Prólogo

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Saco y Reviso mi reloj de bolsillo son las -3:25 am.

-No se porque me siento tan frustrada -Suspiro. (En realidad si lo se, pues Mi vida es un desastre cuando de recuerdos y sentimientos se trata) - Guardo de nuevo en mi pantalón el reloj, y coloco mis manos sobre el volante, conduciendo me en dirección a mi casa.

<<Giro hacia la izquierda>> adentrando me en el cementerio. Y si!! Lo se ¿que hago tan de madrugada en un cementerio?. Pues por mas extraño que parezca, desde que tengo memoria, siempre he vivido cruzando este cementerio.

Esto no es algo que me moleste ni incomode , es más para ser mas extraño aun me agrada estar aquí, es como estar en casa.

De  pequeña solía leer mis cuentos preferidos sentada en  los bancos ubicados  cerca de las tumbas, mientras que mi hermana paseaba por las lápidas y recogía las distintas flores que se encontraban en cada una de ellas, ya que por alguna extraña razón eso la hacia feliz y a mi me hacia feliz saber que la tenia a mi lado.

¡Quizás por esa razón siempre he sentido este cementerio como parte de mi!, es el único lugar en el que siento poder estar con ella. (con mi hermana).

*volviendo a la realidad*

  Estos últimos cuatro años en casa han sido un poco difíciles entre nosotros, desde la desaparición de mi hermana ,la relación entre mama y papá  no ha sido la misma.

-llego a mi casa, apago el auto pero antes de bajar mi celular suena.

*llamada entrante*

-¿Podemos hablar? -pregunta una dulce y preocupada voz desde el otro lado del teléfono.

-¡Claro dime!-respondo.

-Necesito que vengas ahora.

-¿paso algo? -pregunto preocupada, pero no recibo respuesta alguna.

*Fin de la llamada*

enciendo de nuevo sin evitar pensar....

<<¡Genial! Ni siquiera te dijo donde estaba>> dice una voz en mi mente.

Texto: Estoy en mi casa..¡Apresura te!.

Reviso mi celular quedando extrañada.. <<¿pareciera que leyera tu mente verdad?>> ¡ohh callate cerebro! deja de decir estupideces -Me digo a mi misma mientras guardó mi celular de nuevo.

Retomo las calles  con una velocidad de 100 k/h , con rumbo a la ciudad donde se encontraba la casa de Mariana, mi mejor amiga.

Al llegar bajo del auto, un poco asustada por esa llamada repentina y sin explicación.

  Un poco agitada me dirijo hacia una gran casa blanca de inmensos ventanales dorados  cubiertos por finas cortinas que impiden observar su interior. Toco el timbre nerviosa, y de inmediato sale una señora de unos 65 años a abrazarme.

-¿Lucy que haces aquí cariño?-Pregunta Ana la nana de Mariana.

-¿Se encuentra Mariana? -Pregunto  yo evadiendo su pregunta, ya que ni yo se que estoy haciendo aquí.

- ¡Si esta arriba en su habitación cariño!.

-Okey gracias - Susurro  y me dirigió hacia las escaleras. Subo.. o mas bien corro en dirección a la habitación en busca de mi amiga. Y al llegar al pasillo, la puerta de la habitación de Marian estaba entre abierta, por lo que apresuro el paso y entro en su habitación sin pensar.

-¡Ohhh por Dios Mariana que te ha pasado!! -Exclamo mientras corro a recogerla del suelo, se ve débil y llena de sangre por las múltiples cortadas que se encuentran en hileras por su brazo.

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⏰ Última actualización: Feb 18, 2018 ⏰

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Whitch † ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora