Capitulo 7.Confesiones.

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“Joder, que pesadilla de hombre” mientras estaba mirando la pantalla de mi móvil como mi ex me volvía a llamar, lo volví a mirar de reojo mientras hablaba con Alan comiendo su ensalada de manzana

-          Vaya Adri, es la octava vez que te llaman en toda la mañana, ¡que solicitada estas! ¿no?- me puse rojo, y quise matar en ese momento a Alan por aquel comentario fuera de lugar en este momento.- Bueno Alex, dime ¿cómo te ha ido en tu viaje a España con Octavia?

-          Bueno…  es difícil de explicar, tuvimos una pequeña pelea, me echo en cara que estuve mirando a una camarera todo el rato que estuvimos de cena con sus amigos- “genial, otra vez me he fijado en un Don Juan… MUY BIEN ADRIANA SIMPSON”- Y decidió adelantar solo su boleto de viaje y dejarme allí el tiempo que faltaba para el fin de nuestro viaje.

-          Vaya Alex… no sé qué decir… vaya… lo siento-  se podía diferenciar el  tono sarcástico que puso Alan al decir ese comentario.

-          Venga Alan no te burles.

-          Venga, vamos Alex no duráis juntos ni dos semanas, siempre estáis haciendo viajecitos de reconciliación, pero siempre haces algo para arruinarlo.- A Alan se le formo una pequeña mueca.

-          Alan cállate, sabes que eso no es verdad, y también sabes que sus celos siempre van por delante de nuestra relación.

-          Pues entonces no se qué haces todavía con ella Alex.- se estaba empezando a crear un entorno bastante tenso, y muy incomodo.

Después de unos minutos de un silencio incomodo decidí hablar.

-          Bueno chicos yo creo que me voy a ir a casa, ya se está haciendo tarde y mi nueva compañera está a punto de llegar a casa.

-          Vale te acompaño.- me dijo un Alan un poco tenso.

-          No hace falta, mañana hablamos, además se que has quedado hoy, así que no quiero quitarte más tiempo Alan.

-          Uf, es verdad y ya llego tarde, hasta mañana Adri, ya hablamos.

Alan cogió sus cosas de su asiento y salió corriendo a su cita, dejándome a mí con su hermano y su cara de poco amigos que yo ya conocí el mismo hace dos días.

-          Eh… ya nos veremos… Alex…-  yo ya estaba cogiendo mis cosas y vi como él también se empezó a levantar de su silla.

-          Espera que te acompaño yo.-  lo dijo en un tono más tranquilo, y eso también me tranquilizo a mí.

-          Eh, vale…

Fuimos andando hasta la puerta de mi portal callados, con un silencio bastante incomodo, por lo menos para mí.

Una vez que estábamos ya en mi casa hizo un movimiento con la cabeza, como señal de que ya e iba a despedir, pero había algo en mi interior que me decía que no podía dejar que se fuera, aun no.

-          ¿Te apetece subir a tomar algo?- “vale, eso ha sonado un poco desesperado”. Ya se me estaban empezando a subir todos los colores que hay en el universo a mis mejillas, ya que no dijo nada en unos minutos.- Digo, tú me invitaste en el aeropuerto, es justo que por lo menos yo te invite a una cerveza. Así me cuentas algo más sobre ti y tu… novia.

-          Ok, está bien.- lo dijo con una mirada algo desconfiada.

Volvimos a subir en silencio. Y en cuanto llegamos fui a cambiarme para ponerme mas cómoda con un pantalón de chándal corto y una camiseta.

-          Bueno y dime ¿Qué te apetece tomar?

-          Una cerveza estará bien

-          Vale, pero tendrá que ser sin alcohol.

-          ¿Qué pasa, es que no te dejan comprar alcohol?-dijo algo sarcástico

-          Sí, pero yo no bebo, estúpido.- en su cara se formo una sonrisa picara, y dulce a la vez. Y a mí me encanto

-          Bueno… tienes una casa muy bonita, y en muy buena calle, ¿es alquilada?- estuvo interrogándome dando vueltas por toda la sala.

-          Eh, no, es de mi padre, la compro justo el día que nos enteramos que iba a venir.

-          Ya… bueno y dime ¿te gusta Viena?

-          Bueno no he podido visitar nada de la ciudad, ya que solo hace que estoy aquí dos días y los he utilizado para ir a la academia y ordenar un poco esto.- estuve hablando mientras me acomodaba en un extremo de mi gran sofá.

-          Vaya, pues eso está muy mal. Yo el primer día que llegue aquí no pude remediar dar una gran vuelta por toda esta ciudad es hermosa, aunque no la mejor.

-          ¿Y? ¿Cuál es la mejor según tu?

-          Vaya, que preguntona, creo que después me tocara a mi preguntarte ¿no?- lo dijo con una sonrisa muy seductora.  No pude evitar estremecerme.

-          Já, vaya manera de sacarme información, ya que solo te he hecho una pregunta desde que subimos, y la razón por la que subimos era para que me contaras de ti

-          Pues no hay mucho que contar, para mí y bueno, y para mi novia… siempre nos ha parecido Paris la mejor ciudad, nos conocimos hace cuatro años justo en esa misma ciudad.  Y siempre nos ha parecido muy romántica para los dos… y bueno… y los que vinieran

-          Vaya parece que estáis muy enamorados.

-          Sí, bueno lo estuvimos.- pude notar en sus ojos un tanto tristes, pero la duda me estaba matando.

-          ¿Y ya no lo estáis?

-          Vaya, pues eras mas preguntona de lo que me pensaba.- lo dijo mientras se sentaba a mi lado en el sillón. Y yo no pude aguantarme más la risa de su cambio de humor

-          Bueno si, no puedo aguantar mucho a la chica maruja que toda chica llevamos dentro- en eso momento nos empezamos a reír los dos a grandes carcajadas

Estuvimos hablando rato más, que en mi opinión estamos más juntos de lo de mas “uf, no puedo aguantar más, lo tengo demasiado cerca y sus labios son muy tentadores” mi cabeza no paraba de dar vueltas y no podía hablar, no me salían las palabras, y instintivamente me mordí el labio inferior, ya que en mi interior se estaba creando un fuego muy potente por su cercanía, y el parece haberse dado cuenta de esa gesto porque empezó a acariciarme mi pierna derecha con bastante delicadeza, y yo me quede mirando sus ojos que estaban dilatados por el deseo, y luego de unos segundos mirándonos sin decir nada, me besó, y yo me quede un rato sin saber qué hacer, inmóvil, mi cabeza no sabía cómo reaccionar, deseaba corresponderle pero me di cuenta bastante tarde porque se separo de mi al ver que yo no le correspondía.

-          Esto… perdón Adri, no que decir, eres la amiga de mi hermano, y yo me he dejado llevar,

-          No, no, no, no te disculpes.

Y me volví a lanzar a sus labios, los cuales me correspondieron, de una forma salvaje. Note como su mano volvía acariciarme la pierna suavemente hacia mi zona intima, la cual no había dejado que nadie me tocara, pero no sé que me hacia ese hombre que siempre me hacia querer mas. Cuando  hubo llegado a su objetivo rozándomelo con sus dedos, y haciéndome emitir unos sonidos del placer que me estaba creando, pero no podía dejar de ponerme tensa y él lo notaba.

-          Adri, relájate.- podía notar en su voz lo excitado que estaba, y me relaje.

Un año para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora