25. Inseparables

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  ANTO:

Mis ojos están cerrados y la tranquilidad me envuelve de una manera difícil de explicar. Estoy recostada en el césped del campo de deporte del colegio, con la cabeza sobre el regazo de mi novio.

Siento que el viento golpea mis facciones con suavidad e inhalo profundamente, relajándome completamente, sintiéndome plena, feliz. Siento unas tiernas caricias en mis mejillas y saber que es él, ese chico del cual estoy enamorada hace ya un tiempo -un amor que me costo asumir, por cierto-, me hace sonreír ampliamente.

Abro mis ojos lentamente, sin borrar esa sonrisa que se plantó en mi rostro, y me encuentro con su mirada y esa sonrisa tan angelical, tan característica de él. Se acerca y posa sus labios en mi frente por un largo rato. Vuelvo a cerrar mis ojos ante el contacto y dejo escapar un largo suspiro. Me siento tan bien a su lado. Me siento protegida, tranquila, AMADA.

Me encanta estar así con vos - le aseguro, volviendo a abrir mis ojos para que estos, nuevamente, se topen con los suyos.

A mi también estar así con vos; me encantas vos - dice él, para dejar un corto beso en mis labios. Me levanto de mi posición y me siento a su lado tipo colige, como lo esta él. Apoyo mi mejilla en su hombro y enfoco mi mirada en algún lugar de ese gran campo vacío donde suelen practicar hockey. - Je t'aime - susurró después de varios minutos en silencio, logrando que lo mire con cara rara. Rió. - Significa te amo en francés.

Aaaaah - reí - si, ya sabía - se rió y me miró con un arqueo una de sus cejas - Bueno, no, no lo sabía - admito y reímos. - Yo a vos - digo y vuelve a unir nuestros labios en un beso profundo, durante el cual se nos escaparon algunas sonrisas y el cual ninguno de los dos se atrevía a cortar, hasta que nuestros pulmones proclamaron el ingreso de oxígeno. Ambos suspiramos y sonreímos. - No sabía que hablabas francés.

Solo un poco - se encogió de hombros.

Mmm ¿qué más sabes? - pregunté con curiosidad.

Bueno, algunas cosas - respondió quitándole importancia.

Vamos, ¡dime algo! - exclamé emocionada. Él me miró por un instante hasta que volvió a hablar.

Vous avez le plus beau sourire du monde - pronunció a la perfección y con un tono realmente sexy que haría suspirar a cualquier chica. Y eso fue lo que hice, seguido de una sonrisa.

Suena hermoso pero... ¿qué dijiste? - inquirí y él carcajeo.

Tenes la sonrisa más linda de este mundo - sonrió y me fue imposible controlar mi impulso de besarlo, por lo cual me abalancé sobre él, capturando sus labios entre los míos. Esos dulces labios eran mi droga, mi maravillosa droga.

Luego de ello, me separé algo avergonzada por mi actitud desesperada y me senté erguida y mirando hacia la nada, sintiendo mis mejillas arder por mi atrevimiento. Escuché una risa proveniente de mi acompañante que, acto seguido, rodeó mi cintura con uno de sus brazos, mientras que con su otra mano tomaba mi mentón y para presionar un suave y ligero beso en mis labios. Sonreí tímidamente y fijé mi mirada en esos ojos verdes que desprendían un brillo indescriptible.

Je t'aime - pronuncié con un francés MUY malo, por lo cual él ríe.

Me parece que te voy a tener que dar algunas clases, sos malísima mi amor - asegura. Y, a pesar de que tenía razón, le pego un puñetazo en su hombro que sólo lo hace reír nuevamente, ya que, claramente, ni siquiera fue fuerte. - Nunca te vas a cansar de maltratarme, ¿no?

Muevo mi cabeza, negando y con una sonrisa en mi rostro que no pretende borrarse.

Nos acomodamos en nuestro lugar nuevamente, yo apoyo mi cabeza en su hombro y ambos suspiramos. Pareciera que estuviéramos sincronizados. Nos quedamos mirando hacia la nada y se formó un profundo silencio, para nada incómodo por cierto. Y así estuvimos durante varios minutos.

No Estoy Sola [HISTORIA SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora