Cierra los ojos.

Rota.

¿Cuando dejaría Sophia de sentirse así? Había estado deprimida dos semanas, no tenia hambre, no le daban ganas de nada; Cameron la visitaba a diario luego de que salía del trabajo o de hacer lo que fuera que hiciera, a Sophia nunca se le había ocurrido preguntarle.

Siguió escuchando música mientras lentamente organizaba su cuarto, la música no estaba ayudando a animarla pero el silencio era peor. Acomodó los zapatos en el armario, se puso los audífonos y se dirigió a la puerta, necesitaba comer helado y dulces.

-Voy a ir a la tienda, ¿quieren algo? -Gritó y esperó la respuesta de Carol y Lía.

Escuchó un no por parte de Lía y unos pasos bajando por las escaleras, era su tía.

-¿Cómo estás cariño?

-Bien tía, solo voy a la tienda, no me demoro en volver, ¿Quieres que te traiga algo?

-No, no te preocupes, yo como de lo que traigas -Carol abrazó a su sobrina y le dio un beso en la mejilla, la había visto un poco desanimada pero no sabía qué decirle-. Cuidate, te amo.

-Yo también te amo tía. Ya vengo.

Sophia cerró la puerta detrás de ella y caminó hacía el gran supermercado.

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- Ya vengo Carol -Dijo Lía saliendo de la cocina.

-¿También te vas?

- Si, voy a ir a encontrarme con una amiga del colegio, ¿cómo me veo?

-Te ves espectacular, pásala bien.

Lía sonrió y salió de la casa dirigiéndose al norte de la ciudad. Carol siguió lavando la poca loza que había.

- Carol espero que entiendas que lo que voy a hacer no es personal -Empezó una voz a decir una voz detrás de la mujer, quien se quedó congelada del miedo, no conocía esa voz-, en realidad sí es personal, el novio de su sobrina mató a mi hermano y él sabe que todo lo que tiene que ver con nosotros es ojo por ojo y diente por diente. Ah, y por "nosotros" me refiero a los razarhiam, seguramente no sabes de qué hablo... Voltea a verme, maldita sea, bien, ¿en qué iba? Tu hermana escondió tus recuerdos, no muy bien por cierto, escarbé en tu cabeza la última vez que nos vimos pero no me recuerdas, mi teoría es que tu hermana quería que recordaras todo eso o que Sophia te ayudara a recordar, así que te voy a hacer un favor, voy a ayudarte a recordar antes de matarte, pero... Debería presentarme primero, ¿verdad? Mi nombre es Frank.

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Sophia recorrió la tienda y llenó la cesta con dulces, hoy iba a ser su último día de parecer un zombie, iría a su casa, comería dulces con su tía y la pasaría bien.

Recogió los últimos ositos de goma y se dirigió hacia la caja.

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La piel le estaba picando, algo jugoso iba a pasar hoy, alguien entraría a su tienda con mucho dinero en su bolsillo dispuesto a gastarlo es las cosas inservibles que Dulce vendía.

La niña se estiró y sonrió, un recuerdo llegó a su mente y la sensación de perder a un ser querido la invadió. No, mierda, no podía estar pasando, hoy iban a matar a quien sea que Sophia ame.

Dulce buscó su celular con manos temblorosas, marcó el número de Sophia y luego de tres llamadas sin respuesta, cambió el número, Cameron.

Él contestó al tercer timbre.

-Cameron, hoy va a pasar, ve a la casa de Sophia, tienes que encontrar a Sophia, ve ya, yo estoy saliendo de la tienda, ve...

-¿De qué hablas Dulce?