Capítulo 64 - Señas

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Narra Laura:

Me desperté de a poco, veía todo blanco y luego divise los colores, estaba como en una camilla y sí, me di cuenta que era una camilla, estaba en un hospital. Lo primero que se me vino a la cabeza fue llamar a Ross para ver que me había pasado, lo último que recordaba era estar con Ross discutiendo por la cadena que me había regalado Max y luego ya no recuerdo más nada.

Laura: ¿Ross? ¿Amor? – llamándolo, pero creo que no estaba en la habitación - ¡Ross! – me levante con cuidado, tocando el suelo con los pies desnudos, tenía un suero puesto en mi brazo izquierdo, camine hasta donde pude porque si no se me salía el suero, llegue hasta el baño, mire solo por la puerta, ahí no estaba Ross - ¡Ross! ¡Mierda! - ¿Dónde podía estar? Tenía que estar junto a mi lado, pero no estaba.

De repente, entra una enfermera, era alta y usaba anteojos. En cuando me vio levantada, corría hacia mi lado y me dijo que me quedara en la camilla, yo no quería, solo quería saber donde estaba mi esposo.

Laura: ¿Dónde está Ross Lynch? – preguntándole mientras me acomodaba de nuevo en la camilla.

Enfermera: Salió a hacer algunas compras.

Laura: ¿Hace cuanto?

Enfermera: Hace... - mirando el reloj de la pared – Una hora.

Laura: ¿Dónde están mis cosas? ¿Mi celular? – buscándolo.

Enfermera: Lo tiene su esposo, me dijo que se lo de a él por si se perdía. Ya va a volver, quédese acostada y no salga hasta que te den el alta.

Laura: ¿Cuándo saldré? ¿Qué me paso?

Enfermera: Se desmayo cuando ibas caminando, eso me dijo su esposo y saldrás cuando venga a verte un medico.

Laura: ¿Por qué me desmaye?

Enfermera: Te hicimos unos análisis, todavía no están los resultados, cuando venga el médico te dirá los resultados. ¿Sí?

Laura: Bien.

Enfermera: Ahora te van a traer para comer.

Laura: Está bien – cuando la enfermera se fue, me dispuse a ver la tele, no daban nada, ni una película buena, estaba aburrida, ya quería que llegara Ross.

Narra Ross:

Estaba comprando algo para mi esposa, quería disculparme con ella por haberle gritado, se que estuve mal pero fueron mis celos los que me pusieron así.

En eso, estaba mirando un negocio que tenía mucha ropa bonita, había de todos colores y gustos, yo sabía lo que a Laura le gustaba, así que entre y le pregunte a la vendedora que me mostrara una remera que vi en la vidriera, tenia de varios colores y talle, así que elegí el talle más pequeño y el color, elegí uno clarito.

Vendedora: Tenes amarillo, rosa, verde, lila o celeste – mirándome – Todos esos que te dije son claritos. ¿Cuál elegís?

Ross: Emmm... - mirando todas las remeras – Elijo la de color rosa.

Vendedora: Bien. Aquí tienes – poniéndola doblada en una bolsa – Son 40 pesos.

Le pague y salí con la bolsa, cruce la calle, ahí estaba mi auto estacionado, pero justo había una florería, así que decidí comprarle unas flores rosas, sus favoritas. Ahora tenía todo listo, entonces me subí al auto y me dirigí hacia el hospital. Espero que pueda salir hoy, así ya estábamos tranquilos en nuestra casa, cenando sin que nadie nos moleste.

Narra Laura:

Escuchaba un ruido, como que alguien estaba a mi lado, tomándome de la mano. ¡Ross! Abrí los ojos rápido, teniendo la esperanza de verlo, pero no era él, era Max. ¿Cómo se entero y que hacia acá? Si Ross lo llega a ver, lo mata.

Un amor de famaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora