Estaba en la oficina del director embobada en un punto fijo de la nada hasta que el director viniera ya que había salido un momento por unos problemas en una clase, a los veinte minutos volvió junto a un chico que parecía mayor que yo, tenía unos ojos verdes brillantes, pelo rubio oscuro y aun siendo invierno llevaba una camiseta de manga corta que dejaba ver unos coloridos tatuajes en sus brazos, me miró intentando transmitirme miedo pero se ha cruzado con una de las pocas chicas que es capaz tanto de partirle la nariz a un chico como de sacarle las extensiones a un chica sin miedo a represalias, yo le lancé una mirada aun más dura, si yo fuese el me sentaría y haría caso a lo que me dijesen, pero estaba claro que no haría nada que lo hiciese parecer debil ante alguien, se sentó en la silla a mi lado apoyado en la mesa con un brazo y con una mano sujetandose la barbilla
~Bien señorita Daphne, necesito que me diga información suya personal y un documento de identidad
~Creo... Que eso va a ser difícil de momento por unos problemas
~Me podría decir de que problemas se trata?
~Bien emm... Hace unos cinco meses tuve un accidente de tráfico en el que acabé en coma, hace unos días desperté y estoy quedándome en casa de un amigo, por lo que se no tengo padres, solo dos familiares que volverán a USA en un mes más o menos. Como le digo fué hace cosa de cuatro días cuando desperté y aun no tengo ningún certificado de mi identidad, no se mi apellido aunque ahora que lo pienso deben estar escritos en el parte médico, de momento solo se que me llamo Daphne y tengo casi 19 años creo...
~Espere señorita Daphne... Me está diciendo que no hay nada que acredite su identidad?
~Eso mismo... Aunque si no me cree sobre mi historia puede llamar a el chico que cuida de mi, estudia en esta universidad
~Me podría decir su nombre?
~Ares... -me quedé un momento pensando su apellido hasta que recordé el nombre que ponía en un sobre de una carta que estaba al lado de las llaves en la entrada de casa cuando fuí al gimnasio- Mccrory, su nombre es Ares Xenidis
El director se levantó de su asiento saliendo hacia afuera del despacho a donde esta su secretaria supongo, me volví a quedar embobada hasta que escuché una voz masculina
~Asique eres como si acabases de nacer -puso cara divertida- no te creo, niñata -se puso serio de repente-
~Y qué más me da a mi? -se puso aun más serio- Te puedo hacer una pregunta?
~Claro
~Que mierdas me debe de importar a mi que no me creas? solo eres un chico más de la unibersidad que va haciendose el gallito para tirarse a un para de tías y tener al mismo tiempo detrás a cientos ya que eso es lo que te sube el ego y te hace ser más egocéntrico aún de lo que una persona normal pueda ser, en mi opinión eres un gilipollas más -se notaba la diversión en su cara, bueno, almenos no se lo había tomado tan mal como para intentar matarme aquí-
~Y que te importa a ti el úmero de tías que han pasado esta semana por mi entrepierna?El ser humano es curioso, aprendete eso niñata, porque como sigas tratando así a la gente más de uno te hará daño, mucho daño, y en lo personal no me importa pegar a una mujer si me trata sin respeto, al fin y al cabo no parais de defender que somos iguales, y si somos iguales, lo somos en todo, hasta en el aguante de golpes
~El humano si que es curioso, pero tu no llegas a homo-sapiens-sapiens, gilipollas -puse sonrisa de autosificiencia aunque el seguía con su mirada dibertida, esto parecía ser para el un juego pero debía aprender que si juegas te arriesgas a perder .
~Que boca sucia tienes, niñata, ten cuidado no te expulsen unas semanas de la universidad por mal hablada -se empezó a reir, me levanté y le dí una hostia, el se quedo mirandome con cara de pocos amigos-
ESTÁS LEYENDO
Si juegas te arriesgas a perder.
Novela JuvenilEste mundo no es un camino de rosas, es más bien un lío de zarzas llenas de espinas donde, si no te haces fuerte, mueres. Puede que una vida sencilla es lo que todo el mundo desea, una pareja que te ame, un buen trabajo, una gran casa, unos niños co...