Gris

5 0 0
                                    

No había más que decir,

tú decidiste correr a las sombras,

desatando el caos en mí.

Y así comienza mi agonía

atada a una taza de café,

con tu sonrisa perpetua en mi ser;

y tú, cual malabarista en su circo,

celebras la proeza de sostenerte en la lejanía,

pero mi amor se desborda,

como manantiales de aguas celestiales,

que no conciben final;

un final que es real,

porque todo termina.

Pero mi amor te mira,

palpita y se limita,

esta vivo,

como el mar en plena tormenta,

como niños en tardes de primavera.

Pero nada cambia, todo sigue igual

La luna no es azul,

El cielo no es de rosas,

Mas es gris, con una pisca de rojo,

Y me coloco a la espera,

porque es cobarde este amor,

que no quiso ser pasajero

y maldigo al mensajero

que me condeno con tu "te quiero".

All About PoetryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora