41-. De nuevo en la oscuridad

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Salimos del ascensor pero en lugar de dirigirnos a su departamento me condujo hacia la puerta de servicio que llevaba hacia la cúpula.

Subíamos la escalera de caracol con gran dificultad, o por lo menos yo, pues apenas y podía ver lo que se encontraba frente a mi nariz.


Cuando por fin entramos a la cúpula percibí un intenso olor a rosas combinado con la loción que Zayn solía usar.


Él había soltado momentáneamente mi mano y yo acudí a buscarlo. Con el sentido de la vista parcialmente obstruido me sentía perdida y Zayn era mi única salvación.


-Sé que lo he dicho antes pero detestó a la obscuridad por no me permitirme verte.


-La obscuridad es mas amiga que enemiga, Violett.


Su dulce aliento choco contra mi rostro mientras sus manos descendían por mi trasero.


-¿Recuerdas la cena a ciegas? Los sabores y olores se potenciaron al máximo, las texturas se hicieron más profundas. Ahora imagina eso en el sexo, las sensaciones van a alcanzar un clímax impensable y si antes gritabas como poseída, esta noche serás una moribunda esperando la absolución de tus pecados, ¿y sabes cuándo va a llegar a ti?


Por un segundo olvidé que Zayn no podía verme y negué con un ligero movimiento de cabeza.


-No te escucho, Violett


Apretó aún más mi trasero.


-No.


-¿No qué?


Me lamí los labios, de un minuto a otro mi boca se había quedado seca.


-No sé cuándo va a llegar a mí.


-Cuando esto...


El tomó mis manos y las dirigió hacia su miembro firme y ávido. Yo no pude resistirme y lo apreté logrando que Zayn respirara entrecortadamente.

Tragué saliva, la boca se me había hecho agua de tan sólo pensar en tener de nuevo el majestuoso pene de Zayn en mi cavidad bucal.


-Cuando esto se encuentre dentro de ti, habrás alcanzado la gloria, Violett.


En otro momento hubiese dicho que estaba alardeando, pero Zayn era increíblemente bueno en la cama, superior a todas mis experiencias previas, y si alguna vez había notado esos 6 años que Zayn me llevaba, había sido justamente en la cama, pues a ningún niño de mi edad si quiera se le habría ocurrido hacer algo de lo mucho que Zayn me había hecho. Su sabiduría en las artes amatorias era innegable, al igual que su poder para llevarme al cielo y de vez en cuando al infierno.


Sentí la ardiente lengua de Zayn contra la parte más sensible de mi cuello y no pude hacer otra cosa más que gemir.


El calor que emanaba de ella era tan abrazador que terminó expandiéndose a mi útero, en donde las llamas se avivaban cada vez más con las intensas caricias de Zayn.


-Esta noche no quiero que te guardes nada. Quiero escucharte gimiendo cada vez que te toque, quiero escuchar mi nombre saliendo de tus labios, quiero que grites, Violett.


Sus manos se pasearon con deliberada lentitud por mi cuerpo mientras su boca se apoderaba de la mía. Su lengua había delineado con delicadeza la forma de mis labios y yo le di acceso casi inmediato.


La falta de aire casi me hacia desfallecer pero ninguno estaba dispuesto a romper aquella unión.


Zayn gruño contra mi boca, eso era lo que hacía cuando algo no le estaba saliendo bien.


-¿Qué ocurre?


Mi pecho bajaba y subía como loco. Mis pulmones sabían que debían llenarse del mayor oxígeno posible pues era incierto cuando sería el momento en el que Zayn me permitiría alejarme de sus labios otra vez.


-No encuentro la cremallera de tu vestido –sus manos aún se paseaban por toda mi espalda en busca de su objetivo.


Reí mientras me alejaba un poco.


-La cremallera no está en mi espalda, sino en mi costado.


Intenté encontrarla por mi misma y por fortuna lo hice. La bajé y poco después el vestido cayó a mis pies.


-Listo.


-Me lo hubieras dicho desde antes, nos habríamos ahorrado tanto tiempo.


-Pensé que por ser un hombre experto lo sabría, señor Malik.


El tono de burla en mi voz cesó cuando escuché su voz demandante.


-Acuéstate.


Estaba segura de que él iba a hacerme pagar por la insolencia, pero antes de que eso pasara debía satisfacer mis deseos. Y en este momento si algo quería era probar a Zayn de una forma mucho más íntima.


A base de suerte aproximé mis manos para desabotonar sus pantalones, pero Zayn me lo impidió.


-Espera un poco. Aún no estoy listo.


Reí.


-¿De qué estás hablando?


-Dame un par de minutos.


Permanecí de pie frente a él, hasta que sus suspiros me indicaron lo que él estaba haciendo.


Admito que me hubiese resultado bastante interesante ver como Zayn se autosatisfacía.


-Listo, el presemen hará más fácil la labor de chupar y lamer.


Me arrodillé frente a Zayn y sonreí cuando lo escuché gemir. Había cerrado mis dedos alrededor de su pene y me incliné a lamer su glande.

Zayn había enterrado su mano en mi cabello, pero en ningún momento esa acción se sintió como una muestra de impaciencia.

Él acariciaba mi cabello con movimientos suavemente mientras yo me deleitaba con su miembro. Mi boca se había inundado de aquel delicioso sabor. No tenía otra palabra para describirlo más que varonil. Zayn sabía a sal y almizcle.

-Cada vez sabes mejor –murmuré mientras pasaba la boca por su pene erecto.


-¿Ha si? –Zayn empujó su pene dentro de mi boca, mientras yo lo sujetaba por la base con firmeza para controlar hasta dónde podía introducirla.


Froté su pene de arriba a abajo, para ganar algo de tiempo y darle un poco de descanso a mi mandíbula que comenzaba a cansarse.

Volví a introducir su miembro en mi boca, y poco después derramó dentro de mí aquel líquido caliente que me tragué casi de inmediato.

My Favorite NeighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora