Poker

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Notas: La alucinante portada es obra de la más alucinante @argenya. Gracias otra vez editorial mía.
El texto está revisado y vuelto a revisar, pero si se ha colado algún fallo lo siento.


POKER


A Harry nunca le habían puesto una multa por exceso de velocidad, de hecho, a los meses de sacarse el carnet habían estado a punto de multarlo por lo contrario, pero el policía había acabado riendo al verlo, y le había aconsejado que se buscase a un copiloto de confianza con el que perderse por las carreteras comarcales para acabar de soltarse al volante. Cuando se lo había contado a Niall el chico se había reído y le había dado un beso, luego se había disculpado y le había dado otro beso, y aquel fin de semana lo habían pasado conduciendo por los alrededores de Homes Chapel hasta que él había sido capaz de poner el coche a más de setenta por hora sin hiperventilar.

El caso, que en su vida lo habían multado, pero mientras se saltaba un semáforo y giraba a la derecha para entrar a su calle, Harry supo por la lucecita que emitió un destello que iba a llegarle la primera - realmente la segunda, había sido consciente de que había hecho saltar un radar cuando estaba a cincuenta quilómetros de Londres - y le estaba dando completamente igual - exactamente igual que le había dado hacía un rato -.

Cuando por fin llegó a la puerta del garaje casi no esperó a que esta se levantase del todo para entrar, en cuanto tuvo espacio para meter el coche lo hizo, y murmuró entre dientes al ver que la otra plaza estaba libre; aún así, bajó a toda prisa, acordándose de quitar las llaves del contacto sólo porque tuvo que recoger su móvil - que se había quedado sin batería hacía ya tres horas en Homes Chapel -.

Y hacía tres horas había estado tan enfadado, tan harto, tan dolido, tan... tan de todo, que le había dado completamente igual. Pero eso había sido hacía tres horas, cuando no se había parado a pensar el daño que sus palabras habían hecho, cuando se había dejado llevar por el cabreo y la rabia, cuando le había dado igual todo con tal de hacerle ver a Niall que las cosas no podían seguir así.

Y aquello seguía siendo verdad, quería que las cosas cambiasen, pero podía esperar un poco más, no tenía que haberle dado un ultimátum un día tan importante como aquel y, sobretodo, no tenía que haberse convencido a si mismo de que Niall no había estado a punto de llorar cuando lo había dejado solo en casa aquella tarde. Porque horas después había visto la cara de Niall por la pantalla de la televisión y sabía que su novio había estado llorando cuando él se había ido, y que seguramente habría tardado en parar.

Y lo peor era que en un primer momento había sentido satisfacción. Cuando habían enfocado al equipo mientras sonaba el himno y había visto los ojos rojos e hinchados de Niall se había sentido bien, porque había pensado que quizás así por fin su chico empezaría a darse cuenta del dolor que sentía él de vez en cuando. Entonces antes de salir al campo Rooney se había acercado a Niall - a susurrarle algo y apretarle el hombro mientras lo hacía -, y el chico había respondido al gesto de su capitán con una sonrisa triste y una mirada decidida; entonces Harry había pensado que quizás se había pasado un poco.

Cuando a los cinco minutos de partido Niall perdió un pase que hasta un niño habría sido capaz de recibir, Harry fue capaz de pensar por fin en que día era. Diez minutos después - y tres jugadas más en las que el rubio no había dado una - un jugador del equipo contrario arroyó al chico, y este cayó al suelo sin protestar, agarrándose la rodilla mala - la izquierda - dónde el otro lo había golpeado mientras él había estado tan centrado en pasar de medio campo con el balón que no se había dado cuenta de que iban a por él, algo que normalmente hacía porque Niall tenía lo que a Harry le gustaba llamar sentidos arácnidos cuando salía al campo. Pero parecía que aquella noche le estaban fallando. En ese momento, mientras todo el Manchester - a excepción del propio Niall - protestaba la jugada, y el árbitro los ignoraba bajo los rugidos indignados de medio Old Traffor, Gemma se había inclinado para darle una colleja a Harry y cuestionarle qué había sido lo que había hecho.

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