42-. El recuento de los daños

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Satisfecha, me recosté en lo que parecían ser mantas y almohadas de todas las dimensiones posibles. Minutos después sentí el cuerpo hirviendo de Zayn sobre el mío.

-¿Te estoy lastimando?

-No.

El había hallado con suma facilidad el hueco entre mis piernas y había colocado su rodilla como un punto de apoyo para evitar que todo el peso de su cuerpo recayera sobre mí, pero siendo sincera eso no me habría molestado en absoluto.

-Creo que no pensé esto muy bien.

Sus manos se deslizaron entre mi piel y las mantas, y en un abrir y cerrar de ojos me despojó de mi sostén.

-Yo creo que lo pensaste todo muy bien...

Mi voz se entrecortó cuando sentí la boca de Zayn sobre uno de mis pechos.

-...Quiero decir. Mantas, almohadas y apuesto a que llenaste el lugar de rosas.

-¿Soy tan predecible?

-Eso me toca preguntártelo a ti.

Mordí mis labios mientras el amasaba a su antojo mis senos.

-¿Tan seguro estabas de que iba a aceptar dormir contigo esta noche?

Zayn soltó una leve carcajada mientras tomaba mi rostro entre sus manos.

-Estaba seguro de que pasarías la noche aquí, mas no de que aceptarías.

-¿Entonces cómo planeabas...?

Me calló con un beso rápido sobre los labios.

-Digamos que los hombres tenemos algunos trucos.

-Tú no necesitas de ningún truco. Sabes que siempre regresaré a ti, a pesar de lo mal que estén las cosas –acaricié su rostro suavemente.

-¿A pesar de mis estupideces?

Sonreí aunque él no podía verme.

-¿Bromeas? Ese es el factor emoción en nuestra relación. Nunca se conque nuevo chistecito me vas a salir.

-Te amo, Violett. Sé que lo digo muy a menudo pero es verdad y nunca me cansaré de repetírtelo.

-Yo también te amo, bebé.

Coloqué mis brazos alrededor de su cuello y lo atraje de nuevo a mis labios.

Zayn recorrió con su lengua cada rincón de mi cuerpo. A él le gustaba torturarme y sabía cómo utilizar cualquier parte de su cuerpo como una herramienta para llevar a cabo su objetivo. En esta ocasión además de su lengua había utilizado sus dedos e incluso los míos y cuando me tenía temblando y gimiendo bajó su cuerpo debido a los estremecimientos que comenzaban a recorrerme por completo, introdujo su pene de un sólo movimiento logrando que yo soltara un ruidoso grito por el orgasmo que se aproximaba con gran rapidez.

***

No creía posible que existiera una mejor forma para despertar que hacerlo junto a Zayn, sintiendo la delicadeza con la que esparcía besos por cada milímetro de mi piel.

-Buenos días, preciosa.

Sonreí mientras mis ojos permanecían cerrados.

-Buenos días.

Pero la garganta me dolió de tan sólo pronunciar aquella frase.

-Suenas rara.

Abrí los ojos poco a poco para tratar de acostumbrarme al brillo del sol.

-Me sorprende que pueda hablar después de lo mucho que me hiciste gritar anoche.

-Pues a mí me alegra escuchar, pensé que iba a quedarme sordo

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