C1: El viaje en avión

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Kyung Soo estaba sentado a mi lado, moviendo sus pies de manera nerviosa mientras emitía pequeñas melodías desde su boca.
Él había insistido en viajar en avión, en llevar una vida como cualquier otro ser humano y bueno, no iba a poner peros porque yo había viajado cientos de veces en avión. El que nunca lo había hecho era justo mi acompañante, Kyung Soo.

— Relájate— susurré y tomé su mano. Él apretó la mía y me sonrió de manera nerviosa.

— El suelo vibra, ¿Eso es normal?— preguntó y yo negué, fingiendo terror. Sus ojos se abrieron con miedo e intentó quitarse el cinturón de seguridad. De inmediato me comencé a reír, provocando que él se detuviese en seco y me diera la peor de las miradas—¡Me acabas de dar el peor susto de mi vida!

Nuevamente una risa se escapó de mi boca y de inmediato, algunos de los chicos asomaron sus cabezas por los bordes de nuestros asientos para saber el motivo de mi repentino ataque de risa.

— ¿Qué sucede?— preguntó Se Hun, alzando las cejas en manera de duda.

— Maldita sea, ella me asustó— bramó con los ojos entrecerrados —Y, ugh. ¿Cuánto falta para llegar? Debimos haber viajado solo por teletransportación.

— Oh, vamos. Fue idea tuya viajar en avión —exclamó Min Seok con mala cara— Nos hubiésemos ahorrado doce horas de viaje.

—Lo sé, pero quería saber qué se sentía viajar en esto. Es horrible.

Kyung Soo sacó los audífonos de mi celular y comenzó a escuchar música. Claro, ninguno de los chicos tenía celular y para ellos era algo un poco extraño el poder escuchar música en esos aparatos y los distraía.

—La curiosidad siempre es así con Kyung Soo— susurró Yi Fan y todos rieron.

Minutos más tarde él cayó en un completo y profundo sueño y yo comencé a mirar una película en las pantallas que tenían atrás los asientos.

— Psst, Annie... Psst...— escuché atrás de mi asiento. Volteé de inmediato a ver el dueño de esa voz.

— Lu Han— corroboré y él sonrió.

Lu Han había recuperado un poco su memoria que había sido arrebatada en Hunting Monsters cuando aún Warn vivía, pero aún tenía pequeñas "lagunas mentales" que lo hacían alucinar y perder los estribos de vez en cuando. Pero nosotros aún mantenemos viva la ilusión de sanarlo completamente.

— Hay alguien aquí... No se encuentra bien.

Comencé a examinar mi alrededor y vi a cuatro asientos adelante a un hombre que se rascaba la cara de manera frenética y en ella habían pequeñas costras. Se veía terrible.

— Es solo una reacción alérgica. No hay de qué temer— le sonreí, pero yo no sonaba muy convincente. Había algo extraño en la mirada del tipo que me hacía estremecer, quizá no era una reacción alérgica... Mas bien parecía estar en medio de una crisis nerviosa.

— Aún puedo leer tu mente, Annie. Pensaba exactamente en lo mismo— inquirió segundos después Lu Han.

— Mientras el idiota no se pare de su asiento, no tenemos nada que temer.

Lu Han me miró dudoso y se encogió de hombros para restarle asunto a lo que le preocupaba para luego echarse hacia su asiento e intentar dormir como lo estaban haciendo todos.

Pero yo no podía. Simplemente porque este viaje no dejaba de darme mala espina. ¿Por qué siempre tengo que salir tan afectada con cosas que a nadie más les importan?

Horas después de que todos se durmieran, por los altoparlantes informaron que por fin habíamos llegado a nuestro destino.

Vi como los chicos iban despertando uno a uno y sonreían al ya estar en suelos americanos. No pude evitar sentirme feliz por ellos.

Despegué unos segundos la vista de mi grupo y miré hacia los asientos de adelante. Estaba el señor de "la reacción alérgica" desparramado sobre el asiento, con los tres botones superiores de su camisa abiertos y la boca entre azul y morada. Era como si hubiese sufrido un ataque en pleno vuelo y nadie se diese cuenta.

