1. Alma gemela.

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Esta fue la última promesa que me hiciste hacer, y será la última que voy a romper.

Un año.

Va a hacer en unos días, exactamente un año desde que me dejaste, pero no por elección, sino porque esa maldita enfermedad te llevó lejos de mí.

Recuerdo como si fuera ayer cuando descubrimos tu cáncer, y cuánto lloré a escondidas ese día sabiendo que iba a perderte. Los médicos fueron sinceros al decirnos que ya estaba en etapa terminal, y yo no podía creer que en todo ese tiempo nunca hayas sentido algo para alertarnos de tal cosa. Horrible fue descubrir tu enfermedad en unos exámenes de rutina.

Poco a poco has ido decayendo por dentro, lo sentía y no podía hacer nada ante eso. Por fuera jugabas a ser fuerte al igual que yo. Éramos iguales...

Nuestros niños, que un día con tanto afecto adoptamos, también estaban sufriendo; y sentí lo difícil que fue para ellos disimular tal sufrimiento.

Lloré, lloré mucho el día que nos dejaste. Sabía que una parte de mí se había ido junto contigo.

Nunca pensé que un día iba a sufrir tanto como el día en que cerraste tus ojos y tus manos dejaron de devolverme tu agarre hacia mí. Ese día yo pensaba que no iba a poder con tanto dolor que se extendía y me carcomía por dentro, era como morir segundo tras segundo pero sin hacerlo.

Yo tenía ya cierta edad al igual que tú, era injusto que Dios te haya alejado de mí. ¿Por qué él no me había llevado contigo también?

Y entonces sucedió.

Con toda la preocupación por tu enfermedad acabé olvidando de mí, de hacerme mis exámenes correspondientes, pero al final, con la insistencia de nuestros hijos fui a hacérmelos. Hasta entonces todo iba bien, pero al final los médicos me dijeron que tenía inicio de depresión y estaba demasiado débil por no alimentarme debidamente.

Mi amor, te juro que traté de ser fuerte, mantener la promesa que te había hecho, la cual era cuidarme, pero cada día que pasaba y me despertaba sin ti a mi lado yo sólo le pedía a Dios que me tomará en breve de este mundo y me llevara a tu lado .

Sabía que nuestros niños también sufrían por todo esto, pero estaba demasiado débil, demasiado deprimido como para tratar de luchar, tratar de vivir, más cuando mi vida había muerto hace unos meses atrás.

El día de hoy se hizo un año de tu muerte que supe que la mía era el siguiente, y mantuve mis brazos abiertos esperando por ella. Era injusto para ellos, pero ¿Qué era injusto para mí cuando te has ido?

Y ahora estoy aquí.

Es noche, no demasiado tarde, pero como sabes yo suelo estar en cama a estas horas. En este momento estoy solo en esta cama donde soy capaz de sentir más tu ausencia. Sonrió débil dejando una última lágrima en mis ojos cansados, finalmente voy a estar junto a ti.

- - - - -

No podía ver nada delante de mí ya que todo estaba muy blanco. Entonces sentí que alguien tocaba mis dedos que de pronto se entrelazaron con los suyos, me sentía seguro con sólo este gesto. Sonreí, sabía tan bien ese toque.

Luego esa claridad se estaba dando forma y apareciste tú sonriendo frente a mí. La primera cosa que noté fue que no estabas con el aspecto de cuando te fuiste, sino de cuando nos conocimos por primera vez. Eso me desconcertó pero después miré mi mano junto a la tuya y vi que también ya no estaba arrugada como antes. Era como cuando fuimos jóvenes.

- ¿Dónde estamos? - Le pregunté, pero él sólo me jaló y levanto de donde estaba sentado.

Miré a mi alrededor, estábamos en una playa, justo donde nos conocimos. Ahora toda la luz se había ido, dando paso sólo el resplandor de la luna. Era de noche, y la marea estaba golpeando la arena, un lugar no muy lejos de donde estábamos.

- Mira para arriba - habló y yo obedecí.

Al mirar el cielo me llevé una gran sorpresa, allí estaban pasando escenas de mi vida con él.

El lugar donde nos detuvimos seguía mostramos imágenes de cuando nos conocimos, y a lo más lejos pude observar que se mostraron las partes que sucedían después de eso. Sonreí con lágrimas en los ojos reviviendo las escenas que pasan en el momento, y cuando me di cuenta ya estábamos caminando de nuevo.

En realidad no sentí que caminábamos sino que flotábamos en verdad. Miré hacia atrás mientras él señalaba nuestros pasos marcados en la arena, uno junto al otro, y podría llegar a la conclusión de que mostraron como siempre hemos estado juntos.

Seguimos "caminando", de vez en cuando me comentaba sobre algún evento que estaba ocurriendo, sonriendo con los recuerdos que se presentaban allí. En el momento en que las escenas pasaron el instante de su muerte, volvió a mirar atrás y señaló sólo los pasos marcados en la arena, justo en el momento más difícil de mi vida.

Algunas lágrimas se dejaron escapar de mí y cayeron por mi rostro cuando me volví a hablar él.

- ¿Por qué justo cuando más te necesitaba no estabas conmigo? ¿Por qué tus pasos no están junto a los míos? - le pregunté a pesar de que no tenía derecho a hacerlo, ya que él no podía hacer nada en este momento.

- Mi amor, mis pasos que marcan esta zona en ningún momento se fueron - habló tranquilo y me miró fijamente sorprendido.

- ¿Cómo? - pregunté.

- Todo este tiempo, incluso si tú no me estabas viendo, yo estaba allí contigo, llevándote en mis brazos - respondió amorosamente.

Después de oír eso yo ya no podía contener más mis lágrimas. Me deje caer de rodillas en la arena, pero al instante fui rodeado por los brazos de la persona que siempre amé en la vida, e incluso más allá de esta.

Al final yo nunca me quede solo ya que él siempre estuvo conmigo. Incluso después de todo este tiempo lo seguía haciendo sólo con la esperanza de volverme a ver a su lado. Y aquí estoy, dispuesto a pasar la eternidad con él, con HyukJae, mi alma gemela.

[EunHae] l'Âme sœurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora