Capítulo 38

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Me levanto y voy al baño. Me miro en el espejo y me asusto al ver mi cara, doy miedo. Me echo un poco de agua y bajo a la cocina a desayunar. Me quedo parada durante unos segundos al ver que mis abuelos siguen aquí.

-¿Por qué seguís aquí?- les pregunto.

-Cariño, ayer cuando te fuiste a dormir estuvimos hablando y llegamos a la conclusión de que lo mejor es que se queden aquí a vivir por el bien tanto de ellos como tuyo. Se quedarán en la habitación de invitados, todo esto lo hacemos por ti para que estés cerca de ellos- me explica mamá.

-No digo que no me parezca mala idea pero no sé, será raro. No tengo nada más que decir, sólo bienvenidos a casa abuelos- digo y les abrazo.

Desayuno y después me tumbo en el sofá. Cojo mi móvil y marco el número de Thomas. Espero y al tercer tono responde.

-Thomas, lo siento- digo antes de que hable.

-¿Por qué?

-No nos vimos ayer por la tarde. Vinieron mis abuelos y me entretuve, lo siento mucho si quieres ven ahora a mi casa y vamos a dar una vuelta.

-No te preocupes. Me ducho, me visto y voy.

-Vale, te quiero.

-Y yo.

Cuando cuelgo dejo el móvil encima de mi barriga. Miro hacia todos lados buscando el mando de la televisión pero no lo encuentro por lo que me levanto y subo de nuevo a mi habitación. Me ducho, me lavo los dientes, me visto y me peino. Salgo al pasillo encontrándome con Eldon.

-¿Dónde vas?

-Thomas viene ahora e iremos a dar una vuelta. Le prometí en varias ocasiones que nos veríamos pero siempre ocurría algo- digo y mi hermano se ríe- No le veo la gracia pero bueno si a ti te hace mucha pues riamos todos- río falsamente.

-Sofi, ¿qué te pasa?

-Nada.

-A mí no me engañas, te pasa algo. Vamos a tu habitación y me cuentas- dice y entra en mi habitación- Ahora que nadie puede oírnos cuéntame.

-Mis abuelos se quedan a vivir aquí.

-¡¿Qué?!

-Sí. Por una parte quiero pero por otra no. Voy a estar incómoda y no podré ser completamente libre. Mis abuelos son de quedarse la mayor parte del tiempo en casa y no salen. Eldon se nos ha acabado la completa libertad.

-Tenemos que hablar con mamá y papá, esto no puede ser así.

-Vamos, están abajo. Los llevaremos al jardín y hablaremos.

Bajamos y miro a Eldon. Asiento con la cabeza y habla.

-Mamá, papá, ¿podemos hablar? Tengo que contaros algo pero prefiero que sea afuera.

Mis padres se miran y se levantan de sus respectivas sillas. Salimos al jardín y enseguida froto mis brazos para entrar un poco en calor debido al frío del invierno.

-¿Qué tienes que contarnos?- pregunta papá.

-Sofi, por favor- dice Eldon.

-De acuerdo. Entiendo que sean mis abuelos y todo ese rollo pero no pueden quedarse aquí, no será bien para ninguno de nosotros, no los conocéis. Hablaré con total sinceridad, son de esas típicas personas que no salen de casa solo cuando tienen algo importante y creen que lo saben todo pero no es cierto. Muchas veces me acaban hartando y os lo prometo que a vosotros también- me quedo callada ante todo lo que he dicho.

-Sofi, son tus abuelos no puedes hablar así de ellos- dice mamá muy enfadada.

-Mira me da igual que sean mis abuelos. Vais a tener que elegir entre ellos o yo- se quedan callados- Ese silencio me lo ha confirmado. Me voy a casa de Mike a vivir.

Entro muy enfadada y pego un portazo con la puerta de entrada del jardín a la casa. Subo corriendo a mi habitación y guardo en una mochila lo más importante tanto mío como de Fia. Cojo el teléfono y marco a Mike.

-Hola pequeña- dice respondiendo mi llamada.

-Me voy a vivir a tu casa, ahora viene Thomas que vamos a dar un paseo y le diré que me llevé a tu casa.

-¿Por qué? ¿Qué te ha pasado?

-Ya te contaré, ahora debo de colgar que ya ha llegado Thomas.

-Vale, te quiero.

Cuelgo, cojo la mochila, meto a Fia en su bolsito y bajo corriendo. Abro la puerta de entrada, me pongo el abrigo y me subo en el coche de mi amigo.

-Hola- digo besando su mejilla.

-Te veo enfadada, ¿qué te pasa?

-Me voy de casa, después cuando terminemos llévame a casa de Mike.

-Vale pero cuéntame ahora todo.

-Mis padres han decidido que mis abuelos se queden a vivir en casa y eso ha provocado que me venga la ira porque no tendré libertad, bueno no solo yo, ni mis padres ni Eldon la tendrán. Les he explicado a ellos como son y me han dicho que no puedo hablar así de mis abuelos por lo que me he enfadado y les he dado a elegir entre ellos o yo, se han quedado callados lo que significan que prefieren a ellos. Ahí es cuando me he enfadado más y he decidido irme.

-Vaya, lo siento.

-No tienes por qué. Ahora estaré mejor viviré con los que más quiero, mi novio y mi perrita.

Thomas aparca en el centro comercial y damos una vuelta. Comemos y me lleva a casa de Mike. Estaciona el coche delante de la puerta de su casa y la observo.

-Vaya, tu novio tampoco se puede quejar de casa- dice Thomas y río ante su comentario.

-La verdad es que no. Gracias por traerme y por haberme hecho pasármelo muy bien contigo.

-Gracias a ti por acordarte de que tienes un amigo- dice y reímos.

Bajo del coche y me quedo parada observando la gran mansión. Es más grande que mi casa y por lo que tengo entendido aquí vive solo Mike. Me acerco a la un botón que tiene una pegatina de una campana y pego. Miro al frente y la puerta de entrada a la casa se abre dejando de ver a un Mike recién levantado.

-Hola cariño- dice y me besa.

-No te importa que me quede, ¿verdad?

-Claro que no, tu compañía me hacía mucha falta, Vamos a entrar que hace frío.

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Filofobia- Miedo a enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora