Mi vida siempre ha sido un camino de cristales por el que camino descalza. Siempre me hacen daño, incluso a veces me lo hago a mi misma. Por eso nuncae han impresionado esos "magos" del circo que caminan sobre ellos, sobre los cristales digo; porque a veces duele mas lo de dentro que lo de fuera, porque la fuerza esta dentro de cada uno y a mi me suele faltar fuerza.
A veces los cristales desaparecen y aparece una larga alfombra de terciopelo rojo. Que pena que lo bueno dure tan poco, ¿verdad? Lo que mas odio de ir descalza por el camino es cuando alguien se une a mi. No me gusta que nadie se una a mi porque siempre acaban dañados también.
No entiendo muy bien a donde quiero llegar, a un sitio seguro donde ya pueda dejar de andar descalza. A unos brazos, unos ojos, una sonrisa o cualquier gesto que me haga sentir viva de nuevo; que me haga impresionarme al ver a los magos que caminan sobre cristales descalzos. Pero hasta que eso pase, seguiré andando descalza y si es sola mejor.