Lo siento, se acabó. No eres suficiente para mi... - ese mensaje. Fue ¡¿una despedida!? no lo se... escribía lo que pasaba por mi mente. Había pensado leerlo antes de enviarlo, pero sabía que si encontraba una sola palabra fuera de lugar, pararía y no lo enviaría. pero lo envié.
Lo leí. Pero seguía en blanco, como si la información no llegara adecuadamente a mi cerebro.
Escuché unas voces en el pasillo. acababa de despertarme y levantarme de mi regular cama, aunque la verdad era que la amaba.
La ordené un poco, saqué ropa para vestirme antes de desayunar, y irme de mi amada casa hacia ese horrible lugar donde me aprendí mas de morbo que de mate.
Mi puertas se abrió y entro mi hermano Calvin como perro por su casa. -¿pero que no sabes tocar la puerta, bestia de cueva?
-feliz cumpleaños, pez de charco. - el siempre tan romántico. Me sonrió calidamente - te he traído tu regalo hoy porque si dura mas tiempo bajo mi cuidado se pondría de la mierda. - me tendió una enorme caja, pero no se la quite de las manos.
Me aleje un poco, estaba casi segura de que era una de sus crueles bromas. -si ese regalo tuyo le hace algo a mi cara me vengaré con la tuya.
-¿¡me has oído, meado de ratón!? - sonrió y ladeó la cabeza.
-que dramática eres.
-1...2...3... -cerré los ojos esperando que algo patético arropara mi rostro, pero nada sucedió. Cuando lo abrí los ojos, estaba su novia melissa detrás de él y me miraba muerta de la risa.
Miré al fondo de la caja. Pensando que había un hurón salvaje allí. Pero lo único que encontré fue ¡un perrito! Grité de la emoción, mi hermano abrazó la caja protegiendola de mi.
-aawwwwww, un perrito. - entendí los brazos y el me dio ese pequeño y hermoso husky, que tenía una compleja gama de tonos desde el negro hasta el blanco y sus ojitos azules, que inmediatamente estuvo en mi brazos.
-gracias, eres el mejor del mundo. - lo medio abracé debido a que tenía una pequeña criatura en mis manos. Besó mi frente.
-issa, muéstrale a caliente.
Issa volvió con con una pequeña lobita en sus manos. - son hermosos.- le dije a mi cuñada.
-shii - dijo ella risueña.
-¿me acompañas al instituto? - sonreí.
Ella miró a Calvin que se encogió de hombros.
Él salió de mi habitación cerrando la puerta- bien ¿que te vas a poner?- Ella se sentó en mi cama con "caliente" en sus piernas y yo la seguí. - dámelo. ¿sabías qué tienes que ponerle un nombre?- lo puse con cuidado en sus piernas.
-lo sé. - saqué mi mejor vestido, color crema... y lo miré. Me volteé un poco para que ella pudiera verlo. - ¿te gusta?
-¡oh, dios... es precioso!
- tengo uno para ti.- caminé a mi armario y saqué el vestido que había ahorrado tres meses para comprárselo. ella me había dicho que lo amaba pero era algo costoso y no quería parecer una chica superficial. Aunque mis padres tenían mucho dinero yo trabajaba, quiero ser una chica independiente. Y había ahorrado para comprárselo.
Cuando volteé ella jugaba con los hermosos cachorritos, los puso en el piso. Carraspee y ella los puso en la peluda alfombra y volteo hacia mi. Yo permanecía con el vestido tras mi espalda.
-¿que es? - dijo sonriendo.
Lo saqué y se lo mostré. Su cara se puso en blanco. Me miraba y luego al vestido, así sucesivamente. Gritó de emoción.
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El pecado.
Romance-eres un cabrón. -le espeté furiosa. -tu si que una educada princesa, ¿no? - sonreía arrogante. maldito. ojala que lo viole la patilla mas grande del mundo. -tengo mas modales de los que le enseñas a tu hermana, hasta debería quitarte su custodi...