Deseos reprimidos I

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Era la 1 aproximadamente y me dirigía a la casa de los Thompson por la pequeña y dulce Ainara a la cual cuidaría para poder ayudar en los gastos de casa.

Mi madre padece una enfermedad la cual no le permite moverse de su cama y sin nadie ayudando y sólo el poco dinero que mi padre nos manda no nos alcanzaba. Por eso decidí buscar un trabajo.

Los señores Thompson me ofrecieron cuidar a Ainara, es una pequeña niña de tan sólo 12 años, cabello castaño y mirada inocente, me llama la atención por ser tan linda, si suena enfermo pero siempre que la veo me mira de una forma que sólo me hace sentir incómodo.

Yo por mi parte tengo 18 años y me llamó Brian, tengo un hermanito de 3 años, soy alto, cabello castaño y ojos verdosos.

Al fin llegó a la puerta de la casa Thompson, tocó y esperó a que habrán.

-Hola Brian- Me saluda Melany, madre me Ainara.

-Hola- contestó sin saber que decir.

-En un momento baja Ainara, ¿gustas esperar en la sala?-

-No aqui estoy bien-

Esperó hasta que la pequeña baja con dos pequeñas coletas y un vestido corto, pero suficientemente largo para tapar sus barguitas.

-Hola pequeña Nara- la saludo por su diminutivo.

En otras ocasiones ya la había cuidado y debo confesar que su actitud conmigo era un tanto extraña.

-Hola Brian- contesta cruzando su pierna dando un aspecto tímido y tierno que me mata.

-Ainara, Brian cuidara de ti mientras papa y yo trabajamos ¿entiendes?- le pregunta su madre como si fuera una niña de 5 años.

-Si Melany- con esta la pequeña sin dejar de mirarme.

-Bueno ve con el regresamos por ti en cuanto podamos, portate bien peque- se despide su madre dando un beso en su frente

Ainara avanza hacia su padre para depositar un pequeño beso en su mejilla el cual ni se inmuta. La relación de Ainara con su padre siempre ha sido muy distante, pues el quería que su primer hijo fuera un niño.

Tomo a Nara de la mano y camino a mi casa la cual se escucha en total silecio.

-Nara, dime peque ¿Que te parece si hacemos tu tarea?-la pequeña se quita su mochila y sonríe.

- Sólo por que tu me lo pides-

Corrió y se sentó en una de las sillas de la mesa. Al terminar de hacer las tareas nos pusimos a ver una película en la cual se quedó dormida sobre mis piernas, volteé a verla y tenis sus lindas y suaves piernas destapadas. Las mire por un largo tiempo pero me reprimir de tocarlas, sin embargo eso no impidió una gran ereccion en mi, necesitaba autocomoplacerme si no iba a explotar.

Lleve a la peque a mi cuarto la recoste y la observe un poco más su vestido aún estaba levantado y desde donde estaba se podía ver sus braguitas, deje de mirarla por que no podría contenerme más y me diriji al baño sin pensarlo, pues a mi hermano lo traía mi tía hasta las 5 y mi madre estaba en su cuarto.

INNOCENCE STOLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora