Presa fácil

Capitulo 1

Termino el trabajo en la oficina e inmediatamente tomo mi gabardina negra y me dirijo a la calle. La noche es fría y puedo ver mi respiración en el aire. Escucho unos pasos detrás de mí, me siento insegura, intento acelerar mis pasos para sentirme más segura. Un mechón de cabello rubio cae sobre mi frente y lo coloco detrás de mi oreja.

Llego a la puerta de mi departamento, busco rápidamente la llave con la esperanza de que los pasos que había escuchado detrás de mí se hayan dirigido a otro lugar de la ciudad. Cuando encuentro la llave abro la puerta y un cuerpo detrás de mí me empuja hacia adentro. Caigo de espaldas y puedo ver a un hombre con un pasamontañas parado justo delante de la puerta, su metro ochenta y cuerpo fornido me intimidan. Me arrastro hacia atrás buscando como levantarme, logro sostenerme de una mesita y me impulso. Corro a una de las habitaciones para esconderme.

La sangre recorre mis venas a un ritmo acelerado, escucho el fuerte latir de mi corazón. Entro a mi closet para evitar que me encuentre. Sus pasos se hacen presentes en la habitación, intento ahogar un sollozo y me oculto un poco más. -¿Dónde estás, pequeña?- Lo escucho decir con una voz burlona y aterradora a la vez. Las lágrimas humedecen mis mejillas, estoy aterrada.

Sus pasos se alejan de la habitación, abro un poco la puerta del closet para asegurarme de que ya no está.

Miro en todas las direcciones. Nada. Respiro hondo y decido salir de mi escondite. Doy unos pasos y ya no siento su presencia en el departamento. Cuando estoy a punto de dar un paso más, siento un fuerte golpe en la cabeza y todo comienza a volverse negro para mí. Lo último que escucho son sus palabras. -Eso es, cariño. Así luces más linda.-

Despierto en medio del bosque junto a un árbol, con un dolor punzante en la cabeza, mientras las gotas de la lluvia resbalan lentamente por mi cuerpo. -¿Qué ha pasado?- Me pregunto en voz baja mientra toco mi cabeza y observo un color rojo en la mano. -Sangre- Susurro para mí misma. Escucho el crujir de las hojas y las ramas. Alguien se acerca. Me levanto e inmediatamente me echo a correr.

Mi corazón y mi pulso están muy acelerados. Escucho un grito detrás de mí. -¡Corre! Eso lo hace más excitante, cariño.- Las palabras de aquel hombre me paralizan. Intento correr más rápido pero tropiezo con un tronco. Escucho sus pasos detrás de mí y comienzo a temblar haciendo otro intento por ponerme de pie y poder escapar. Siento como sus manos tocan mi brazo y buscan mi cara e inmediatamente algo cubre mi nariz. Se me nubla la vista y caigo inconsciente.