Volteé hacia los chicos nuevamente y vi que Lu Han también estaba atento a lo mismo que yo.

— Alguien tiene que despertarlo— me dijo él y yo me encogí de hombros.

— Quizá, pero ese alguien no será ninguno de nosotros. No quiero meterme en problemas ni nada— concluye y él asintió como si hubiese estado pensando lo mismo que yo desde el principio— Ahora bajemos, no quiero que se arme algún alboroto y no nos quieran dejar bajar del avión.

Apresuré mi paso hacia el registro y entrega de equipaje solo con Lu Han a mi lado porque los demás ya se habían largado hacia ahí demasiado antes que nosotros.

— Gracias por preferir nuestras aerolíneas — dijo una señora de mediana edad mientras extendía mi gran maleta hacia mis manos.

Solamente atiné a sonreír y a tomar la maleta con amabilidad. Iba a acercarme hacia los chicos pero me di cuenta que se habían separado en pequeños grupos para ir a ver las tiendas que rodeaban todos los pasillos del aeropuerto.

— ¡Annie!— escuché y volteé, era Kyung Soo— ¿Quieres un refresco?

— Un jugo de frambuesas me vendría de maravilla —respondí con una sonrisa. Él asintió y corrió hacia una tienda de jugos naturales que estaba un poco más lejos de donde estábamos parados.

Me quedé observando a todos y me di cuenta como Yi Fan miraba y se probaba un montón de gafas y sombreros de ala media. Al parecer él iba a ser el que más iba a derrochar dinero en este país.

— ¿Quieres chocolate? —preguntó Jong Dae quién se había posicionado a mi lado segundos antes, yo solo saqué dos cuadritos y los eché a mi boca.

— Gracias, necesitaba algo dulce—sonreí y él alzó una ceja, de forma burlona.

— Para eso tienes a Kyung Soo— bromeó y apareció el recién nombrado frente a nosotros, extendió el jugo hacia mí y miró a Jong Dae con una ceja curiosamente alzada.

—¿Hablaban de mí? — preguntó y Jong Dae sonrió para luego asentir. Kyung Soo negó con la cabeza en señal de gracia y se empinó el café helado en lata que había sacado de una máquina dispensadora. Maldita sea, odiaba cuando Kyung Soo se empinaba así las cosas. Hacía que su mandíbula se marcara levemente y lo hiciera ver más... ¿Provocativo? Sí, eso.

—Deja de pensar en mí de esa forma—  exclamó mi novio y yo rodé los ojos molesta. Odiaba también cuando leía mi mente y sabía lo que pensaba sobre él.

*

Nueve de la noche. Estábamos casi listos para irnos cuando un agitado Lu Han entró hacia mi habitación. Se notaba algo pálido y preocupado.

Agradecía que en ese momento Kyung Soo no estuviese conmigo en la habitación o si no le obligaría a contar todo lo que sabía y no quería que él supiese de nuestras estúpidas preocupaciones sobre el señor del aeropuerto.

— ¡No me lo vas a creer!—exclamó algo cansado debido a correr de su habitación a la mía.

— ¿Qué sucedió?— pregunté, sintiendo como el miedo me empezaba a consumir.

— Miraba las noticias y... Confirmaron que el señor del avión murió— soltó y sentí un peso menos de encima. Esperaba a que dijesen que se había convertido en zombie o algo parecido. Sí, demasiadas películas afectan.

— Ah, con que era eso— exclamé un poco más aliviada.

— Pero hay algo más — dijo y nuevamente un nudo se posicionó en mi estomago.

— ¿Uh? ¿Algo más?


Él asintió y frunció un poco los labios— El personal del avión llamó a los médicos forenses y en el tramo que ellos llegaban, los del personal salieron a su hora de almuerzo y adivina qué.

— ¿Que...? —alargué sin siquiera ponerme a adivinar que era lo que pasaba. Ya estaba demasiado ansiosa por saber como para inquirir idioteces que me hiciesen pensar como directora de películas de zombies.

— El cuerpo desapareció sin dejar rastros y sin que nadie se diese cuenta.

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Biological Sickness [BL #2 | D.O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora