"Nunca sabes lo que el destino tiene deparado para ti, nunca sabes lo justo o injusto que puede llegar a ser"
¿Cuantas cosas han pasado? ¿Cuantas peleas? ¿Cuanto tiempo entrenando y sin ver a su familia?
"-Han pasado tantas cosas en tan poco tiempo" -pensaba la joven miko de cabellos largos hasta la cintura de color azabache con destellos azules, una miko que en lugar de vestir su tipico traje de sacerdotiza, vestia un kimono largo color rosa palido, ceñido a su escultural cuerpo, mangas largas y anchas donde, frente a ella descansaban sus manos entrelazadas, y un obi color blanco en su cintura donde tenia sujetada dos espadas, una a cada lado, su fiel y amado arco siempre lo portaba en su mano derecha y el carcaj en su espalda.
Se dirigia con paso tranquilo hacia su prado favorito, un prado repleto de sus flores preferidas, Orquideas. Durante 6 años ese ha sido su habitual campo de entrenamiento, pues las flores estan junto a los arboles los cuales rodean el enorme campo en el centro.
Se habia hecho fuerte, muy fuerte, se habia vuelto una experta en el arte del arco, en combates de espada y combates cuerpo a cuerpo, era una experta a la hora de utilizar sus poderes, podia crear desde pequeñas explosiones hasta enormes kekkais con tan solo una palabra de conjuro.
Ya no era aquella miko debil que una vez llego a la época feudal a romper la Shikon no Tama en miles de fragmentos, ni aquella miko debil que siempre tenian que salvar.
Aunque han pasado 6 largos años desde que esta viviendo en la época antingua aun no lograban derrotar a Naraku y conseguir los fragmentos que el tiene bajo su poder, aun sumida en sus pensamientos alzo la vista hacia el azulado cielo y diviso como una serpiente cazadora de almas llevaba consigo un alma perdida hacia su ama, quien seguramente se estaba recuperando de la ultima batalla con los esbirrios del hanyou oji-escarlata.
"-Seguramente Inuyasha esta con ella, sera mejor que vaya y le diga que me dirigo a mi preciado campo y luego ire a pasar unos dias al Norte con Koga y los chicos ya que Sango, Miroku y Shippo junto con Kirara volvieron a la aldea de exterminadores, quieren terminar de construirla lo antes posible y no los culpo. Nunca se sabe cuando podamos perder la vida en esta cruel batalla, lo mejor sera vivirla y disfrutarla." -pensaba la joven miko con una sonrisa en el rostro pues al final habia logrado borrar todo rastro de sentimiento hacia el hanyou peliplateado, lo queria como el amigo y hermano que era y siempre sera.
Apoyaba totalmente a su amigo en la relacion con su amada que despues de 56 años al fin pueden estar juntos, desde que ella vive aqui todos han tenido buenos y malos momentos, han pasado cosas inesperadas como que Koga y Rin esten juntos, o que el mismo Koga es su mejor amigo y protector o que Kohaku ahora habia vuelto a la vida gracias a Kikyo y en estos momentos se encuentra entrenando para liderar la aldea de exterminadores.A minutos de estar cerca del campo de orquideas desvio su camino a unos arboles robustos que se encontraban escondidos al Este del prado, se acerco sutilmente a un arbol, sin embargo segundos antes de tocarlo en manera de tocar una puerta, pudo escuchar como la pareja tenia una leve discusion y que aunque no logro escuchar de que se trataba exactamente pudo sentir la tension en el ambiente.
-Kagome: -Toc, Toc. -se acerco hacia la pareja que se sorprendieron de verle ahi.
-Inuyasha: -Kagome, no senti tu aroma. -dijo sorprendido y con los ojos iluminados al ver a la pequeña miko.
-Kagome: -Lo oculte -dijo con una sonrisa simulando la tension que se sentia
-Inuyasha: -¿Sucede algo?
-Kagome: -Solo venia a avisarles
-Kikyo: -¿Esta todo bien? -mirando con impaciencia a la pequeña guerrera
ESTÁS LEYENDO
La Traición de una Miko
Fanfiction*Sucedio sin que ninguno lo planease voluntariamente, sabian que algo tan pequeño afectaria de sobremanera a muchas personas, en especial a sus amigos quienes al descubrir lo que en verdad sucedia, no lo pensaron dos veces cuando la llamaron "traido...