5 días después...
Una luz blanca fluorescente me despertó. Estaba en una habitación pequeña con paredes blancas. Solo había un colchón y dos cámaras en las paredes. La puerta era de hierro y no tenía pomo para poder abrirla. Me habían encerrado y se suponía que esto no pasaría en las pruebas de habilidad.
Me dolía la cabeza y cada centímetro de mi cuerpo se sentía débil. Hice un esfuerzo por levantarme. Me dolía moverme, pero tuve que soportar el dolor. Bajé mi vista hacia mi camiseta y estaba salpicada de sangre. Mi almohada también estaba manchada.
Me toqué la frente y entonces sentí la herida. Intenté recordar lo que pasó el día anterior pero mi último recuerdo era que me caí de la silla después de que me inyectaran un líquido extraño. Supongo que la herida me la hice al caerme.
De repente mil preguntas pasaron por mi cabeza: ¿por qué me habían encerrado en una habitación como esta?; ¿quiénes eran esos tipos con pasamontañas?; ¿dónde estaban mis otros compañeros?; ¿cuánto tiempo llevaba aquí?... Mi cerebro estaba saturado y estaba empezando a agobiarme.
Empecé a gritar sin control y mis lágrimas corrían por mi rostro. Me aferré a mi almohada y ahogué mis sollozos en ella.
La luz se apagó de nuevo y eso hizo que me asustara, así que me callé. Empecé a escuchar gritos provenientes del pasillo y el pánico se apoderó de mi. En completa oscuridad noté que unas manos me agarraban del cuello y me quedé inmóvil mientras una voz masculina me susurraba al oído:
"Sal de aquí cuanto antes. Este lugar se destruirá en 15 minutos".
La luz se encendió de nuevo y la gran puerta de hierro estaba abierta. Pero esta vez, en la reluciente pared blanca había un mensaje escrito con sangre: CORRE.
Me sentía como si acabara de ver a un fantasma; débil, insegura, asustada y sobre todo impactada.
No me lo pensé un segundo y presa del pánico salí por la puerta corriendo. El pasillo era largo y estrecho, y las luces y las paredes eran idénticas a las de mi habitación. Había nueve puertas más, unas al lado de otras. Todas abiertas.
El tiempo se me acababa pero tenía que asegurarme de que mis compañeros estaban allí, o no.
Entré en la primera habitación y no había nadie, en la segunda tampoco, en la tercera solo había un lazo blanco. Entonces supe que dondequiera que estuviera, no estaba sola. Salí corriendo en busca de mis compañeros y entré en cada puerta que había en aquel pasillo. Pero no encontré a nadie. Así que no me quedaba otra que seguir corriendo por el largo pasillo que parecía que no se acababa.
La luz se apagó una milésima de segundo y cuando se volvió a encender me encontré literalmente, con la cabeza del director en el suelo. Le habían arrancado la cabeza y la habían dejado allí. Tenía que estar alucinando. Me tapé la boca con mis manos para ahogar el grito, y conteniendo las lágrimas seguí corriendo. Debía ser valiente para seguir con vida.
"Solo quedan 5 minutos"-dijo un altavoz.
Corría cada vez más rápido, miraba al centro y no me detenía para nada. Hasta que tropecé con algo y me caí. O mejor dicho, alguien. Era la chica dibujante. Sus gafas estaban tiradas y en la mano llevaba un cuchillo. Le sangraba la nariz. Supuse que se había desmayado por el camino. El tiempo se iba acabando pero no podía dejar que esa chica muriera porque la culpa no me dejaría dormir. Cogí a la chica y la monté en mi espalda. Mi velocidad al correr redujo, pero no pesaba tanto. Estaba viviendo mi propio infierno y lo único que podía hacer para salir de él era correr.
"Si queréis salir de aquí una tiene que matar a la otra, de lo contrario el sistema de cuchillos se activará y moriréis las dos. Solo quedan 3 minutos"
No podía matarla, no podía hacerlo. Y ella tampoco, porque ya se estaba muriendo. Pero eso del sistema de cuchillos no tenía muy buena pinta... De todos modos salí corriendo aún más sin importarme el sistema de cuchillos.
De repente el techo se abrió empezaron a llover cuchillos puntiagudos detrás de mí que caían en picado. Cada vez se acercaban más hacia donde yo estaba y yo iba perdiendo las fuerzas. Pero no podía abandonar a l chic. Un cuchillo se le clavó a la chica de mi espalda en el pie, lo noté porque ahogó un grito.
-¡Aguanta! -grité.
Los cuchillos cada vez eran más, pero pude esquivarlos.
"Queda un minuto"
Mis piernas no paraban y me obligué a correr más y más. Vi una puerta dorada a lo lejos y eso me animó aún más. Hasta que llegué a ella.
Mi sorpresa fue que la puerta estaba cerrada y en ella ponía: ENCUENTRA LA MANERA DE ABRIRME.
Mi mente volvía a estar saturada. Pensé lo más rápido que pude y de repente tuve una idea...
Empecé a correr hacia los cuchillos para coger uno que estaba clavado en el suelo y cuando lo cogí y me levanté, otro se me clavó en el costado. A pesar de ello volví a correr hacia la puerta, esquivando cada cuchillo que caía del techo mientras me desangraba.
Clavé el cuchillo con todas mis fuerzas en la cerradura de madera intentando romperla. Pero no podía abrir la puerta.
"Quedan 20 segundos"
-¡Vamos!
Me sentía incapaz de hacerlo, pero de repente me acordé de que estos podrían ser los últimos segundos de mi vida y me vine arriba. Grité mientras hacía palanca para romper la cerradura y finalmente, la puerta se abrió. Cogí a la chica y salí con ella hacia el exterior. Todavía no me podía imaginar cómo había salido de allí. Todo era irreal.
Pasados los veinte segundos, el gran edificio estalló en llamas.
Y no os vais a creer qué era lo que había en aquel exterior donde ahora nos encontrábamos mi compañera y yo solas.
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Academia Alma y Sangre
Mystery / ThrillerLa academia Alma y Sangre es una academia para mentes privilegiadas, para personas de todo el mundo con talentos destacables y habilidades muy peculiares. Aquí se forman a los jóvenes más afortunados desde que son elegidos hasta que cumplen los 20...