"Thanks"

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Haikyuu!! ni sus personajes me pertenecen.

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La nieve caía sobre nosotros pero no importaba realmente. El frío no me molestaba y estoy seguro de que Kageyama estaba más preocupado por estar cómodo que a congelarse por las bajas temperaturas del invierno. Acomodé mis brazos bajo mi nuca que estaba recostada en la grama. Kageyama me miró de reojo y volvió a mirar hacia el cielo cuando notó mi mirada sobre él.

- Tch.

- Es la cuarta vez que haces eso, Kageyama. ¿Ahora te crees reloj o qué?

- Cállate, Hinata idiota.- me golpeó sin cuidado alguno en el brazo como de costumbre.

- Auch... -comencé a sobarme donde Tobio me había golpeado.- Lo olvidaba... ¡Gracias por lo de hoy!

- Hmf ¿Qué de todo?

- ¡Por ayudarme, estúpido!

- No es nada. Aunque ahora que lo dices, debí dejar que te raptaran. Así no tendría tanta carga en mi vida.

- ¿¡Soy una carga para ti!? -me senté de golpe en la grama y le miré fijamente.- ¡No puedo creerlo! Sabes que no eres nada sin mí. -solté una carcajada tras lo dicho y él me sonrió ampliamente, su sonrisa era muy bonita y sincera.

- Como digas, idiota.

Volví a recostarme a su lado y al hacerlo sentí que su cuerpo estaba temblando por el frío. Sin pensarlo dos veces, rodeé su cuerpo con mis pequeños brazos y me acurruqué junto a él. Su cuerpo se tensó, pero no dijo nada al respecto. Nos quedamos mirando las estrellas en silencio y sin separarnos, por más raro que pareciera. Tal vez sólo lo hace para mantener el calor corporal.

Una media hora después, me encontraba montandome en mi bicicleta. Kageyama estaba a mi lado, acomodándose el flequillo que se asomaba por su gorro de lana.

- ¡Te enviaré un mensaje cuando llegue! - le avisé con entusiasmo.

- Es-espera. -dijo rápidamente cuando comencé a pedalear. Me detuve al escucharle. Caminó un par de pasos hasta que llegó a donde mí. - G-grr-ah.

- ¿Uh...? -le miré de manera rara por los sonidos raros que hacía.

- ¡Gracias, Hinata! -gritó. Sus mejillas se tiñeron de rojo y al darse cuenta de que estaba sonrojado apartó la mirada.

- Ah ¡De nada, Kageyama-kun! -le dije con sinceridad.

Él volvió a mirarme y esta vez se acercó un poco más. Posó una de sus manos sobre mi mejilla y rompió la distancia restante. Sus labios estaban más que fríos pero a pesar de la temperatura, seguían suaves y de alguna manera me brindaban un poco de calidez. El beso fue corto, lento. gentil y algo torpe, lo acepto, lo torpe fue por mi cuenta.

Luego de unos segundos nos separamos y nos sonreímos mutuamente con timidez. Se despidió con la mano y comenzó a andar. Yo simplemente me quedé petrificado en mi lugar, viendo como se alejaba el chico que me confirmó que los sueños pueden hacerse realidad... A menos de que estuviera soñando.

Me pellizqué la mejilla con fuerza y al sentir dolor supe que estaba despierto.

- Supongo que sí se hacen realidad... Gracias, Kageyama. -le dije al viento antes de comenzar a pedalear nuevamente.

- Fin -

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2015 ⏰

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