Buenos y Malos

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Sergio, conocido como el porreta.

Sergio, el chico de los tatuajes por todo el cuerpo.

Sergio, el que pasa las horas fumando Marihuana.

Él solo, no llama a nadie para hablar de Antonio.

Antonio es el chico que se acostó con su novia y el que consiguió que le despidieran.

Sin embargo, Sergio sigue fumando solo, sin hablar de él con nadie.

Sergio tan sólo fuma, tan sólo tira por la borda algunos minutos, tan sólo malgasta su vida, pero, él no habla de antonio.

Él era el malo.

María, una anciana que pasa las tardes y noches jugando al bingo.

María, la que nunca hizo nada fuera de las normas, excepto hablar.

María, la que aseguró haber visto a Sergio entrando a robar en una casa, no era verdad, pero aseguró haberlo hecho.

María, la que difundió el rumor sobre Sergio incluso sabiendo que no era verdad.

Nerea, Inma e Isabel, las amigas que luego comentaron lo que habían oído sobre Sergio.

"-Tenía pinta de ladrón, todos esos tatuajes le delataban." Decían con asco en la mirada.

Ellas eran las buenas.

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Quizá deberíamos plantearnos la verdadera maldad. Con esto quiero decir que, muchas veces, nos influenciamos por lo que oímos o vemos sin mirar más allá de lo visible.

Este verano he oído a muchas personas mayores tanto mujeres como hombres hablar mal de gente joven por el simple hecho de llevar tatuajes o fumar. No somos buenos o malos por hacer o no hacer esas cosas.

Muchas veces los malos somos nosotros mismos por juzgar lo que vemos exteriormente y no fijarnos en lo demás. Quizá ese chico con tatuajes esté cuidando de sus hermanos pequeños porque sus padres trabajan todo el día. Quizá esa anciana que nos mira con dulce sonrisa está buscando algún defecto del que hablar mientras está con sus amigas.

No todo es lo que parece.


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