que significa eso? Si no lo ayudaba esos tipos podrían hacernos algo a ambos y si lo ayudaba me convertiría en su cómplice por el simple de hecho de dejarlo escapar. De ambas formas me veo afectada.
La puerta de mi cuarto se abrió de golpe y rápidamente cerré la puerta del baño. Corrí hasta dónde estaba el chico y salí por la ventana parándome a su lado. No correría el riesgo de que me atacaran por algo que yo no hice.
Sentí mi corazón comenzar a latir.
- ¿En serio estas dispuesta a ayudarme? -Asentí asustada en el momento en que la puerta de mi baño se cayó al suelo- Bien, entonces... ¡Salta!
Jalo mi brazo al momento en el que el salto y solo sentí como mi cuerpo choco contra el piso. ¡Estábamos en el segundo piso! ¿Quien demonios salta del segundo piso? Me levanté con cierta dificultad y corrí hasta dónde se encontraba el chico.
Me ayudo a subir por la reja para poder llegar del otro lado. Cuando lo logre volví a dar otro brinco, sólo que esta vez sin lastimarme tanto. Después de unos segundos el salto y cayo intacto a mi lado.
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Scammers *Suspendida por el momento*
Teen FictionShawn y Abigail se ven atrapados en una serie de acontecimientos que provoca distintos problemas en la vida de ambos chicos. ¿Como podrían unos Estafadores pasar a ser Ladrones perseguidos por la policía mas importante de la ciudad?