Capítulo 2

115 6 4
                                    

Una imagen de un auto completamente destrozado pasa por mi mente, puedo escuchar el rechinido de las llantas y alguien llamarme.

Me despierto con la respiración acelerada, empiezo a escuchar voces, como si alguien estuviera cantando.

Me levanto y reviso mi habitación. Nada. Voy a la habitación de mamá, igual sola. Sigo escuchando que alguien canta, de seguro a de seguir dormida en la sala.

Bajo las escaleras, me encuentro a mi mamá cantándole una canción de cuna a un niño de unos siete años. Hace eso para que su espíritu ya pueda descansar, muchas personas no tienen su descanso eterno y no todas pueden recibirlo o merecerlo en el caso del niño, se podría decir que si ya que es un alma pura.

Me regreso a mi habitación,para volver a dormir, mañana tengo instituto y tengo que estar de muy bien humor.

{•••}


En la mañana me levanto y voy directo a la ducha. Salgo. Me pongo la ropa interior, unas medias, un short de mezclilla y una blusa holgada. Me cepillo el cabello y me delineo los ojos, un poco de labial y listo.

Bajo a desayunar, voy directo a la cocina donde debe de estar mi madre, a menos que haya salido de viaje por asuntos del trabajo, llegando a la primera planta un olor a panqueques inunda mis fosas nasales.

Llego a la cocina y al parecer he acertado, ahí estaba cocinando unos panqueques.

-Hola, mami-me acercó y le beso la mejilla -¿Qué tal tu noche?- pregunto mientras tomo un plato para desayunar.

-Algo cansada. Ayer llegué tarde y me quede dormida viendo unos papeles del trabajo, ya no te vi, mi niña -me dice acariciando mi cabeza- ¿Llegaste muy tarde de las practicas ?-pregunta, mientras se sienta en una de las sillas del desayunador.

-No, saliendo fui con Nate a tomar una malteada. - digo, terminando de servir el desayuno en mi plato

-Es un buen chico, ¿por qué no sales con él?

-Mamá, su vida es muy normal para estar con alguien como yo.

-Pero, eres muy especial.

-Si por especial dices rara, entonces si, pero ya en serio nunca tendré novio, ni hijos, así ellos no serán despreciados.

-Es por que tu padre se fue ¿verdad?-me pregunta

-No - suspiró - bueno una parte, la otra parte es el gen, mi vida nunca ha sido normal, siempre cada vez que algo sale mal por mi culpa tenemos que mudarnos.

-No podemos evitar lo que somos o lo que seremos-dice, se levanta de su asiento y va hacia mi- .Nos vemos más tarde- me besa la frente y se va de la cocina.

Evitar lo que somos, claro que se ocre evitar por eso nunca tendré hijos; así, nunca tendrán que pasar por mas de un mal momento.

Cuando término mi desayuno y me pongo a fregar los trastes. Terminando, miro el reloj y veo que se me esta haciendo tarde

-¡Joder! llegare tarde. -salgo corriendo de la casa con mi mochila en mano.

Subo al auto, enciendo el motor y manejo hasta el instituto- que haré cuando vea a Nate, ¿seguiremos hablando como amigos? o ¿con lo qué paso ayer ya no querrá ser mi amigo?- Que tonta estoy pensando que haré y todavía falta que él me hable, por que muchos hombres no les gusta perder su "orgullo de macho". Ayer se le notaba molesto, ya pensaré que haré cuando lo vea.

Llego al instituto y me estaciono en el primer lugar vacío que veo. Me bajo y voy directo a mi casillero, saco los libros que tocan hoy, en eso escucho la voz de mi mejor amiga:

El cantar de los muertos[PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora