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-¿No crees que es mucho maquillaje el que usas? -pregunté impaciente, mirando su reflejo en el espejo. Volví a suspirar, por enésima vez ya.

-Lo dices porque estas celosa -me contestó mirando también mi reflejo.

-O porque te pusiste mucho maquillaje... -sonreí irónica. Podía maquillarme igual que ella, por lo que no estaba celosa de que ella lo hiciera.

Ella no se molestó en contestar, sino que ignoró mi comentario mientras se terminaba de poner base compacto en su piel. Yo la miraba con atención, esperando a que estuviera lista, yo ya lo estaba. Ambas nos miramos al espejo cuando ella acabó.

-¿No ves? Mírate a ti y mírame a mi luego -sonrió con confianza-, ¿no ves que con el maquillaje es mejor?

-No me trates como una idiota. Me puse maquillaje, ¡pero no me pongo a montones como tu haces! -me defendí-. Todos saben que no estás así de bronceada.

-Tranquila, no quiero pelear, ¿si Carly? Vamos al auto...

Íbamos a ir a una fiesta de gente que Megan, la sociable, conocía. No me molestaba ir, gran parte de mis amigos iban a ir, y las fiestas eran divertidas, por supuesto. Lindsey y Josh iban a ir, mis grandes grandes amigos, esos que conoces desde tu niñez y valen la pena guardarlos. Como sea, Megan conducía, quien ya tenía la licencia a diferencia de que yo estaba aún aprendiendo. Ella ha sido quien quería manejar legalmente a toda costa, por mi parte, soy demasiado cómoda, prefiero usar a las personas para transportarme.

Entramos al patio delantero de Harry Styles, un chico guapo, popular y sociable del barrio, el típico que puede hacer una fiesta sin molestarse en invitar porque sabe que cuenta con el público suficiente como para tirar la casa por la ventana. Sus fiestas parecían tener un imán que atraían a cualquiera, debido a lo locas que podían llegar a ponerse y la cantidad de anécdotas que se contaban al terminar el evento. Harry Styles ha construido su fama de 'el chico que hace las mejores fiestas' de a poco. Su primera gran fiesta fue hacia como dos años atrás, cuando sus padres se habían ido por el fin de semana. Esa vez había procurado avisarle a cualquier conocido para asistir, a pesar de que había sido una fiesta organizada casi a ultimo momento. Él ni siquiera había imaginado hacer una fiesta, o eso es lo que cuenta tan humildemente. Recuerdo lo divertida que había sido, todos lo felicitaron; supongo que eso fue el alimento a su ego y confianza para hacer otra...y otra...y otra. Al mudarse solo, las fiestas se frecuentaron y adquirieron cierto prestigio imborrable.

-Bueno estaré por ahí -se volteó a verme-, cualquier cosa me mandas un mensaje.

-Tú sabes que acabo yo mandándote un mensaje y a cargo tuyo porque te pasas con la bebida -dije de mala gana, prediciendo lo que iba a pasar. Siempre pasaba lo mismo con ella.

-No importa, nos vemos luego.

Suspiré mientras Megan hacia su entrada a la fiesta. Algunos voltearon a verla -como siempre-, su seguridad y confianza en sí misma era evidentemente atractivo, las cabezas siempre se posaban al menos unos segundos para contemplarla. Caminé metros detrás de ella, lentamente, mientras buscaba a algún conocido. Mis ojos se iluminaron al ver a Josh apenas puse un pie en el lugar.

-¡Carls! Ya llegaste -dijo abrazándome por los hombros- lindo vestido- sonrió.

Era dorado, con algunas lentejuelas. No era de usar ese tipo de vestidos, hasta me resultaban algo incómodo. Aún así, concordaba con su opinión. Las lentejuelas pinchaban un poco mis brazos, pero estaba bien.

-Megan me obligo a usarlo -suspiré. Cuando Megan quiere que me ponga algo, no hay vuelta atrás. Ella no tiene remedio, y de alguna manera termina convenciéndome. Ella es como el gurú de la moda y disfruta mucho arreglarse y verse bien.

-Te queda lindo, no te quejes, tu sabes que a pesar de toooodo te quiere... -rió burlón. Yo fingí una risa.

Josh era el primer hombre que conocía que no le gustaba o no le atraía Megan. En realidad, a los trece años ellos dieron su primer beso bajo un árbol de la escuela, pero jamás volvieron a hablarlo y jamás volvió a ocurrir algo entre ellos.

-¿Dónde esta Lindsey? -pregunté mientras miraba a mi alrededor.

-Llegará luego, supongo -se encogió de hombros.

Miré a mi alrededor buscando a alguien más. Había mucha gente que conocía, sabia quienes eran porque éramos todos de la misma zona y de la misma clase social, pero buscaba a alguien con quien pasar el rato, alguien que me garantizará diversión, además de Josh.

-Vaya, tu hermana ya se ambientó, ¿no lo crees? -rió mirando a un punto fijo detrás de mi.

Volteé, sabiendo que no me agradaría lo que vería, y dejé salir otro suspiro al verla besándose con un rubio y con una mano sosteniendo una botella. Ni siquiera había estado cinco minutos en ese lugar. Volteé a mi amigo indignada. Esto es tan Megan.

-¿Por qué tiene que ser mi hermana? ¡Me hace quedar mal frente a todos!

Sentí mis mejillas enrojecerse y miré disimuladamente hacia los costados, para asegurarme de que nadie estuviera viendo esa escena. Mi rostro de sentía caliente y me llenaba una sensación extraña que solía sentir cuando Megan llamaba la atención de esta manera.

-Tranquila Carls, todos saben que ella es Megan y que tu eres Carly -afirmó, esperando a que yo me la creyera. No funcionó, claro.

-No, Josh, eso lo sabes -dejé salir otro suspiro cargado de frustración-. Detesto que me confundan, somos muy distintas.

-Carly, son gemelas...

-Me importa un bledo -refunfuñé, negada a aceptar esto.

-Bueno ya, olvídate de Meg por un rato, ¿quieres? Vamos a divertirnos -animó, agitando mis hombros-. Te estresas por todo.

The One I Want (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora