Comenzando de cero.

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- Quiero presentarles a sus nuevos compañeros de clase. -Anunció aquella mujer mayor mientras yo observaba la clase desde donde estaba. Allí había de todo tipo de adolescentes,los descuidados y revolucionarios en la parte de atrás,los extrovertidos en la parte del medio interactuando con toda la clase y unos pocos aplicaos o "empollones",como solían llamarlos,llenaban la fila de delante. -Son Micki y Álvaro,se han mudado hace poco,espero que les deis una cálida bienvenida. -Y antes de que nos diese una señal para presentarnos,la puerta se abrió de golpe y apareció un chico moreno con una chaqueta negra de cuero y una sonrisa que no parecía pedir disculpas,es más,demostraba lo orgulloso que aquel chico se sentía de haber interrumpido la clase. -¿Sería mucho pedirle que llegase a mis clases temprano,señor Oviedo? ¿Quiere que le envié al despacho del director todos los días?

-Perdóname,Chus. -Respondió el tal "Oviedo" y,con toda la poca discreción que parecía tener,nos miro tanto a Álvaro como a mi de arriba abajo deteniéndose en más en mi y,explícitamente,en mis pechos,para luego mirarme a los ojos y sonreír mientras me guiñaba un ojo. Cerdo. Y como el los había en todos lados.

-¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Llámame María Jesús.

-¿Llegar temprano a tus clases y llamarte María Jesús? Me pides demasiado...Chus. -Contestó él haciendo reír a toda la clase.

Ah,ya entendía su rollito.

El graciosillo de turno.

-Toma asiento y no vuelvas a molestar,por favor. -Creo que María Jesús le estaba hasta rogando, ¿cuán impertinente podía llegar a ser ese chico?

-Lo intentaré. -Terminó de hablar y fue hacia su sitio que se encontraba al final de la clase junto a una rubia a la cual sonrió pícaramente.

Wow,también mujeriego.

No te conozco y ya me sorprendes,Oviedo.

-Podéis presentaros. -Dijo finalmente a profesora y Álvaro me miró a mi para que empezase.

-Pues,um...Me llamo Mickie,tengo dieciséis años y soy de Sevilla. -Comencé y miré a Álvaro para que siguiera.

-Me llamo Álvaro y mi historia es igual a la de mi hermana. -Respondió igual de intimidado que yo.

-¿A ti también te viene la regla? -Preguntó alguien al final de la clase. Oviedo.

-Señor Ov...

-No se preocupe, profesora, la falta de neuronas le hace ser incoherente y poco ingenioso. -Hablé cortando a aquella mujer mientras desafiaba a Oviedo con mi mirada. Gris contra marrón.

-Pueden sentarse, gracias. -Indicó aquella mujer mientras nos señalaba nuestros asientos en segunda fila,la clase se había resumido a un silencio profundo. Parecía que desafiar al gran Oviedo no era costumbre. Bien, estaba contenta y orgullosa de haber puesto a ese idiota en su respectivo lugar.

El subsuelo.

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-Vamos, tienes que acompañarme, por favor. -Suplicó Álvaro mientras salíamos de ética. Álvaro, a pesar de mis reclamos,había decidido presentarse a las pruebas para entrar al equipo de baloncesto que había aquella misma mañana en la hora libre y ahora nos encontrábamos camino a filosofía mientras mi hermano "me convencía" para ir a verle y me estaba negando completamente, llamar la atención no era mi objetivo en aquel lugar.

-Vamos M,solo será una hora.

-Una interminable hora.

-No te pongas así,no seas infantil.

-No es eso Al,no quiero ir,no me apetece hacerme notar aquí y ser la hermana de un chico del equipo de baloncesto del instituto no parece que vaya a disimularlo.

-¿Das por echo que entraré?

-Te he visto jugar, podría decirse que ya estás en el equipo. -Respondí y mi hermano sonrió para después dejar un beso en mi mejilla.

-Ven a verme,me darás suerte.

-Eres tan insistente...

-¿Eso es un si?

-Eso es un puede. -Me rendí y otro fuerte beso por su parte en mi mejilla.

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Llegué a la pista y me dirigí a las gradas sin tan si quiera mirar al cúmulo de chicos que se agrupaban dentro de esta.

-¡Eh,maricas! -Oí como gritaba alguien,giré mi cabeza hacia la puerta y observé a un hombre de unos cincuenta años con un silbato en la mano y una carpeta en otra,debería ser el entrenador. -Quiero que los nuevos os pongáis a la izquierda y los veteranos en la derecha. -Pidió mientras se colocaba con una silla y una mesa en la parte trasera de la pista. Y cuando se agruparon según aquel hombre lo había pedido le ví,Oviedo,el graciosillo de clase,el idiota rebelde,estaba allí,entre los veteranos,con una camiseta de los Lakers y unos pantalones a juego con esta y,he de admitir que no le quedaba nada mal.

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-González,Perez y... Suárez,estáis dentro,los demás,fuera. Pronunció y vi a mi hermano sonriendo conteniéndose por no ponerse a saltar. -Mañana a esta misma hora os repartiré una hoja con el horario de los entrenamientos. Enhorabuena,nenas. -Terminó de hablar y,tras meter la hoja donde había apuntando las nuevas adquisiciones en la carpeta,salió de allí,dejando a chicos desilusionados y otros llenos de alegría. Bajé de las gradas y corrí hacia mi hermano para felicitarle,cuando llegué a él le abracé mientras este me levantaba del suelo y me hacía girar.

-Enhorabuena,Al. -Le felicité cuando me dejó en el suelo.

-¿Y yo no me merezco un abrazo? Soy el capitán,no puedes ir abrazando a los chicos de mi equipo y a mí dejarme sin nada. -Habló una voz ronca,que lamentablemente,se me estaba haciendo familiar.

-Púdrete,Oviedo. -Dije mientras me giraba para mirarle,no quería que ese chico me hablase o me dirigiese la palabra y menos delante de mi hermano,sabía a lo que le podía llevar la fuerza de ver a alguien coqueteándome o mirándome de la forma que ese chico me había mirado horas atrás.

-Oh,veo que ya sabes mi apellido, ¿has jugado a ponérselo a nuestros futuros hijos?

-Deja de ser tan ególatra y narcisista,por favor. -Pedí desafiándole con la mirada,pero la suya solo mostraba diversión y satisfacción al verme mosqueada por sus palabras.

-No soy ególatra y narcisista,soy sincera y realista.

-Eres un imbécil,Oviedo.

-Y tú eres preciosa,Suárez.

-Idiota.

-Guapa.

-Hey, ¿podrías dejar de molestar a mi hermana? -Masculló Álvaro que parecía harto de aquel juego de palabras que nos traíamos entre manos aquel moreno y yo.

-Creo que lo menos que estoy haciendo es molestarla. -Repondió Oviedo y me miró guiñándome un ojo.- Por cierto,mi nombre es Daniel,nena. -Me aclaró,creo que había deducido que únicamente conocía su apellido y él parecía conocer el mío en profundidad.

-Vámonos,Mickie. -Susurró y me pasó la mano por la cintura para girarme y casi empujarme a salir de la pista y con ello, del gimnasio.

-¡Nos vemos,preciosa! -Gritó Dani desde su sitio. -¡Por cierto,tienes un culo estupendo! -Y noté como el brazo de Álvaro que se encontraba en mi espalda,se tensó. Estaba luchando por no darse la vuelta y abrirle a ese idioma la cabeza contra el aro dea canasta. Al igual que yo.

-Al,tranquilo, déjalo estar. -Casi supliqué tranquilizándole al igual que a mi y,después de un gruñido por su parte,terminamos de salir del gimnasio.

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⏰ Última actualización: Aug 16, 2015 ⏰

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Sin Normas. (Daniel Oviedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora