Eran las 5 de la mañana y había sonado el despertador. Irene se levantó más temprano que de costumbre, porque mañana era un gran día. Se levantó con gran cuidado de no despertar a sus padres, se puso unos vaqueros, una remera blanca, unas botas altas negras y un anorak marrón. Salió a hurtadillas de la casa y abrió el buzón, y pudo visualizar perfectamente un pequeño sobre blanco que ella había estado esperando mucho tiempo a que llegara. Lo abrió y leyó lo que ponía.
Querida Irene:
No pude escribirte antes porque hubo motivos que me lo impedían... Quiero que sepas que aún no te olvidé, y que estoy dispuesto a volver a verte cuando quieras... Te estaré esperando el tiempo que haga falta, y espero que pronto te des cuenta de cuan amor siento por ti... No habrá nada ni nadie que pueda interponerse en mi camino hacia tu encuentro.
Viktor".
Viktor... Aquel chico misterioso que conoció en la feria de artesanía del sábado, y el mismo chico nombrado con anterioridad, le regaló un precioso clavel blanco, en muestra de su enorme sinceridad hacia ella. En el fondo, Irene le echaba de menos... Todo ocurrió un domingo por la mañana, una mañana soleada, Irene se dirigió a la feria de artesanía, tenía interés en ver lo que habían traído. En uno de los puestos, vio a un chico misterioso con unas gafas de sol puestas. Él notó su mirada y se volvió hacia ella y le sonrió. Se presentaron, y empezaron a verse continuamente, hasta terminar siendo pareja. Pero todo terminó cuando los padres de Viktor le dieron la triste noticia de que se mudaban, y desde entonces no se pusieron en contacto hasta el día de hoy... Irene sabía que él no la había olvidado. A la hora de empezar las clases... Mireya y Cristal vieron a Irene sentada a la sombra de un árbol del patio, con un sobre en la mano, y se acercaron a ella.
-¡Irene! ¿Qué es ese sobre?-preguntó con curiosidad Mireya.
-Nada... No es nada. Es solo una carta que recibí esta mañana-respondió ella.
-¿Enserio? ¿Y qué pone? ¿De quién es?-esta vez era Cristal la que preguntaba.
-Chicas, enserio... No es nada, solo es una carta de un amigo que conocí hace bastante tiempo...
-¿Se la quitamos?-le susurró Mireya en el oído a Cristal, y ésta hizo un gesto de afirmación.
Entre las dos, le arrancaron velozmente el sobre de las manos a Irene, y ésta soltó un gemido seguido de un gruñido intenso. Sus amigas se rieron y abrieron el sobre, sin poder ella evitarlo. Cuando lo leyeron se quedaron con la boca abierta. Le lanzaron una mirada desafiante a su amiga, y ella las miró con miedo.
-¿Cómo no nos dijiste que tenías novio?-se ofendió Cristal-si tú sabes lo cotilla que soy yo.
-Porque Viktor no es mi novio-respondió mientras le arrancaba la carta de las manos-es un amigo que conocí en la feria de artesanía.
-Ah, ya... Un amigo-le respondieron ambas con una mirada maliciosa y una sonrisa de tramposas.
Irene las ignoró y se encaminó hacia el instituto, ya estaba por sonar la campana que indicaba el inicio de clases. Guardó sus libros en su taquilla, y se dirigió a su clase. Por el camino se encontró a Alexy, su compañero de pupitre.
-¡Anda, Alexy! ¿Y tu hermano?-preguntó Irene.
-Está enfermo. Yo creo que está enfermo por jugar a tantos videojuegos-dijo sin interés Alexy.
-Ah, bueno... Pues a lo mejor me paso esta tarde para hacerle una visita.
-Vaale... Si eso tú no tengas prisa en venir... Se va pasar la tarde igual jugando a videojuegos por muy enfermo que esté... Le da igual que vengan visitas.
-Eso dependerá de quien venga, ¿No?-le guiñó un ojo-seguro que si se entera de que voy yo a visitarle no se pasa la tarde jugando con las maquinitas.
Alexy sonrió su gracia. Caminaron juntos hasta clase, hablando de un montón de cosas. Por la tarde, Irene cumplió su cometido, fue a visitar a Armin, el gemelo de Alexy. Cuando llegó, vio que, como no, estaba jugando a un juego de coches en la play.
-¿Armin? ¡ARMIN!-tuvo que gritarle, porque estaba tan concentrado que ni se había enterado de su presencia.
-¿Eh? ¿Sí? ¿Qué quieres?-dijo sin tan siquiera voltearse a mirarla.
-Vine a visitarte, tu hermano me dijo que estabas enfermo.
Armin paró de jugar por un momento. Bajó la cabeza, pensativo, y se puso a hablarle a Irene.
-Sí, es cierto... Me queda poco tiempo.
Irene al oír esto abrió mucho los ojos, y se quedó sorprendida... ¿A Armin le quedaban pocos días de vida? ¿Era eso?
-¿Cómo que poco...? ¿Cuántos días?
-Dos... Sí, lo sé... Son pocos, pero al menos esos días puedo descansar tranquilamente.
-Vaya, Armin, yo...-Armin la miró a los ojos, y vio que los tenía llorosos, en poco rato se le iban a salir las lágrimas.
-¿Tanto te aflige que me queden pocos días para volver a clase? ¡Vaya, sí que te solidarizas conmigo! Pero alégrate, estos días los pasaré enfermo.
-¿Cómo...?-se quedó boquiabierta con lo que dijo Armin... Y ella tan preocupada creyendo que él estaba en las últimas...
Irene bajó la cabeza muy enfadada, apretó los puños y le pegó una bofetada a Armin.
-¡Au! ¿Pero de qué vas, loca?
-¡Tonto! ¡Me tenías preocupada-le abrazó-creía que me estabas diciendo que te quedaban pocos días de vida!
-Yo nunca te dije eso... Malinterpretaste mis palabras-Armin la miró de reojo.
-¡Qué va! ¡Tú sí me lo dijiste!-le desafió Irene.
-Vale... Entiende lo que quieras...-se encogió de hombros-bueno... ¿Te irás? Necesito descansar tranquilo.
-No, no me iré. Porque sé que después cogerás tus videojuegos... Y para que te pases la tarde jugando, mejor te la pasas hablando conmigo.
Se pasaron el resto de la tarde hablando... Armin empezaba a estar algo cansado, pero Irene al parecer tenía muchas cosas de las que hablar. Armin terminó por dormirse en la silla, y el cuerpo le cayó solo en las piernas de Irene... Así que ella se decidió a dejarle dormir, pero le pidió ayuda a Alexy para llevarlo a su cama. Tras esto, Irene se marchó a casa, y cuando llegó... Vio que en el salón le esperaba alguien muy especial.
ESTÁS LEYENDO
Armin~Aprendí a no amarte
FanfictionEl amor de Armin e Irene es inalcanzable. Han de pasar por grandes chanzos para encontrar al fin el significado de su amor, lo que puede llevarles a cometer grandes locuras, tales como hacerse daño entre sí.