¿MATARTE?

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No, no podia matarlo. Era tan solo un niño.

- Lo siento pero no puedo. La cabeza no me da para tanto, y menos para matarte.

- Me diste tu lealtad. Me tienes que matar.- dejo la pistola en mis manos, en su mirada no habia nada. Nada. Eran unos simples ojos negros mirandome fijamente y friamente.

Cerre los ojos y sostuve la pistola lo Mas fuerte que pude. Mis manos no dejaban de temblar. Disparo.

En ningun momento abri mis ojos. Ni siquiera sabia si le habia disparado o no. Guarde la pistola en mi cadera y todo el tiempo mirando al suelo. No queria ver el cuerpo de ese pequeño e indefenso niño.

Cuando por fin tome el valor de mirar el cuerpo lo primero que vi fue un cuerpo que arrastraban unas 5 o 6 personas. Al parecer a nadie le importo. La gente siguio con lo suyo como si nada.

Segui mi camino aun perturbada por lo sucedido. Llege a la salida del pueblo y mire por ultima vez el pueblo que de a poco se iba desvaneciendo.

Segui mi rumbo. No pare de caminar como por 5 horas. No habia absolutamente nadie y la necesidad de escuchar una voz agena se hacia cada vez Mas intensa.

- I'm waking up to ash and dust, I wipe my brow and sweat my rust, I'm breathing in the chemicals.- buena cancion.

Me sente en el suelo y saque algo para comer y tomar. Me di un descanso de 10 minutos y volvi a caminar.

Cuando justo perdia la esperanza de que no iba a encontrar Nada vi una casucha, identica a la de la señora maria del perpetuo socorro.

Corri en direccion a la casa y abri la puerta de un golpazo.

- Señora maria del perpetuo socorro, lamento entrar de esta manera pero Ya la extrañaba.- grité para que pudiera oirme bien.

Camine unos paso mas y me vino la idea de Que probablemente estuviera durmiendo.

- Señora...- abri la puerta lo mas delicado posible. Vi un bulto escondido debajo de las sabanas pero no era tan grande para ser maria del perpetuo socorro. Me acerque al bulto y corri las sabanas. Y lo que me encontre fue a un hombre flaquito, serca de la desnutricion, durmiendo.

- ¡Pero niña! ¿que te pasa?- su tono era pesado y se notaba que era malhumorado.

- Lo lamento, esta casa es la unica en kilometros y crei que Ma...- no podia nombrar a maria del perpetuo socorro. Se lo prometi.

- ¡¿Que creiste niña tonta?!. ¡Mira afuera!- me apunto la ventana. Me acerque a la ventana y abri las cortinas.
Lo que vi afuera era lo mismo que habia antes. Nada.
Probablemente este señor se ha quedado tanto tiempo solo y encerrado que no sabe que su pueblo Ya no existe.

- Señor...-no sabia como empezar- usted es el unico aqui. Su pueblo Ya no existe. Lo siento.

- Eso es mentira. Yo...yo...yo no estoy solo. No, no puede ser- movia la cabeza para todos lados y se estaba volviendo loco al parecer.

- Señor lo siento, pero por lo que vine es que usted tiene algo Que darme. Un objeto o una pista de donde esta el objeto que tengo que encontrar.

- Aaa... si, esperame- iba a penas y se tambaleaba de vez en Cuando.

Despues de unos 10 minutos el señor aparece.

- Ten- un telefono.

-¿Un telefono?

- Si.

- ¿Usted me esta tomando el pelo?

- ¿acaso crees Que tengo edad para andar de bromas?

- No.

- El unico numero guardado en ese telefono es al que tienes que llamar.

- Suena facil.

- Porque aun no te he dicho donde buscaras el telefono.

-¿Y donde seria?

- Ven.- salimos de la casa.- ¿Ves ese volcan? - asenti- tienes que subirlo, Cuando lleges a la boca del volcan tienes que tirarte en él. En la lava tendras Que buscar el telefono. ¡Ah! Pero no es tan facil. Son miles los telefonos que estan ahi. Suerte.

Antes de que pudiera preguntarle algo mas, este se desvanecio junto con la casa.

-Asi que al volcan es donde tengo que ir...- me dije a mi misma- Bueno, igual Suena facil.

Yo al lado de este enorme volcan era una hormiga. Me tomara bastante tiempo subir, asi que tome agua y comi un poco.

Iba llegando al volcan Cuando derrepente una roca flameante sale disparada del volcan. Me roso la espalda y senti el calor de la roca.

Llege a la sima y no me atrevi a mirar para abajo. No se como habia llegado aqui tan rapido. Mientras pensaba como podia bajar sin que saltara, un enorme estallido salio del volcan. Cai sentada y me aferre a unas piedras.

- Melisa, calmate, solo salta y Ya, es muy facil- genial ahora hablo sola.

Salte.

La brisa que chocaba contra mi cuerpo era caliente e incluso me dolia. Cuando me hundi en la lava fue como si me hundiera en algo espeso como el manjar. Di un largo respiro, el aire me faltaba y nunca habia tenido tanta adrenalina.

Marque el unico numero que tenia el telefono.

*78649820*

El telefono empezo a sonar y comence a buscar. Esto de buscar con la mano no servia Asi que me tire a la lava y con todo mi cuerpo comence a buscar.

Habian pasado 3 horas y no encontraba Nada, el telefono seguia sonando y Ya me estaba cansando.

Me sente en el suelo y la lava me llegaba al cuello. Mientras me acomodaba senti algo en mi trasero que me incomodaba, crei que era una piedra, Asi que hundi mi mano para coger el objeto.

-¡El telefono!- grite lo las fuerte, el estres me tenia histerica y agotada.

Cuando vi la brillante pantalla del telefono lei el mensaje mas lindo que he visto.

PRUEBA TERMINADA ¡FELICITACIONES!

¿Mi vida? Es un tema complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora