The Otherside [#Wattys2015]

Chapter IV

Cuatro.

Bob encendió un cigarrillo y se recostó en un pequeño sillón que había dentro de la oficina. A los veinticuatro años, se había convertido ya en jefe de editorial. Su ascenso había sido meteórico. Él y su esposa, Nadia, le dieron al diario de la ciudad todo el prestigio que había perdido y le devolvieron todo el esplendor de las épocas pasadas. Ahora, a las 5 de la mañana, Bob estaba en la editorial, aunque faltaran horas para que ésta abriera. No había podido pegar un ojo en toda la noche, por culpa de esa carpeta que le había entregado Adelina. Aún seguía penasando en eso.
- Te doy mis felicitaciones, Randy.- Dijo en voz alta, mientras levantaba un vaso con brandy. Despues de ese vaso, vino un segundo, y más tarde un tercero. La botella que antes había estado casi llena, ahora apenas alcanzaba la mitad. Sin que el se diera cuenta, la editorial se empezó a llenar de gente; los reporteros y periodistas que llegaban para cumplir su trabajo. De todas maneras, Bob no los notó hasta que el sonido de su contestador lo sobresaltó.
- Señor, ¿esta ahí? Alguien quiere verlo.- Dijo el aparato, transmitiendo la voz nasal de la recepcionista. Bob apretó un botón y le contestó, con voz ronca.
- No estoy para nadie.
Y listo. No hubo contestación, no necesitaba decir nada más. «En mi mundo, yo digo como se hacen las cosas» pensó satisfecho, mientras se levantaba y caminaba por toda la oficina. Hasta que se dio vuelta y vio la carpeta negra.

⭐⭐⭐

Día XI

Diario, hola. Ya que ahora vas a pasar a manos de Bob, quiero pedirte algunas cosas más. Quiero que todo el mundo sepa mi historia, quiero que sepan lo que paso. Yo, Randy Middlet, puedo llevar a quien quiera desde la tierra a este lugar, y viceversa. Y por este lugar, me refiero al sitio donde termina todo lo que se acerca al Triángulo de las Bermudas. Ahora, necesito que sepas esto: es más fácil teletransportar personas desde la tierra hasta este lugar, que hacerlo al revés. Necesité mucha energía para pasarme a mi mismo desde la tierra hasta The Otherside. Supongo que va a pasar lo mismo si lo quiero hacer a la inversa. Como sea, aún no reúno la fuerza suficiente como para hacerlo. Y cuando lo haga, necesito decidir si paso a toda la gente que esta acá, o si vuelvo yo. No puedo hacer las dos cosas a la vez, me dejaría sin energía suficiente como para vivir. Solo espero decidir bien querido diario, solo espero eso.

⭐⭐⭐

Abrió el placard gigante que estaba en su habitación. A pesar de las dimensiones, el sólo ocupaba apenas un tercio del total. Todo lo demás estaba lleno de ropa de su mujer. Sacó unos jeans ocuros y los miró un instante. «¿Invierno o verano?» Se preguntó. Lo inquietaba no saber que tipo de clima lo esperaba. Dejo el pantalón sobre la cama y fue a buscar la carpeta de Randy. Ojeó las paginas en busca de alguna entrada donde hablara del clima, pero no encontró ninguna. Al final, decidió poner una prenda de cada tipo. Todo lo que creía necesario, lo doblaba y lo tiraba dentro de su maleta. Un pantalón largo, un traje de baño, una remera, una musculosa y un abrigo. Despues siguió con la ropa interior.
- Te vas a las Bermudas.- Se escuchó desde la puerta de la habitación. Bob se había concentrado tanto en su tarea que no se percató de que su mujer lo había estado espiando desde hace mucho.
- Solo van a ser unos días.- Le respondió él. No le impresionaba la capacidad de deducción de su esposa. Ella sabía de la existencia de la carpeta, y solo bastaba conocer un poco a Bob para saber que él iba a viajar hacia allá. Nadia lo conocía mucho más que "solo un poco", y sabía que ese momento era crítico para él. Decidió entonces, dejar que preparara su bolso en soledad.
Nadia bajo las escaleras y se dirigió al estudio. Sabía exactamente lo que iba a hacer. Tomo un papel y birome y comenzo a escribir.
"Bob, te deseo mucha suerte en el viaje. Te voy a estar esperando en tu vuelta..."

Termino la carta y le escribió en el sobre "Abrir en altamar". Justo en ese momento, su marido bajaba las escaleras. Ella se acercó a él y lo abrazó con fuerza. Después, lo besó. Así era su manera de decir adiós. Sin palabras, con hechos.
-

Voy a volver.- Le dijo el hombre de pelo corto gris, que respondía al nombre de Bob.- Va a ser rápido.
Como toda respuesta, Nadia le extendió el papel.