Esta no es una historia de países lejanos y amores imposibles, no es un cuento de hadas con magia y fantasía, tan solo es una historia del amor, con la magia que este puede proporcionarte, con las miradas y suspiros que solo los amantes saben darse, es una historia de un beso que lo comenzó todo.
Amor, todos hablan de él, los poetas escriben sobre él y las historias intentan mostrarlo, pero que es el amor realmente, quien puede decir lo que es; el amor no se puede expresar con palabras, si alguien lograra hacerlo los poetas no podrían escribir sobre él, el amor no se describe, las palabras no llegan a expresar su esencia, tan solo se siente, se vive, se ama.
Fue hace un tiempo que pudo ser infinito, pudo ser para siempre o pudo no existir, fueron dos jóvenes amigos que con un juego y un beso empezaron algo que ninguno de los dos imaginaria que sucediera.
Fue una mañana en un hermoso y frondoso bosque, un grupo de amigos salió a pasear, recogían flores y jugaban, las risas podían oírse por todos lados, la felicidad reinaba en el ambiente, pero eran dos jóvenes en específico los protagonistas de esta historia, los juegos y las sonrisas entre ambos eran difíciles de no notar, las intenciones que rondaban el ambiente eran palpables y un aparentemente inocente juego termino en un beso que de a poco, con paciencia y tiempo terminaría convirtiéndose en amor.
El tiempo pasaba junto con sonrisas, besos y caricias escondidas, todo como si fuera un juego, todo como si lo que pasaría podría no ocurrir, sin el conocimiento de en lo que todo terminaría.
Los años pasaron y su juego escondido continuaba pero cada vez dejando de ser secreto, los sentimientos empezaron a hacer su aparición indispensable en la escena y vida de aquellos jóvenes los cuales sentían un cariño uno por el otro.
Pero como sucede siempre las cosas cambian y las personas se alejan, el miedo aparece y su presencia no desaparece de los corazones frágiles que aman.
Cada uno siguió su vida, y su cercanía era cada vez menos, la muchacha enamorada pero oculta por el miedo no podía hacer nada más que ocultar los sentimientos, intentar cuidar su frágil corazón del rechazo.
Su amor por su amigo crecía con el tiempo y el miedo de perderlo junto con él.
Paso el tiempo y la tristeza, la soledad y la incertidumbre hicieron estragos en la muchacha, su estado decaía cada día que pasaba y si te fijabas podrías ver la tristeza en sus ojos a pesar de sus resplandecientes sonrisas.
Nadie notaba la tristeza que su corazón albergaba, nadie veía como su alma caía de a poco, su soledad y su tristeza aumentaba a cada momento y nadie podía hacer nada para cambiarlo, nadie podía llenar el vacío que sentía y el frio que albergaba o eso es lo que creía porque una persona pudo hacerlo.
No importaba la distancia que separó a los jóvenes amigos y amantes, tan solo él pudo notar la triste sonrisa y el constante brillo de dolor que sus ojos reflejaban.
Él era una persona noble, con un corazón tan grande que no podía hacer más que ayudar cuando veía a las personas tristes.
Con paciencia, fue ganándose su confianza y junto con eso su corazón, destruyo los muros que la separaban del mundo, la desconfianza hacia las personas y el miedo constante al dolor.
Sus palabras y su presencia se convirtieron en un bálsamo que curaba sus heridas y la traían de regreso a ver el mundo como un día hace mucho lo vio.
Pero como nada es perfecto por mucho tiempo, el miedo seguía presente ahí oculto esperando hacer su aparición triunfal y hundir con él la esperanza.
La joven amaba a su amigo y sin saber cómo ni porque su amor se vio correspondido, podía ver en sus ojos el mismo brillo que ella tenía al verlo, podía sentir en sus caricias y besos todo lo que no era aún dicho.
Pero justo cuando todo parecía tomar su rumbo y estar bien, el miedo decidió hacer su aparición y la tormenta se desató dejando dolor a su paso pero al terminar el sol por fin salió.
Las oportunidades existen y el amor lo vence todo.
La dicha que sentían al estar juntos solo era comparable con la pasión con la que amaban sus cuerpos y el deseo que surgía al estar juntos.
Las caricias apasionadas, los besos resbaladizos y la pasión de sus cuerpos tan solo podía ser apagada cuando se encontraban juntos, desnudos, piel con piel, expresando todo el amor que sentían, toda la pasión y el deseo que se tenían.
Tan solo fue un beso lo que empezó todo, para que dos corazones se encontraran a pesar del tiempo y la distancia, tan solo un beso fue el culpable de iniciar algo que terminaría uniéndolos en cuerpo, alma y corazón.
No importa si la distancia o el tiempo llegan a separarlos, ellos sabrán volver uno con el otro porque sus almas se pertenecen entre sí, porque el amor los hizo uno.
