Capítulo Tres:
Francisco.
Cuando entramos a la casa no pude evitar sentir un olor bastante peculiar, el olor de la madera siendo quemada nos envolvió.
Cauteloso caminé hacia la fuente del olor dejando a sofía detrás de mi en todo momento y descubrí que Arturo había encendido la chimenea, un peso se elevo de mis hombros y suspire aliviado al notar las flamas danzando tranquilamente y desprendiendo calor.
Mire a Sofía detrás de mi, su ropa estaba empapada, su cabello algo húmedo y su rostro rojo, su nariz parecía la de rodolfo el reno, incluso parecía temblar un poco.
-Ve a cambiarte, no quiero que te vaya a dar gripe o algo así.- ella asintió sacando el abrigo de su cuerpo, lo tome para llevarlo a la ropa sucia pero ella me detuvo.
-Ya voy, pero deberías cambiarte tú también, estás todo mojado.- asentí de forma lenta, mirando como ella subía las escaleras de forma lenta.
se miraba adorable haciendo las cosas de manera diferente y con todos esos cambios sucediendo en su cuerpo, era algo que me dejaba atónito y encantando aún cuando realmente jamás se lo decía.
-Sigo sin saber cómo es posible que ella te esté soportando por tanto tiempo.- susurro Arturo cuando se puso a mi lado, dejando una mano en mi hombro, lo miré de reojo.- ella es muy linda, y tú, mi querido amigo, estás más feo que la mierda.- rodé los ojos dándole un leve golpe en el costado, él se quejó pero yo sabía que el quejido era más de juego.
-No me estés chingando, que por lo menos tengo novia, no como tú, maldito loco, a ti solo te gusta meterla en todos lados.- él se encogió de hombros restandole importancia a mi insulto, luego sonrió con malicia y se acercó un poco a mi.
-Por lo menos no he embarazado a Nadie.- atacó, lo mire mal cruzando mis brazos.
-Es que yo soy muy potente, por eso me dicen el semen...tal.- me reí de mi chiste, pero Arturo me dio un golpe en la cabeza demasiado fuerte.
-No le eches la culpa al semen, maldito tacaño que no es capaz de ir a comprar condones.
-¡¡Use un Condón tuyo!!.- grité realmente ofendido ese día no tenia así que vi conveniente robarle uno a él.- lo saque de tu cartera aquella vez.- él me miro incrédulo, cubrió su boca con su mano y elevo las cejas.
-No mames, ese pinche condón era para mi primo.- me miró mal.- con razón salió embarazada, yo lo había pinchado con un alfiler varias veces, ¡eres un pendejo!.- se mordió el labio tratando de no reír, lo empuje y él se fue al suelo pero a un así se soltó riendo mientras me señalaba con burlan como si fuéramos niños pequeños.
-Eres un pendejo, pero gracias, ahora me siento bien por que voy a tener una hija que va a estar hermosa.- se levantó y rodeó mi cuello con su brazo haciendo que nuestras cabezas se golpearan.
Lo intenté quitar golpeándolo suavemente, justo en ese momento Sofía bajo con ropa muy cómoda, aunque su rostro estaba cansado me dio una leve sonrisa, aceptando la mano que extendí para ayudarla a bajar.
-¿Qué le pasa a mi cuñada especial?.- preguntó Arturo, cuando Sofía bajo los últimos escalones la tomé en brazos para terminar de bajar y me di cuenta que ella estaba mucho más pesada que antes.
O ella estaba muy pesada o me faltaba hacer ejercicio como antes.
Con algo de dificultad la lleve a la habitación en donde veíamos televisión.
fuera de la casa, en el segundo patio trasero seguía la fiesta de Carlos con música infantil y mucha comida, pero realmente ese era momento de ellos y nosotros no queríamos ir a interrumpir el festejo, por lo que decidimos mantenernos alejados.
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A La Mexicana. (RESUBIENDO)
ActionSe dice que México es un país hermoso, repleto de buenas costumbres, junto a personas con actitudes envidiables y alegría. Conocido por ser un lugar en donde todo se festeja, la gente vive riendo y todo es de miles de colores hermosos. O eso es lo...