Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)

Reconciliaciones 1. Más vale pedir perdón que pedir permiso.

¡AVISO AL FINAL!

¡Disfrútenlo!

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Me pusé el pijamas sin muchas ganas de irme a dormir, después de cenar sola en la cocina me dije a mí misma que tendría que intentar hablar tranquilamente con Tom pero no quería, más allá de cualquier cosa que pudiera saber: simplemente no quería aceptar que había reaccionado como una malcriada niña de doce años. Nunca me gustó pedir disculpas, siempre fui mala para ello y nunca me esforcé mucho por cambiar, pero no quería mantener ese circo con Tom por mucho tiempo. Una cosa era ignorar llamadas, otra muy distinta era ignorar a un hombre que dormía a tu lado...

Finalmente me convencí de ir a dormir y hablar con él por la mañana cuando regresara de entrenar. Lavé mi plato después de cenar cereal en la cocina sin siquiera la compañía de Olly - Tom se lo había llevado -, fui a la habitación y me metí en la cama sin darle más vueltas al asunto.

Sentí a Tom meterse en la cama, no abrí los ojos pero sabía que no era muy tarde; él ni siquiera intentó acercarse a mí y yo tampoco hice algún intento estúpido de reconciliación, volví a dormirme después de unos minutos de debate interno. Me contuve como pude y en la mañana lo primero que vi al levantarme fue el sitio vacio donde Tom había dormido.

- Mierda... - Murmuré para mí misma y me tumbé boca arriba en la cama, ¿tenía que ser tan testaruda? ¿Él tenía que ser tan...hombre? Giré el rostro y vi el reloj marcar las 7:23 am. Era tan temprano... de seguro que Tom no estaría de vuelta hasta las 9:00 como mínimo. Casi nunca entrenaba más allá de las 10:00 pero por las tardes hacía otro poco de lo suyo cuando tenía pelea que preparar. Ahora estaba libre, con apenas unos cuantos moretones en el costado que se iban recuperando poco a poco.

Suspiré.

- Habla con él, si de verdad te gusta, tienes que disculparte y portarte como un adulto. - Me dije a mí misma, esa parte de mí con sentido común y lógica aconsejandome.

- Y...¿y si mejor le preparas el desayuno? Haz como que no ha pasado nada ¡Y ya! - Me dijo mi otra voz interna, a la que siempre escuchaba por comodidad.

Me levanté de la cama y tomé una ducha, me vestí y me peiné, cuando bajé las escaleras y entré a la cocina Olly estaba tumbado junto a la puerta que daba al jardín. Pusé comida en su plato y lo dejé entrar, esperé que fuera a comer pero en su lugar me siguió hasta el refrigerador y no me dejó en paz hasta que le di una rebanada de jamón.

- ¿Eres un perro o un puerco? - Le dije cuando lo vi tragarse la comida casi de un solo bocado. - Definitivamente eres un algo.

Comí en silencio y hasta lavé los platos, dejando la mitad del huevo revuelto en una sartén con la tapa puesta. Partí fruta: mango, manzana, plátano y fresas; tuve tiempo de acomodar todo en un platito, busque una imagen en mi telefono para copiar el plato y lo dejé sobre la mesa para Tom. Limpié la cocina, continué con la sala y revisé mi correo electronico. El tiempo pasaba tan lento y yo no tenía que presentarme a trabajar hasta el siguiente Lunes...

Dejé la portatil a un lado en la mesa y me tumbé en el sofá, Olly no tardó en saltar sobre mí y tumbarse en mi estómago con las patas delanteras sobre mi pecho, apoyando su cabeza sobre ellas y mirandome atentamente. Alcé la mano y alcancé el control remoto con los ojos del perro siguiendo cada movimiento de mi mano. Endendí el televisor y encontré una repetición de un episodio viejo de Futurama.

Puse la mano en la cabeza del perro y éste cerró los ojos, perfecto, se iba a dormir sobre mí...

Cuando el episodio del Slurm se acabó vi el reloj. 9:26 am, nada más y nada menos. Gruñí y apagué la televisión, Olly alzó la cabeza y saltó hacia abajo, aplastandome en el proceso.