En secundaria

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*Suena la alarma* 

-Hmmm...- desactivo la alarma y me levanto con rudeza, me siento en la cama por un momento y suspiro- otro maldito día, ver a las mismas personas, es un fastidio. Oh secundaria, termina pronto!-digo de un grito.

-Ross, guarda silencio quieres, tu padre aún sigue dormido- aparece mamá en la entrada de mi habitación.

-Sí, sí, anhelo ser ya una adulta e irme a vivir sola, levantarme a la hora que yo quiera, hacer lo que yo quiera sin que nadie me diga nada.

-Claro amor mío pero por lo menos limpia tu habitación que parece la de un chico. Ay Dios mío, que he hecho para tener a una hija así, tú no eras así.

-Cállate y sal de mi habitación- Dije, se fue mi mamá.

Me levanto, voy directo al espejo del tocador, me miro. Con una pijama que me queda enorme, gorda, llena de granos, ojeras, mi cabello muy desarreglado.

-Tsh, que fea estás, por eso nadie te quiere, estarás sola con muchos gatos en un futuro, no espera, odio los gatos, pero estaré sola- me dije a mí misma- otro día fabuloso en la escuela, con tus mejores amigas- Me arreglé para irme a la escuela, con un asqueroso uniforme que se conformaba con una falda arrugada color gris que iba debajo de mis rodillas, una camisa blanca y un feo saco verde. 

Mientras me arreglaba ponía canciones de mi banda favorita: 2NE1. -Un día quisiera ser como ellas, chicas que sus canciones son para la mayoría de malas experiencias, pero al final, aprendes algo. Yo no creo en el amor, es una mierda absoluta, una distracción y más para mí, pues soy de las mejores alumnas, muy inteligente, pero a quien le importa eso? Muy inteligente pero soy fea, nadie quiere a una fea- Peino mi cabello con mis manos, me pongo mis calcetas largas y unas feas zapatillas.

Desayuno. Mamá y papá me dejan a la escuela, creen que por mi actitud estoy en malos pasos, pero no me interesa, mis calificaciones son las que valen. Al fin entro a esta mierda de escuela secundaria.

-Hola gorda- me detienen en la entrada del salón de clases una niña alta y regordeta pero linda de la cara y sus amigas.

-Hola cara de cerdo, qué es lo que haces en tu patética vida?

-No la molestes, que no ves que va a sacar su poder y nos va a asesinar como en los dibujitos chinos que ve?- dijo una de las mocosas, Francis

-Es anime- afirmé- y no son chinos, son japoneses. (No sería mala idea acabar con ustedes *dije en mi mente*)

-Vaya, para mí todos son chinos y punto- me deja entrar y entre murmullos escucho a lo lejos de "no te vayas a atorar en la puerta, cerda", pero lo ignoré.

Genial, otro día con éstas idiotas, tres años a su lado, ya no puedo más, el clan de las tontas niñas. Son 4 chicas que me hacen la vida imposible, pero no les voy a dar el crédito que se merecen en esta historia, sólo diré que son 4 terribles chicas que me hacen la vida imposible en la secundaria.

Una de ellas me jugó la peor de las bromas, con su novio, un chico "los más deseados" de la secundaria ", el cuál le daba por de darme besos a la fuerza. Fue traumante, cada vez que pasaba al lado de él me tomaba a la fuerza y me besaba, queriendo tocar mis pechos en desarrollo. Con el consentimiento de una de ellas, haciéndome crear la mala fama de "puta y zorra..." algo que jamás fue mi intención.

 Mi madre se enteró de lo que me hacía y se hizo un drama por completo, la madre de aquel chico fue a la escuela diciendo que "sólo era un juego, los niños de ahora juegan así" desde ese entonces, por ser popular él y su estúpida novia, en la escuela sólo escucho murmullos de "Friki, Ñoña, Gorda" y los insultos ya mencionados.

-Hola Rossy-Chan- alegremente un amigo, un chico que al igual que yo, ve anime, es muy buena persona.

-Hola- coloqué mi cabeza sobre el pupitre.

-¿Qué pasa?- acariciaba mi cabeza como un gato.

-Ya sabes, ya quiero que termine la secundaria.

-Pero si faltan 6 meses, hacemos el examen de admisión a la preparatoria y serás libre, por cierto, ¿has estudiado?

-Ese es el problema, ya quiero largarme de ésta escuela y no he estudiado.

-Pero eres inteligente y muy bonita debo agregar, no necesitas aprenderte los libros seguro si te quedas, además estás en la escolta, tienes buen promedio y eso es lo que vale.

-Hmmm... sólo quiero irme de aquí, ya ni siquiera hacemos nada aquí, sólo nos dicen que hay que hacer al entrar a la prepa y ya.

-Preguntar dónde está nuestro salón en el primer día de clases- Alan sonriendo-Te dejo, debo ir a mi lugar.

Siempre ha sido así. Desde primer grado, supe que esas chicas me odiaban sin razón alguna. Los problemas con mi familia, odiarme por mi rostro y cuerpo, hicieron que de la nada comenzara a marcar mis brazos, empezando por la navaja de un saca puntas, y después una navaja.

Pasaron las horas de las patéticas clases, en la patética escuela así que al fin libre. 

Sin ti no puede estar tan malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora