Los susurros de las sombras

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La noche traicionera se había vuelto totalmente oscura, sabía que si se detenía incluso por un instante.... moriría, desorientada y cansada corría entre los arboles para tratar de engañarlo y así poder vivir. Entre sus intentos de saltar unas raices, se tropezó y sin más cerro los ojos por miedo a verlo, su cuerpo temblaba por sus sollozos y todo pareció detenerse al sentir sus frías manos en su garganta

-por favor...¡déjeme vivir!-su voz salio apenas en unos forzados susurros

-lo siento, pero todo lo hago por amor- su voz rompió el silencio para dar una sentencia, ella ya no peleaba por su vida, ella se dejó llevar por su destino, aceptando así su propia muerte

* Edwinstowe, 4 de mayo de 1930*

Desde que desperte sabía que todo saldría mal, yo solo quería dejar de respirar y por fin morirme, después de perderlo todo, no esperaba nada bueno de esta vida. Realice mi rutina con la monotonía de siempre,

llegue a mi despacho sin sentir el camino y sin ver siquiera la hora...

-llega tarde!-grito mi compañero, tirándome a la mesa unos documentos, mi compañero era un jovencito de unos 15 años, piel banca como porcelana y ojos verde esmeralda, pelo castaño y media 1.74, era delgado sin llegar a ser flacucho y tenía una inteligencia superior a los demás

-¿Qué son?-pregunte sin tomarme la molestia de verlos

-es un caso, uno especial- a sus ojos llego una chispa de curiosidad y emoción- ¡dale una oportunidad a este caso! ¡léelo!!-grito eufórico

-bien, déjame leerlo... mientras ve y haz algo para que este lugar no este tan mal-gruñi mientras tomaba los papeles.

Los documentos resultaron ser dos investigaciones de cuatro chicas, asesinadas cada dos meses en el mismo lugar, ellas eran de este pueblo, chicas criadas en un ambiente familiar y cristiano, bondadosas y alegres, normales, sin hacerles daño a nadie y aun así fueron asesinadas de la forma más brutal que pueda existir:

-Cindy Miller, edad 20, ojos y cabello marrón, piel morena suave, delgada, tenía quemaduras de primer grado por varias zonas de su cuerpo, faltaban su ojo derecho y algunos dientes, sus brazos y piernas estaban quebradas en tres parte cada pieza... y así siguieron las otras tres cambiando solo la muerte, una fue torturada por las abolladuras de su piel y la forma en la que sus huesos fueron doblados más no roto,
otra fue quemada con un quimico desconocido y al final quemaron todos sus órganos con el mismo haciendo que pasara horas de tortura y sangrado, y a última fue abierta y regaron sus organos afuera haciendo unas letras raras....

-¡Jimmy!-grite desde mi lugar y mi compañero llego en menos de cinco minutos

-¿Qué sucede?-dijo algo nervioso

-¿estas seguro que quieres el caso?-no quería complicarme la vida, podíamos solo dejarlo y seguir adelante

-estoy seguro señor, sobre todo por las similitudes de las víctimas, me inquieta que siga matando a jovencitas...-dejo su frase inconclusa y una profunda tristeza lo invadió

-si lo deseas así....pongamos las cartas en la mesa- me gustaba ser directo con estas cosas

-bien, por lo que sabemos son todas mujeres obviamente, sus ojos no son marrón como se ven en las fotos, investigue en el pueblo un poco y me dijeron que todas ellas tenían un café claro, eran delgadas y todas tenían una piel bien cuidada y eran morenas suave, su pelo cambia pero todas lo tenían largo y bien cuidado, tenían una personalidad extravertida y amables.-jimmy me leyó todos sus datos

-bien, vamos al pueblo Jimmy.... quiero ver a sus familias-me levante, tome mi chaqueta y Jimmy me siguió tal y como un perrito.

Hace tiempo que no iba a pueblo, mi rutina era ir de casa al trabajo y viceversa, ver el pueblo casi desierto no era o que esperaba

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