Capítulo 1. El Comienzo

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4 de abril de 1895.

<<De nuevo aquí, de nuevo en este extraño lugar, lo único que hay es oscuridad, oscuridad, gritos y muerte por todos lados. Estoy en un lugar oscuro sólo veo fuego, pero, me es acogedor estar entre el; raro lo sé. De repente siento un punzada en mi estómago, bajo la mirada y lo único que veo es sangre y una gran herida, causada por una espada que brilla ante el contacto con mi sangre, volteó hacia atrás suplicando con la mirada que no sea él, cuando lo hago veo a...>>

- ¡Ah! – se escucha gritar a una niña en la oscuridad de la habitación ¿su nombre? Taylor, cuyos cabellos negros como el ébano y hermosos ojos grises que denotaban en ellos un halo de preocupación, con ligeras lágrimas saliendo de ellos por el miedo provocado por tal pesadilla, su piel un poco pálida por el tiempo que llevaban metidas dentro de aquella habitación, ocultas del mundo por su cuidadora, la señorita Alice, una señora mayor, algo regordeta de cabello rubio y tez blanca con una que otra mancha en el cutis, una mujer mayor de esas que crees que te regalarán galletas pero en realidad terminan atacándote por la espalda cuando menos te lo esperas.

- ¿Qué paso? Estas muy pálida – habló su mejor amiga del orfanato y el mundo, la única en realidad a la que podría contarle un secreto y saber que ese secreto nunca sería revelado al público, Anne, una chica risueña de cabellos rojizos y ojos color cielo claro, muy hermosa. Se habían conocido en el frío y olvidado orfanato, llevaban como amigas-hermanas casi toda la vida, desde que las abandonaron, y todo aquel que pensaba adoptarlas nunca lo hacía, desde que se conocieron no se separaban por nada ni por nadie.

- Tuve ese sueño de nuevo, otra vez – soltó un ligero sollozo captando la total atención de su compañera de habitación y alarmándola – Sólo que esta vez yo moría – decía llorando e hipando, pero, lloraba un líquido rojo, aquel líquido que en las personas es vital, sangre.

- Ya Tay. Ya paso, te prometo que todo estará bien, no permitiré que nada nunca te pase, lo prometo – decía la joven pelirroja mientras la abrazaba con fuerza contra su pecho.

- Es que... - se separó un segundo del abrazo sintiendo como su cuerpo temblaba aún preso del miedo que le causaba aquel sueño - Se sintió tan real, tan doloroso - correspondió de nuevo aquel abrazo lleno de calor que tanto ansiaba sentir.

- Ya, ya paso, tranquila – hablo de nuevo sintiendo como su cuerpo se estremecía en sus brazos, la pelirroja cerró sus ojos buscando paz para darle a su hermana y de repente de ella salió una luz plateada, una muy acogedora que transportaba el sentimiento de paz en toda la oscura habitación, mucha calma para ambas niñas, era algo que solía pasar en estos casos, ninguna tenía idea de cómo es que hacían eso, pero, siempre que entraban en esos estados, es decir, casi todas las noches, esa luz aparecía llenándolas de calma y las transportaba al paraíso de los sueños dejando atrás todo el miedo y la soledad que pudiesen llegar a sentir ambas en aquella oscura habitación vacía del orfanato.

25 de diciembre de 1899

Hoy es Navidad, una época de felicidad, excepto para dos jóvenes adultas de apenas 18 años recién cumplidos, ellas pasaban la Navidad solas en ese espantoso orfanato gris, sin risas ni diversión, la mayoría de los niños ya se habían ido y llegado nuevos, pero a ese par nunca se las llevaron de ese horrible lugar desde hacía tan sólo cuatro años, cuando habían sido adoptadas del orfanato de Alice... Todo había sido risas al menos unos tres meses, antes de que... la tragedia llegara de nuevo a ellas arrebatándoles lo que con tanto esfuerzo se habían propuesto tener por mucho tiempo, una familia, obligándolas a tener que regresar a aquel lugar gris, uno diferente esta vez, uno más frío que el anterior, uno más triste, uno sin nadie más que ellas dos, ellas dos contra el mundo, y aún con todo lo que sus antiguos padres adoptivos hubiesen dejado para ellas, de nada les servía, no viviendo en la época en la que vivían, para acceder a todo lo que Keyla y Ayden Smith les habían dejado al adoptarlas como suyas solo podrían obtenerlo casándose.

The Power Guardians (TPG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora