El segundo y el tercer día tuvieron una tensión mucho mayor pues el tiempo de aprender a sobrevivir estaba acabando. Mi objetivo que mueriesen, que muriesen todos.
Los Vigilantes nos observaban más cada hora que pasaba,hasta que los entrenamientos acabaron y llegó el turno de la sesión privada. Uno a uno cada tributo habría de mostrar sus mayores habilidades ante un selecto grupo de Vigilantes. Estos puntuarían el espectáculo que el tributo en cuestión le ofreciera.Una puntuación de 0 a 12.
Los distritos pasan en orden numérico, empezando por el varón. Esto quería decir que yo era el primero.
Una voz pronunció mi nombre a través de un altavoz y las puertas del gimnasio se abrieron.Todos los estandartes de los puertos habían sido echados a un lado y las armas y útiles habían sido clasificadas.
Consciente de que el tiempo del que disponía era breve me dirijí al baluarte de espadas y escojí una que me convieniq en cuanto a tamaño y ligereza. Mostré mi fuerza empujando el baluarte de lanzas hasta el lugar en el que me situé. La pista de arquería, donde varios muñecos de distintos tamaños se situaban en distintos lugares del espacio, cada uno más lejos que el anterior.
El muñeco más cercano fue golpeado por la primera de las lanzas que cae al suelo tras atravesar al muñeco. Me concentré plenamente en el segundo, cuya cabeza fue arrancada del cuello.
El tercero fue golpeado por dos lanzas
, ambas alcanzan el corazón.Quedaban dos lanzas en el baluarte.La primera atravesó el estómago del cierto muñeco y la última lanza llegó al cuello del quinto. Observé el reloj que marcaba el tiempo del que disponía:30 segundos.
Corrí hasta uno de los módulos centrales donde ocho muñecos idénticos a los anteriores esperaban mi llegada. No había tiempo para ser muy artístico así que simplemente comencé a cortar cabezas con movimientos rápidos, fuertes y precisos. La cabeza del último muñeco cayó.
Séneca Crane:Es suficiente.
Me agaché en una reverencia y llegué a los ascensores. Conocía a Séneca Crane, había sido el Vigilante de los tres últimos juegos, cuatro contando estos, y es conocido por la perfección de sus trabajos. Comenzó a trabajar como jefe de los Vigilantes cuando los Juegos ganados por Annie Cresta acabaron y su predecesor desapareció de las pantallas para siempre.