34-. En la oscuridad todo se intensifica

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Tras haberme perdido la primera clase de Giorgio vi como inútil presentarme a la segunda, pues él no me dejaría entrar. Así que habiendo perdido prácticamente la mitad de la mañana decidí faltar nuevamente a la escuela e ir a desayunar con Zayn.

Ambos nos encontrábamos muy hambrientos, ¡y cómo no! habíamos tenido una ardua actividad física en las últimas horas.

Zayn insistió en llevarme a ese restaurante que se encontraba a un par de cuadras del edificio. Sí, a ese mismo en el que habíamos desayunado con Liam y...Matterazzi.

Ese lugar no era uno de mis favoritos en Venecia, por obvias razones, pero tenía mucha hambre y era el establecimiento más cercano.

Quizás fue cosa de la mala suerte, pero la mesera que se había hecho cargo de nuestra mesa, era la misma mesera de la última vez. Ella nos reconoció -y era difícil que no lo hiciera después del escándalo que armó a Zayn-, y al instante palideció.

-¿Eso es todo? –ella ni siquiera se atrevía a mirarnos a la cara.

-No. Una última cosa, quisiera disculparme por la forma en la que me comporté en mi última visita a este lugar.

-No sé a qué se refiere, señor.

-Claro que lo sabe. Fui bastante grosero con usted y con las personas de este lugar y quisiera disculparme por ello.

-No se preocupe, todo está olvidado. Bueno, ahora les traigo su comida.

Le sonreí a Zayn en cuanto esa mujer nos dio la espalda. Estaba muy orgullosa de él, realmente no esperé que se disculpara.

Mientras esperábamos nuestra comida mi celular comenzó a sonar. Era una llamada de Vincent Conrad.

Cerré los ojos por instinto. Debí haberle enviado el cuadro listo hace un par de días.

-¿Sí, señor?

-Hija, acabo de llevar de Australia y me he enteré de esa terrible noticia que ha embargado a tu familia. Lamento mucho la defunción de tu padre, yo tuve la oportunidad de conocerlo en una ocasión y me pareció un gran hombre. Es una lástima que muriera, mis más sentidas condolencias.

-Gracias –murmuré mientras mantenía la vista en la mesa-. Y sobre su cuadro...

-No te preocupes por eso ahora...

-El cuadro va a estar en sus manos muy pronto, sólo deme un par de días.

-No te preocupes por eso, Violett, tomate todo el tiempo que necesites.

-Gracias, nuevamente.

-De nada, espero tener noticas pronto. Saludos, Violett.

-Saludos, Sr. Conrad.

Después de la llamada mantuve la vista clavada en la mesa. Debía llamarle a mamá, prometí estar en contacto con ella y hasta ahora no la había llamado ni una sola vez.

Zayn acarició mi mano. Alcé el rostro y él me dedicaba una pequeña sonrisa.

¿Habia notado mi repentino cambio de humor?

El almuerzo pasó sin ningún inconveniente y al irnos, Zayn dejó una gran propina a aquella chica que bien se la merecía.

***

En Venecia no había muchos lugares a los cuales asistir. Así que seguí con mi gira por los museos, y esta vez fue el turno de la Galería de la Academia.

Debía admitir que Zayn hizo de esa visita una experiencia sumamente distinta. Pues él se encargó de hablarme sobre todos y cada uno de los cuadros que se encontraban expuestos ahí. Yo sabía la historia de algunos cuantos, pero no dije nada, adoraba ver a Zayn feliz. Adoraba escuchar la pasión en su voz. Amaba verlo tan entusiasmado.

My Favorite NeighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora