Cuentos cortos y otras atrocidades.

Déspotas.

Te detienes en la entrada. Escondes todo rastro existente de libertad. Entonces, atemorizado, avanzas hacia la recepción. "¿Mi peinado es el adecuado?" "¿Debí afeitarme la noche anterior?" Ya es muy tarde para arreglarlo, tu solo camina y actúa con naturalidad. "Buenas días" dices al pasar. ¡Bien! No se han dado cuenta. De aquí en adelante todo es más sencillo, o al menos eso quieres creer. Y te diriges a la sala. Está cerrada, debes esperar. Un inspector se aproxima: ¡Alerta! Esconde tu celular, arréglate el pelo. ¿Se fue? Parece que sí. Sigue en lo tuyo. "Oh, llego el profe" Tenemos que entrar. Por lo menos adentro no hace frio. Cállate y mira adelante, el profe tiene un anuncio: "Con el fin de mejorar el rendimiento, los alumnos deberán quedarse hasta las 21:00. Con amor, dirección." Injusto, ¿no crees? Te acercas a dirección para expresarles tu descontento. Oh, adivina, estas expulsado.

P.D: La primera de muchas atrocidades. (O tal vez no)