51-. Las cosas mejoran

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Zayn se recostó junto a mí e inmediatamente me atrajo hasta sus brazos, él se encontraba tan empeñado en hacerme dormir que incluso había comenzado a cantarme una canción de cuna, pero evidentemente eso no funcionó y solo permanecimos ahí, durante horas, abrazándonos.

-¿Estás dormida? –su pregunta fue casi ininteligible debido al bostezo que profirió.

Sin embargo, la curiosidad repentina me obligó a alzar solo un poco la mirada hacia su rostro, zayn mantenía los ojos parcialmente cerrados y en ese estado lucía tan tierno.

-No –contesté con una pequeña sonrisa-, pero todo indica que pronto lo estarás tú.

-Creo que podrías ayudarme a mantenerme despierto –abrió por completo solo uno de sus ojos-. ¿O tú qué crees?

-Quizás podría intentar algo –comenté con una sonrisa maliciosa mientras me acomodaba en una posición que me permitiera verlo por completo.

La cama ni de broma resultaba amplia, al contrario, Zayn recargaba todo su peso sobre uno de sus costados en un intento por brindarme el mayor espacio posible; sin embargo ese inconveniente fue solucionado cuando me coloqué encima de su cuerpo.

Comencé a esparcir pequeños y suaves besos por la base de su cuello; sin embargo, estando en aquella zona no lo resistí más y comencé a mordisquearlo. Ascendí lentamente por la parte trasera de su oreja y comencé a acariciarla con mis labios al mismo tiempo que Zayn tocaba y apretujaba mi trasero.

-¿Ya te sientes más despierto, eh? –cuestioné con una sonrisa traviesa mientras observaba con atención sus encantadores ojos.

Zayn mordió sus labios con algo de picardía y por el brillo que había en sus orbes marrones supe lo que cruzaba por su mente.

-Siendo sincero, una parte de mi comienza a despertarse... –meneó sus caderas contra mí tratando de darle énfasis a sus palabras y lo logró.

-¿Realmente vamos a hacerlo en una cama de hospital? –mi pregunta fue acompañada de una carcajada. No cabía duda alguna, Zayn y yo estábamos completamente locos.

-Ese es el plan –colocó sus manos sobre mis mejillas-, a menos que nos interrumpa alguien.

-Entonces apresurémonos –aconsejé para después besarlo.

Zayn y yo estuvimos jugueteando durante algunos minutos. Nos besábamos y acariciábamos pero nada era enserio, ambos nos encontrábamos consciente de las interrupciones que podrían presentarse en el hospital y no era algo por lo que estuviéramos dispuestos a pasar o por lo menos hoy no.

Zayn se encontraba sosteniendo una de mis manos entre las suyas cuando la puerta fue abierta.

-Hola, Violett –Alexandra saludó con una gigantesca sonrisa mientras se apeaba frete a mi cama-. ¿Cómo has estado?

No me encontraba muy segura de si esa era una pregunta capciosa o no, pero de lo que sí estaba segura era de su gran cambio de humor, de nuevo se encontraba radiante, no existía rastro alguno que sugiriera la existencia de aquella desesperada mujer que se presentó en mi departamento hace un par de días.

-Bueno –miré a Zayn-, gracias a mi novio ha sido soportable mi estadía en este lugar.

Su sonrisa se amplió aun más.

-Entonces lo que vengo a decirte va a encantarte –hizo una pausa eterna antes de volver a hablar-. Venturi accedió a dejarte salir del hospital.

Respiré aliviada.

-Eso es genial.

-Supongo –Alexandra asintió-, bien, señor Malik, necesito que firme la orden de salida –le entregó varios documentos.

My Favorite NeighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora