Han pasado ya tres semanas... tres malditas semanas desde que la vio por primera vez. Nunca creyó en el amor a primera vista, pero ahora está empezando a dudar, porque si no, no tiene ninguna razón convincente para explicar su obsesión con esa chica. Ayleen siempre ha sido una persona segura de si misma, a la que nunca le ha costado hablar con nadie. Su mundo estaba perfectamente ordenado, y su cabeza también. Pero desde que ella apareció, toda manera de ser y pensar que tenía antes se ha ido al garete. Siempre la observa (o más bien espía) escondida entre los libros de la biblioteca, mientras su querida desconocida (y es que ni siquiera se sabe su nombre) lee en la misma butaca en la que se sienta cada día. Si hubiera sabido que al ir a por aquel libro de poesía que un alumno le pidió conocería a ese ángel caído del cielo, le hubiese dicho que lo buscara él mismo. Aunque obviamente no podía, era la encargada de la biblioteca.
Tres semanas antes...
-Perdona...- Ayleen levanta la cabeza de los papeles que estaba rellenando, y observa al muchacho que tiene enfrente.
-¿Necesitas ayuda?- le pregunta, con una sonrisa amable en el rostro.
-Sí... ¿Me podrías dar un libro de poesía de Shakespeare? Es que lo necesito para un trabajo de literatura, y no lo encuentro.-
-Claro, espérame aquí.- se levanta y va al pasillo 7, donde se encuentra una de las secciones de literatura. Llega en menos de un minuto, puesto que se conoce cada milímetro de su amada biblioteca. Busca el libro entre los miles que hay, cuando por fin lo encuentra.
-¡Aquí está! Shakespeare.- lo coge con delicadeza y lo abre, para comprobar que esta intacto. Cuando se asegura de su buen estado, lo cierra y se lo guarda bajo el brazo. Pero cuando levanta la cabeza, se queda anonadada.
En medio del sombrío pasillo, hay una alumna alumbrada por un rallo de luz que entra por una de las ventanas del techo. Aunque sinceramente, más que una estudiante, parece un ángel. Su cabello parece constituido de hebras de oro, sus ojos se podrían confundir con dos pequeños y brillantes diamantes y sus labios son carnosos y rosados. Su piel, blanca como la porcelana, la hace parecer frágil y delicada. Solo le faltan dos alas y una corona para ser un ángel, pero eso no la hace menos hermosa. Observa los libros y pasa su pequeña mano por su cubierta con aire soñador.
Ayleen está estática en el mismo lugar observándola, y el libro está en el suelo. Seguramente se le habrá caído cuando ha visto a la chica. Lo coge y se va rápidamente. Se lo da al chico, quien se lo agradece, pero la mente de Ayleen esta aún pensando en la joven del pasillo 7, si se la puede llamar así. No cree que vaya a olvidarla fácilmente.
Tiempo real...
Y exactamente, no la olvidó, si no que se ofuscó más con ella. Todos los días iba a observarla, y descubrió que la desconocida se sentaba siempre en una butaca solitaria que había al fondo del pasillo. Hay veces en las que se puede llegar a pasar horas solo contemplándola.
Ayleen quiere hablarle, pero tiene miedo. Miedo del rechazo, de no ser suficiente para ella, de no estar a su nivel y tiene miedo del mismísimo miedo. Porque sabe que seguramente por su culpa, nunca se atreverá a hablarle a esa chica que se ha vuelto indispensable en su vida, sin siquiera saber su nombre. Lo tiene claro, mañana mismo le hablará.
Día siguiente...
Ayleen se dirige decidida hacia el pasillo 7, pero cuando la ve al fondo, sus piernas empiezan a flaquear, el sudor empieza a formarse en su frente y la determinación va desapareciendo, como su confianza en si misma. Se queda quieta, sin poder moverse. Súbitamente, la estudiante se levanta de su asiento, levanta la cabeza, y fija sus ojos en ella. Ayleen siente como su mirada la atraviesa, llegando hasta lo más profundo de su alma. Después simplemente aparta la mirada y se marcha rápidamente, dejando a Ayleen completamente aturdida. Aunque solo la haya mirado un segundo, para Ayleen ha sido la mirada más profunda que ha llegado a recibir. Con esa mirada ya se puede sentir más feliz que nunca.
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Silencio entre libros [One Shot Yuri]
Short Story"No tendrás más oportunidades para decir lo que sientes."